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miércoles, 4 de octubre de 2017

Cuba y...vuelta a casa

04/10/2017
Empezamos a terminar nuestra aventura. Buenos días desde Amberes (Bélgica). Estamos esperando nuestra furgoneta, que salió de Baltimore hace un mes y hoy ha llegado a esta ciudad, aunque debemos esperar un día para poder recogerla.
Estamos en la biblioteca pública, porque se nos acumulan las historias que contar, nos han dejado un ordenador (en el sistema de teclado distinto al que se usa en nuestra casa y sin la letra que ocupa un lugar entre la N y la O en el alfabeto)....vamos a ver cómo sale esto....será divertido.

Tenemos 1 hora para poder resumiros un poco cóno ha sido nuestro paso por Cuba, así que seremos breves, quizás no nos de tiempo de contaros cómo viven los cubanos la revolución (aún activa) cómo compramos 4 langostas recién pescadas por 4 euros, cómo nos la cocinaron al "microwey", hasta donde tenemos ganas de llegar a nuestras casas, estar con nuestras famílias, comer nuestra comida y empezar otra nueva aventura como es nuestra vida.

Como os decíamos, la furgo salió hace un mes de Baltimore, ella vino hacia Europa y nosotros fuimos hacia Cuba, llegamos justo un día antes que el huracán Irma. En el avión éramos 10 pasajeros, 8 cubanos y nosotros 2. Aunque la empresa con la que habíamos reservado los billetes nos había contactado para poder anular el vuelo nosotros preferimos ir y poder ver la fuerza de la naturaleza, cómo la gente de un pueblo acostumbrado a este fenómeno se prepara comprando agua, subiendo tabiques de obra en las puertas de las casas para que el agua no entre, cómo pasan la noche despiertos viendo como el viento tira árboles, farolas, semáforos, etc. Y cómo despierta el día siguiente con sol, todas las calles llenas de agua, de escombros y con el pueblo preparado para remontar, una vez más, sus espacios y sus vidas, sabiendo que éste es un hecho contra el que no se puede luchar, porque está por encima de todos nosotros, simplemente se debe respetar.

Pasados esos días del huracán nos dimos cuenta que la máxima dificultad de este acto metereológico está en el después (dónde encontrar comida, ciudades sin luz ni agua durante más de 15 días) y la gente simplemente esperando, al preguntar a las personas nos decían,...esto es un huracán, estamos vivos y a salvo, ahora sólo podemos esperar.
Estuvimos una semana por La Habana, viendo como se iba recuperando poco a poco, los pocos coches que hay se empezaban a dejar ver por la ciudad, los chevrolets rosa ya salían a pasear turistas.
Pudimos entrar en la fábrica de Habanos y poder vivir la vida del pueblo en una casita en la que dormimos durante esa semana.

Después de esta semana en La Habana reservamos un coche para poder recorrer la isla de cuba. En la casita en la que dormíamos conocimos a David y Ela una pareja franco-polonesa que empiezan a recorrer América con sus mochilas, se apuntaron a venir unos días con nosotros así que nos fuimos los 4 juntos a ver Cuba: Cienfuegos donde dormimos en casa de Ramona y Héctor, El Nicho, un paraje natural increíble con unas cascadas naturales desbordantes debido al huracán, Trinidad, donde estuvimos en casa de Luís. Allí se separaron nuestros caminos ellos fueron hacia el norte y nosotros seguimos bajando, hacia las ciudades de Ciego de Ávila y Camaguey, allí teníamos que decidir si seguíamos bajando o empezábamos a subir de nuevo. Teníamos que vijilar, el precio de la gasolina es terriblemente caro, el precio de la comida también y no puedes pagar nada con tarjeta de crédito, y podéis imaginar que a estas alturas nuestro presupuesto en "cash" es bastante inexistente. Así que empezamos nuestro camino hacia Santa Clara, donde se encuentran los restos de Ernesto Che Guevara. Seguimos hacia Varadero,...para los que no lo sepáis, en Varadero es donde están algunos de los ressorts de Cuba y sí, decidimos dedicar los últimos 3 días antes de volver a Europa a estar en un Ressort, nadando, comiendo y durmiendo, y así lo hicimos y fue tanto que el último día yo me puse mala de tanto comer. Pero con las suficientes fuerzas para volver a La Habana, coger el avión, pasar 24 horas viajando, cambiando de aviones, cogiendo buses, buscando el hotel y poder recuperarme comiendo el maravilloso queso de Bélgica a un precio maravilloso también.
 
Esperamos estar en camino de nuestra casa bien pronto y, al llegar, poder explicaros con calma y con muchas ganas las mil historias que llevamos dentro, que nos hacen reír al recordarlas, volver a adaptarnos al ritmo que va a ser el nuestro de nuevo, esta vez con otros ojos, unos ojos que han visto más y aunque quizás más cansados con ganas de seguir viendo y viviendo.

café y habano

preparativos para la llegada de Irma

Primeras lluvias del huracán

después del paso de Irma

Pasando un  buen rato

Malecón 

Así es Cuba

Sol del trópico

La Habana

Capitolio

Con David y Ela

Haciendo amigos

Con Ramona y Héctor en Cienfuegos

Camino al Nicho

Nicho

Trinidad

Langosta a 1 euro

Santa Clara

Camino a Matanzas

En el autobús de Matanzas

Cueva de Saturno

Playa de Varadero

Puesta de sol en Varadero

Preparados para volver


miércoles, 18 de enero de 2017

Los Ángeles. Los americanos las pelis las clavan

Corrían los años 90, por aquel entonces, en mi barrio, todos éramos raperos, estaba en auge la moda del “ganstarap”, todos flipábamos viendo las películas de raperos americanos como: new jack city, haz lo que debas, colours o la mítica boyz in” da” hood (los chicos del barrio), esta última grabada en el sur de los ángeles, películas cargadas de racismo, violencia y rap. Yo soñaba con pisar un día esos barrios y después de 25 años, con menos pelo y más arrugas, aterrizábamos en Los Ángeles, cogimos un taxi porque el transporte público en esta ciudad deja mucho que desear, en el aeropuerto nos recogió “Red”, una taxista clavada a la cocinera pelirroja de Orange is the new black y con un fuerte acento ruso igual que la de la serie. Le dimos la dirección del hotel que habíamos reservado, de los más baratos que vimos, ya que en Los Ángeles los hoteles son bastante caros, durante el trayecto la señora nos fue advirtiendo poco a poco, creo yo para que no nos asustáramos, con frases como: por qué habéis cogido este hotel, nosotros le respondimos porque era el más barato, y ella nos dijo que lo más barato en Los Ángeles, a menudo, no es la mejor opción, continuó diciéndonos que el hotel estaba alejado de todo, lejos de buses y metros, luego continuó diciéndonos que era un barrio con mucha droga y mucha violencia y acabó diciéndonos: y aparte,...sois blancos, no se os ocurra salir del hotel por la noche. Aquello nos dejó un poco preocupados, y es que conforme nos íbamos acercando, allí estaban, las casas, las calles, los coches y la gente de CRENSHAW, estábamos en nuestra propia peli de raperos, aquellas que quise vivir de adolescente, sin duda, cuando eres adulto y estás en el meollo, se ven las cosas de otra manera, esto no era una peli, era la realidad del sur de Los Ángeles.

Red nos dejó en el hotel y, nada más bajar, nos encontramos a cuatro “chicos del barrio”, nos abrumó el pestazo a marihuana que salía de su coche y es que en California la marihuana es legal, tanto medicinal como lucrativamente, me los quedé mirando un breve instante y me vino a la mente el zoom a cámara lenta que hacen en estas pelis, no quise aguantarles mucho la mirada ya que se palpaba un ambiente extraño, y es que nos hemos dado cuenta de que aquí el racismo todavía sigue muy vivo.

Nos metimos en nuestra habitación y teníamos de vecino a otro “chico del barrio” que no dejaba de hacer viajes con el coche, todo el día y toda la noche, no sabemos qué se traería entre manos.

Nos fuimos a comprar a las típicas tiendas de licor regentada por un asiático igualito que en las pelis, y es que los americanos, otra cosa no sé, pero las pelis las clavan. Compramos algo para comer y Fátima, sin querer, rozó mínimamente a una chica y ésta le dijo con un tono muy desagradable algo así como: qué haces blanquita, no me toques, nos quedamos flipando, y cada vez teníamos más claro que no estábamos en el lugar adecuado.

Al día siguiente fuimos a una lavandería, porque llevábamos ropa sucia des de la Edad Media, y otra vez volvimos a flipar con este barrio, los dos únicos blancos de la lavandería y podíamos ver las caras de la gente diciendo,...qué coño hacen estos dos aquí, pero os aseguro que era necesario pasar este rato para que mis pantalones dejaran de andar solos.

No sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar en Los Ángeles, porque estábamos esperando a que llegara la furgoneta y decidimos cambiarnos de hotel a otro más céntrico, aunque un poco más caro, y con más facilidad de movimiento. Nos cargamos nuestros mochilotes y nos fuimos a buscar una parada de bus, que nos explicó el señor del hotel y que no nos quedó muy claro, nada más salir nos encontramos a dos chicas empujando sus carritos con todas sus pertenencias y es que yo no he visto en mi vida tantos vagabundos como en Los Ángeles, después un obrero nos preguntó si habíamos perdido la casa, imagino que al vernos con las mochilas se lo pensaría, ya que aquí es lo más normal del mundo, conviven vagabundos y trajeados codo con codo. Después de la odisea de encontrar el bus, montarnos y sentirnos como monos de feria, ya que todo el bus nos miraba y éramos los únicos blancos, se subieron dos chicas mejicanas, les preguntamos en inglés si íbamos bien, porque el bus cada vez se alejaba más del centro, y para nuestra sorpresa nos respondieron que no hablaban inglés, les dijimos que mucho mejor, amablemente nos indicaron en qué parada bajarnos para poder coger un metro en sentido contrario e ir hacia el centro, en este trayecto nos quedamos perplejos de la tensión que se puede vivir en esta ciudad, en los asientos sólo verás a blancos con los blancos, negros con negros y chicanos con chicanos, parece mentira. Llegamos al hotel y nos fuimos a dar una vuelta por el centro de Los Ángeles, para mi gusto una ciudad insulsa y de sentimiento frío, cuatro o cinco manzanas de rascacielos, todo lo demás casas de una sola planta hasta el infinito, caminando por las aceras te encuentras gente de negocios esclavos del móvil, muchas personas hablando solas o gritándole a la nada y largas filas de tiendas de campaña de cientos de vagabundos viviendo su día a día.
La pasta que nos costaba el hotel la intentábamos amortizar con el buffet del desayuno, ya que desayunábamos y nos íbamos con los bolsillos llenos de comida para pasar el día, jajaja, quién no lo ha hecho alguna vez.

Vivimos un momento siempre soñado por mí, y es que tuvimos la gran suerte de ver un partido de Los Ángeles Lakers, es todo un espectáculo, el básquet y todo el show que montan durante el partido, si venís alguna vez, no dudéis en ir a verlo. A todo esto la furgoneta todavía no llegaba y nada más que nos hacían rellenar papeles y papeles para poder descargarla del barco, como los días se alargaban, Fátima buscó una casa por la aplicación de Airbnb y la espera nos salió mucho más barata, era la casa de un señor de origen chino, que estaba a las afueras de Los Ángeles, pero esta vez nos aseguramos que fuera un barrio más tranquilo que Crenshaw.

No nos podíamos ir de Los Ángeles sin ver Hollywood, por supuesto, y allá que nos fuimos a ver el paseo de la fama, entre estrellas y estrellas pisoteadas por la muchedumbre te vas encontrando a todos los personajes míticos de las películas con los cuales te puedes hacer una foto por el módico precio de 5 dólares, jajaja, prefiero zamparme un hamburguesote de los que hacen aquí que hacerme una foto con un spiderman con traje de felpa venido a menos.

También paseamos un rato por Sunset boulevard e hicimos otra visita obligada para mí, el estudio de tatuajes de Kat Von D, pero os puedo asegurar que la realidad no tiene nada que ver con el programa, aún así es un estudio impresionante. Teníamos que visitar las famosas playas de Santa Mónica, pero no vimos a ninguna Pamela Anderson o David Hasselhoff corriendo con flotador en mano, una lástima. Largas playas de arena blanca y con el muelle de madera y el parque de atracciones encima del agua, como sale en muchas pelis americanas, y es que no me cansaré de decir que las pelis las clavan. A todo esto seguíamos esperando nuestra furgo, y Fátima estaba bastante agobiada pensando en que ya no volveríamos a ver nuestra amada camioneta, como dicen en Los Ángeles wei, y es que se me ha olvidado deciros que probablemente el 50% de la población de esta ciudad sea mejicana, y que esto conlleve que yo me haya zampado los mejores burritos de mi vida. Nos enteramos que se celebraban los premios de los Globos de Oro, en Los Ángeles, y nos fuimos para Beverly Hills a hacer el Yankee bromeando en que veríamos a este y al otro actor, pero cuál fue nuestra sorpresa, nos pudimos poner en primera fila, donde llegan los coches con los actores, allí flipamos con mayúsculas con el carisma americano, y es que pierden los papeles simplemente con ver un coche de color negro, sin saber quién va dentro, nosotros medio sordos por los gritos de adolescentes y no tan adolescentes echamos allí la tarde, viendo pasar a Drew Barrimore, Justin Timberlake y Sylvestre Stallone, entre otros.

De vuelta a casa de Zhi Wei donde pasábamos los días, se me ocurrió decirle a Fátima que tiraríamos una moneda al aire, si salía cara mañana nos daban la furgoneta, si salía cruz seguiríamos esperando, todo esto para que se relajara un poco y dejara de estar agobiada, pensad que pasamos navidad y fin de año sin noticias de la furgo, salió cara, el destino había hablado y... cáspitas nos levantamos al día siguiente y allí estaba un mail diciéndonos que estaba todo arreglado y que en un día podíamos coger nuestra furgoneta, bendita moneda, a Fátima le cambió la cara, y es que para nosotros no tiene punto de comparación viajar con nuestra furgoneta que sin ella, deseando que pasara el día rápido nos fuimos a dormir temprano esperando la mañana siguiente como un niño espera el día de reyes.

Llegó el día tan esperado, cogimos un Ubber (una aplicación que te permite coger taxis a precio cerrado) sin duda una aplicación fantástica que hemos descubierto durante el viaje, nos dejó en la puerta de un almacén, y allí estaba, blanca y radiante, como va la novia el día de su boda, no pudimos aguantarnos el abrazarla y besarla después de tantos días sin verla, como no podía ser de otra manera arrancó a la primera, nos encontramos un espejo retrovisor roto que ya hemos arreglado con cinta americana,...como no...estamos en América. Emprendimos la marcha hacia el sur de California rumbo OceanSide, para ver los maravillosos atardeceres que esconden al sol por el Pacífico, pero todo esto y mucho más os lo relataremos en los próximos posts. Ahora nos espera el lejano Oeste.
el tan ansiado reencuentro
 
Motel en Crenshaw

Los Ángeles

Los Ángeles

Tienda de burritos

paseo de la fama

Hollywood

Santa Mónica

partido Lakers-Utah Jazz

Sunset Boulevard

estudio de tattoo L.A.ink

estudio de Tattoo L.A.ink

Hollywood

Tipical American

Beverly Hills Rodeo Drive

Globos de oro

Ya volvíamos a estar juntos


la despensa llena

Pacific Sunset
 


martes, 27 de diciembre de 2016

Japón, y es por eso que el sol decidió nacer aquí

Hola a todos, ya acabó nuestro paso por las tierras asiáticas.
Para resumiros un poco las modificaciones de nuestra ruta: En un principio enviamos la furgoneta de Mongolia hacia la India, el puerto de Chennai. Para llegar hasta la Índia la furgoneta viajaba en un tren hasta la frontera con China, allí la cambiaban de tren para llegar a Tiajin, el puerto que hay al este de Beijín. Cuando la furgoneta llegó allí nosotros estábamos llegando a Vietnam, y fue entonces cuando la empresa transportadora nos notificó que el puerto de Chennai no dejaba entrar los efectos personales que había dentro de la furgoneta, junto con la empresa estuvimos buscando algún otro puerto en toda la Índia donde enviarla. Cuando ya estábamos llegando al sur de Vietnam y necesitábamos tener algo claro, la Índia seguía diciendo que no, así que después de mirar todas las rutas posibles decidimos enviarla a Los Ángeles Estados Unidos, ¿por qué Los Ángeles y no Tailandia o Camboya o otro país del sureste? pues porque para cruzar Myanmar en vehículo propio necesitas pasar con un guía oficial del país y este paso cuesta alrededor de 1.000€ por persona, si cogíamos la furgo en Camboya o cualquier país al este de Myanmar no había problemas, hasta que llegáramos a la Índia, ya que este país no importa, ni EXPORTA elementos personales, entonces deberíamos volver por Myanmar hacia Tailandia, Camboya, etc. y esto costaría 1.000€ más por persona.
¿Por qué los Ángeles y no Alaska como teníamos pensado en un principio? pues porque estamos a diciembre y no estamos dispuestos a dormir en la furgo a -15 grados, aún no ha llegado a este punto nuestro nivel de locura. Así que nos propusimos otra ruta, ir subiendo des de los Ángeles a Alaska tal cual avanzara el invierno, para llegar en primavera a Anchorage, y luego bajar hacia la costa este y recorrer toda esta costa hasta Florida.
Una vez decidimos que la furgoneta se fuera a Los Ángeles nos notificaron que ésta llegaría el 24 de diciembre, así que teníamos sobre un mes para decidir dónde ir, y escogimos Tailandia y Japón. Los dos países que queríamos ver sí o sí. La Índia y Nepal los queríamos hacer juntos pero no es un viaje que se pueda hacer en una semana y media, así que este viaje lo guardaremos para otro post dentro de mucho tiempo, cuando ya hayamos terminado el viaje que estamos haciendo ahora.

Pasamos por Tailandia, con mucho calor, y llegamos a Japón, el país del sol naciente y el país que me ha robado el corazón. Sólo estuvimos 6 días porque teníamos que estar en Los Ángeles para esperar la furgo y arreglar todos los papeles (que por cierto, está siendo muy difícil toda la burocracia, esperemos que, por lo menos los reyes magos sean buenos y nos traigan la furgoneta ya, os prometo que cuando termine el viaje si hemos conseguido transportar la furgoneta haremos un post sólo de cómo entrar por mar un vehículo, paso por paso para que a todos los flipados, porque ahora esto ya es para enloquecer, que quieran hacer algún viaje así les sea más fácil y ya vayan preparados).

Lo que os decía, 6 días en Japón, como era muy poco tiempo decidimos buscar qué nos hacía más ilusión conocer, Tokyo (por supuesto) y el Monte Fuji, lo bueno de esta modificación de fechas era que podríamos ver el Monte Fuji nevado, si es que las nubes nos lo permitían. Para preparar el viaje en tan poco tiempo nos metimos en un blog de una pareja que ha viajado mucho y tienen unas guías hechas por ellos mismos muy buenas, su blog se llama marcando el polo. Para visitar el monte Fuji reservamos un hotel cápsula en Kawaguchiko, uno de los pueblos que lo rodean. Llegamos a Tokyo por el aeropuerto de Narita, que está a unos 80Km. al este de la ciudad, todo está muy bien indicado, de muy fácil acceso, muy práctico, limpio, ordenado,...perfecto. Nos fuimos con un tren hasta la estación de bus del oeste de Tokio (Shinjuku), eran las 21h había un bus hacia Kawaguchicko a las 22:30 y otro a las 23:30 y era una hora y media de viaje, pedimos dos plazas para el de las 22:30, pero estaba completo, entonces la chica que nos atendía nos dijo, con una sonrisa (no olvidéis que no estábamos en China ya) que ella nos reservaba dos plazas para el último bus sin cobrarlas aún y que a las 22:25 nos acercáramos de nuevo a la taquilla porque hacían la reventa de las cancelaciones, es decir que está todo vendido, pero a veces alguien cancela su billete y quedan asientos libres, y nos dio un papel en japonés con el número 101. Mientras esperábamos se acercó un reportero y un cámara con un micro para hacernos una entrevista de por qué estábamos en esta estación, si nos gustaba el servicio ofrecido, las instalaciones,... y pues nos inventamos todo lo que pudimos,...los que nos conocéis ya sabéis que yo soy muy de inventar, y Jordi no se queda corto. A las 22:24 estábamos en la taquilla, un señor se acercó y pasó por delante nuestro a enseñar su papelito, el chico de la taquilla lo miró y en lugar de hablarle en japonés le habló en inglés para que nosotros lo entendiéramos, y le dijo, por favor respete el orden (ya podéis imaginar por qué me ha robado el corazón Japón), así que el primer número que llamaron fue el 101, bieeen y nos dieron dos plazas a mitad de precio por ser la reventa de las cancelaciones. Y al subir al bus la tele que nos seguía grabando,...en ese momento me dije....toma Madonna esto es ser famoso.
Llegamos al hotel de Kawaguchiko a las 24h, en esos hoteles ellos te mandan un código y si llegas por la noche pones el código en el timbre de la puerta, abres y coges las llaves de tu habitación que están encima del despacho. El código que nos dieron no abría,...qué extraño, seguimos intentándolo a -2 grados sin comer, ni cenar, Jordi se fue y yo seguí intentando abrir la puerta hasta que por el cristal, lo vi dentro, pasamos por una puerta que no cerraba bien. Habíamos comprado unos bocatas, y sólo había la llave a nombre de un francés, así que decidimos cenar y dormir en el sofá. Mientras cenábamos vino un chico japonés (muy parecido a Nobita, los de los 90 quizás sí sabéis quién es Nobita) y en tono agresivo y con miedo nos dijo...quiénes sois qué hacéis aquí, bien....lo que pasa es que nos habíamos equivocado de hotel, el nuestro estaba al otro lado del pueblo, a 1km. así que nos fuimos muy educadamente y llegamos a nuestro hotel,....donde el código sí abría y había unas llaves a nuestro nombre. Aunque fuera un hotel cápsula era fantástico, limpio, ordenado, puedes compartir sala donde están las cápsulas con 50 personas y sigues pensando que estás solo. Puedes dejar tus cosas a la vista y nunca nadie toca nada,...increíble.

 A la mañana siguiente de llegar a Kawaguchiko, fuimos a la zona común con cocina de libre acceso a desayunar, y qué maravilla, hacía mucho sol y las ventanas daban directamente al Monte Fuji, ese es un lugar donde todo el mundo debería ir una vez en la vida, y en ese momento entendimos porque es sagrado para ellos. Tiene una personalidad propia que te penetra y te hace estar en calma, sin poder dejar de mirarlo, en ningún momento. En invierno las estaciones para subir al monte están cerradas, así que nos fuimos a una montaña que sí puedes subir y está directamente delante de él,  de esta manera podríamos mirarlo y apreciar su grandeza. Es increíble, perfecto, no hay palabras, y todo el pueblo está inmerso en esta calma que desprende el monte, no había nubes, solamente estaba el sol, el cielo y él, con la parte de arriba blanca y el resto, a nuestros ojos, gris, que elegancia, allí estábamos sentados mirándolo, y otra vez, no sabéis cuántas fotos hicimos y no podíamos conseguir que se pareciera a lo que estábamos presenciando. Me sentí tan bien, sin hacer nada, sólo observándolo, es un lugar donde pasar horas y días,....pero sólo teníamos 6.
Así que al día siguiente cogimos otro bus que nos llevó a Tokio, ya estábamos preparados para el caos de la ciudad. Sólo llegar vimos una oficina de turismo (desde Moscú que no veíamos ninguna) al entrar nos hicieron sentar, nos imprimieron la ruta hasta nuestro hotel, mapas de la ciudad, una guía que está muy bien detallada (en español), fuimos a coger el metro para el hotel y un chico nos paró para ayudarnos, acabó comprando nuestros bonos de metro en las máquinas y acompañándonos hasta la entrada del metro, intentando hablar en español con nosotros. Como nos quedaban 3 días decidimos dividir Tokio en 3 zonas....¿se puede? es una locura pero por lo menos ves lo más destacado, estuvimos en la zona de pubs y bares antiguos en Shibuya, el Golden gai,  en las torres del edificio government building donde puedes subir y ver todo Tokio, y si está despejado (que así fue) el Monte Fuji, el Yoyogi Park donde se encuentra el templo Meiji Jingu, donde pudimos presenciar el inicio de una boda, el cruce Shibuya (el más concurrido del mundo), la calle Takeshita, el templo Senso-ji, donde había una feria de comida típica, por dios qué ansiedad pasé allí, el museu del Sumo, el mercado de Tsukiji, donde vimos una caja de atún del Grup Balfegó de l'Ametlla de Mar, en esta empresa trabaja mi hermana, y  ver esa caja nos hizo muchísima ilusión y a la vez nostalgia. Y todo lo que visitamos fue gratis. Incluso, los japoneses tienen una costumbre que se llama "depachika" que es el dar a probar muestras de comida que tienen, y en el mercado tsukiji llegó un punto donde no podíamos comer más cosas, frutas, atún, salmón deshidratados, almejas con salsas raras, habas cubiertas de crema de wasabi, mil sabores, increíble, no dábamos abasto, cada uno por un lado, y no sabíamos si les molestaba que comiéramos y no compráramos, hasta que una chica nos dijo, probad esto, ir adentro que tenemos más, no hace falta que compréis, simplemente que vuestros sentidos disfruten de estos sabores. Madre mía ¿se puede querer más a un país?, ¿ por qué son así?. Comprábamos comida para desayunar y nos dimos cuenta que era mucho más barata que en nuestra casa, incluso en los restaurantes, un plato con arroz, verdura, carne, huevo y queso, con el que te quedas sobradamente lleno, cuesta 3 euros. Comimos en diferentes restaurantes, la comida japonesa es increíblemente buena, pero no sólo el sushi, yo creo que todo lo que hacen, sea lo que sea, lo hacen con cuidado, con amor y con mucha paciencia, las sopas de udon, la sopa miso, la carne, el pescado, la tempura, la cerveza, todo.

Conocimos a una chica que hablaba muy bien español y nos explicó que en Japón la comida es barata ya que es considerada primera necesidad, y los impuestos de todo no pasan del 8%, que tienen el producto más barato que nosotros y realmente el sueldo mínimo es mucho más elevado que los nuestros....entonces...¿qué sistema tienen estos japoneses? y la pregunta más importante ¿Por qué nadie ha pensado en copiarlo? quizás en nuestra sociedad no funcionaría, pero les funciona tan bien a ellos que da gusto estar allí y sentirse parte importante de su sistema. Incluso con lo bien que están allí, varias personas nos decían que se querían ir a vivir a España, por el sol (yo les expliqué que no se hagan ilusiones, que en nada nos van a cobrar cuando nos pongamos morenos).
También es muy divertido verlos jugar al Pachinko, un juego parecido a una máquina tragaperras que se juega con unas bolitas, si llenas una caja de bolitas es una cantidad, cuantas más cajas de bolitas tienes, más dinero has ganado. Y las bolitas bajan todas a la vez y todas las máquinas están ocupadas por gente mayor, jóvenes, de todo, es una locura el ruido que hay allí dentro, digno de ver y de escuchar.

Otro gran amor que me cautivó fueron los Toto, estos baños japoneses, que tienen la taza calentita, distintos chorros con agua calentita, música o ruido para poner a tu gusto, (recordáis los baños chinos???) qué bien se está allí, no me lo traje, pero a la vuelta miro en Amazon a ver si hay alguno.

Con mucha pena y nostalgia nos fuimos del país, en el tren camino del aeropuerto miraba la ciudad como iba pasando por delante de mí, como si hubiera vivido allí alguna vez, y esto sólo me ha pasado en París, donde sí viví, aunque sé y lo siento, que voy a volver, porque, no sólo la ciudad, el país y su gente me han atrapado muchísimo, la próxima vez será para visitarlo todo, des del sur hasta el norte, sin prisas, disfrutando, más si se puede, de toda esa esencia que desprende un país tan enorme como es Japón, el primero de todos que ve nacer el sol.

nueva ruta, si todo sale bien,...sino pues la cambiamos y os avisamos ;)

monte fuji

vistas del monte fuji des de la zona común del hotel

Zona de Shinjuku

vistas des de la torre norte del government building, si miráis bien veréis el mone fuji

boda en el templo de Meiji Jingu

cruce de Shibuya

feria de comida tradicional japonesa

templo sensoji

Templo Sensoji

mercado de pescado Tsukiji con la caja del Grup Balfegó

venta de wasabi en el mercado de pescado

bares y restaurantes en el mercado de Tsukiji, cocinan el pescado comprado durante esa mañana

retrete Toto

vistas de Tokio des de los jardines imperiales