Después de estos meses intentando adaptarnos un poco a nuestra nueva rutina, hemos conseguido terminar la memoria de nuestro viaje, con todo el presupuesto, documentos, material, camperización, etc. Como no podemos subir este dossier al blog os dejamos el índice.
Para quien quiera tener la información, ya sea para echarle un vistazo o por si puede servir de ayuda para montar un viajecito con sólo que nos enviéis vuestro mail os pasaremos el dossier encantados.
AVISO: Gmail nos da muchos problemas para recibir los mails para enviaros el dossier. Mejor si nos mandáis un mail a: fatimahidal@yahoo.es
Aquí podéis seguir las aventuras de nuestro viaje dando la vuelta al mundo en furgoneta
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miércoles, 3 de enero de 2018
Dossier memoria del viaje
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lunes, 6 de noviembre de 2017
Un sueño cumplido
¡Hemos
dado la vuelta al mundo! Sí sí, así como suena, hace casi un año
y medio que decidimos coger la carretera y aventurarnos sin saber qué
pasaría, una furgo con veinticinco años y dos locos con el alma
rebosando ilusión y nervios Poco a poco, kilómetro a kilómetro,
hemos ido descubriendo el mundo, sus paisajes, su naturaleza, sus
pueblos, sus ciudades y sobretodo su gente, la gente maravillosa que
existe por el mundo, en unos sitios mejor que en otros, pero
mayoritariamente buena gente, aprendiendo a sentirte a gusto fuera de
tu zona de confort, aprendiendo a confiar en gente que no conoces
absolutamente de nada, y es que el mundo nos ha enseñado que la
gente que menos tiene a menudo es la que más te da, bueno quizás la
que menos tiene a nuestro parecer, creo que son mucho más ricos en
otros valores, que nosotros hemos descubierto después de este
maravilloso viaje. Descubrir países que a priori tienen fama de
peligrosos, llegar allí y que te hagan sentir como en tu casa, que
te inviten a comer a su casa simplemente porque eres extranjero y has
llegado a su pequeño pueblo, incluso acabar con las reservas de
vodka de la aldea para celebrar la visita de estos dos tipos que un
buen día aparecieron por allí, dormir con una familia mongola
dentro de un ger (casa típica de los mongoles nómadas), degustar un
delicioso salmón recién pescado con auténticos nativos de la zona
norte canadiense, formar parte de rituales religiosos , disfrutar de
fiestas folclóricas de distintas aldeas, pueblos o ciudades, en
definitiva, formar parte del pueblo y su cultura correspondiente, y
todo esto sin esperar nada a cambio, sólo por conocer y disfrutar de
la compañía de buena gente como ellos, intercambiar culturas,
vivencias, y risas, sobretodo muchas risas, tengo que reconocer que a
Fátima y a mí al principio nos costó entender la ayuda y compañía
que te brinda la gente sin esperar nada a cambio.
Hemos
podido admirar un sol de medianoche increíble, cascadas heladas,
cascadas con su caudal rebosando, subir montañas llenas de
vegetación y otras áridas como el mismo infierno, unas auroras
boreales que tu cuerpo no sabe ni cómo reaccionar de la belleza que
llega a ser este fenómeno, árboles milenarios tocando el cielo,
cañones partiendo el suelo y permitiéndote adentrarte en ellos para
admirar la fuerza que un día mostró la naturaleza, cañones de
mármol, de piedra roja, de azufre, geisers, piscinas naturales de
aguas termales, playas que te dan la bienvenida al paraíso, cuevas
prehistóricas, hemos buceado entre miles de peces tropicales, de
noche con plancton luminiscente, otra de esas cosas que tiene la
naturaleza, que hace confundir a tu cerebro de tanta belleza, vivir
un terremoto o un huracán, pasar de menos 17 grados a 48, escalar en
muchos países diferentes paredes impresionantes, escalar acompañados
de yaks perdidos en algún sitio de Mongolia, o acompañados de
lugareños de la zona que aprovechan para intercambiar técnicas o
vivencias de este deporte que amamos, poder disfrutar de osos,
elefantes, cocodrilos, pumas, arces, ballenas, serpientes, águilas,
y un largo etc, todos y cada uno de ellos salvajes y en su hábitat
natural, descubrir la interesante, deliciosa y a veces no tan
deliciosa gastronomía que hay por el mundo, conducir por carreteras
interminables que nunca llega el horizonte, carreteras tan estrechas
que cabe medio coche, franqueadas a un lado por una inmensa pared y
al otro por un acantilado de vértigo, otras tapizadas con una
alfombra de nieve blanca, caminos de piedras y agujeros, descubriendo
volcanes, ríos rápidos y feroces o arroyos lentos y tranquilos,
montañas o paisajes que te dejan sin palabras, incluso
descubriéndonos a nosotros mismos.
Por
supuesto que no todo el camino ha sido color de rosa, también ha
habido momentos no tan buenos, estar dos meses lloviendo sin parar,
que dentro de una furgo sin ducha no es tan fácil como si estas en
casa, encontrarte a un personaje en la frontera de kazajistan que
quiere robarte, aparcar para pasar la noche en algún barrio no muy
tranquilo por decirlo de alguna manera, o encontrarte a algún
energúmeno que simplemente te odia porque no eres de su país, cosas
sin importancia que hacen el viaje más interesante y ameno, como ya
he dicho antes, en el mundo afortunadamente hay mucha más gente
buena que mala.
Hemos
conducido, volado, caminado, navegado y disfrutado 90000 kilómetros
de tierra, mar y aire, pero sobretodo hemos convivido con el mundo,
con admiración y respeto, hemos sido libres y felices, una
felicidad que no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de
nuestras familias y amigos, a todos ellos queremos agradecerles su
comprensión y respeto hacia esta maravillosa locura que un día se
nos pasó por la cabeza y hoy podemos estar bien contentos y
orgullosos de haber logrado, ahora seguiremos trabajando y montando
nuevas rutas para seguir conociendo lugares maravillosos como los que
hemos conocido hasta ahora, quizás, África? Quizás, Australia?
Bueno habrá que esperar algún tiempo para saberlo...
Hasta
pronto amigos.
P.D.
Seguiremos en esta página colgando fotos, vídeos, y muchas más
cosas que nos han quedado en el tintero, y por supuesto que
seguiremos contestando vuestras preguntas o dudas que tengáis a la
hora de hacer o montar un viaje, ya sabéis que intentamos ayudar en
la medida que podemos, un saludo viajero.
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lunes, 16 de octubre de 2017
Nuevo vídeo: Fahrenheit
Buenos días, aquí subimos otro pequeño vídeo de nuestra vuelta al mundo en furgoneta
https://youtu.be/hry-3DgNzQ0
https://youtu.be/hry-3DgNzQ0
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miércoles, 4 de octubre de 2017
Cuba y...vuelta a casa
04/10/2017
Empezamos a terminar nuestra aventura. Buenos días desde Amberes (Bélgica). Estamos esperando nuestra furgoneta, que salió de Baltimore hace un mes y hoy ha llegado a esta ciudad, aunque debemos esperar un día para poder recogerla.
Estamos en la biblioteca pública, porque se nos acumulan las historias que contar, nos han dejado un ordenador (en el sistema de teclado distinto al que se usa en nuestra casa y sin la letra que ocupa un lugar entre la N y la O en el alfabeto)....vamos a ver cómo sale esto....será divertido.
Tenemos 1 hora para poder resumiros un poco cóno ha sido nuestro paso por Cuba, así que seremos breves, quizás no nos de tiempo de contaros cómo viven los cubanos la revolución (aún activa) cómo compramos 4 langostas recién pescadas por 4 euros, cómo nos la cocinaron al "microwey", hasta donde tenemos ganas de llegar a nuestras casas, estar con nuestras famílias, comer nuestra comida y empezar otra nueva aventura como es nuestra vida.
Como os decíamos, la furgo salió hace un mes de Baltimore, ella vino hacia Europa y nosotros fuimos hacia Cuba, llegamos justo un día antes que el huracán Irma. En el avión éramos 10 pasajeros, 8 cubanos y nosotros 2. Aunque la empresa con la que habíamos reservado los billetes nos había contactado para poder anular el vuelo nosotros preferimos ir y poder ver la fuerza de la naturaleza, cómo la gente de un pueblo acostumbrado a este fenómeno se prepara comprando agua, subiendo tabiques de obra en las puertas de las casas para que el agua no entre, cómo pasan la noche despiertos viendo como el viento tira árboles, farolas, semáforos, etc. Y cómo despierta el día siguiente con sol, todas las calles llenas de agua, de escombros y con el pueblo preparado para remontar, una vez más, sus espacios y sus vidas, sabiendo que éste es un hecho contra el que no se puede luchar, porque está por encima de todos nosotros, simplemente se debe respetar.
Pasados esos días del huracán nos dimos cuenta que la máxima dificultad de este acto metereológico está en el después (dónde encontrar comida, ciudades sin luz ni agua durante más de 15 días) y la gente simplemente esperando, al preguntar a las personas nos decían,...esto es un huracán, estamos vivos y a salvo, ahora sólo podemos esperar.
Estuvimos una semana por La Habana, viendo como se iba recuperando poco a poco, los pocos coches que hay se empezaban a dejar ver por la ciudad, los chevrolets rosa ya salían a pasear turistas.
Pudimos entrar en la fábrica de Habanos y poder vivir la vida del pueblo en una casita en la que dormimos durante esa semana.
Después de esta semana en La Habana reservamos un coche para poder recorrer la isla de cuba. En la casita en la que dormíamos conocimos a David y Ela una pareja franco-polonesa que empiezan a recorrer América con sus mochilas, se apuntaron a venir unos días con nosotros así que nos fuimos los 4 juntos a ver Cuba: Cienfuegos donde dormimos en casa de Ramona y Héctor, El Nicho, un paraje natural increíble con unas cascadas naturales desbordantes debido al huracán, Trinidad, donde estuvimos en casa de Luís. Allí se separaron nuestros caminos ellos fueron hacia el norte y nosotros seguimos bajando, hacia las ciudades de Ciego de Ávila y Camaguey, allí teníamos que decidir si seguíamos bajando o empezábamos a subir de nuevo. Teníamos que vijilar, el precio de la gasolina es terriblemente caro, el precio de la comida también y no puedes pagar nada con tarjeta de crédito, y podéis imaginar que a estas alturas nuestro presupuesto en "cash" es bastante inexistente. Así que empezamos nuestro camino hacia Santa Clara, donde se encuentran los restos de Ernesto Che Guevara. Seguimos hacia Varadero,...para los que no lo sepáis, en Varadero es donde están algunos de los ressorts de Cuba y sí, decidimos dedicar los últimos 3 días antes de volver a Europa a estar en un Ressort, nadando, comiendo y durmiendo, y así lo hicimos y fue tanto que el último día yo me puse mala de tanto comer. Pero con las suficientes fuerzas para volver a La Habana, coger el avión, pasar 24 horas viajando, cambiando de aviones, cogiendo buses, buscando el hotel y poder recuperarme comiendo el maravilloso queso de Bélgica a un precio maravilloso también.
Esperamos estar en camino de nuestra casa bien pronto y, al llegar, poder explicaros con calma y con muchas ganas las mil historias que llevamos dentro, que nos hacen reír al recordarlas, volver a adaptarnos al ritmo que va a ser el nuestro de nuevo, esta vez con otros ojos, unos ojos que han visto más y aunque quizás más cansados con ganas de seguir viendo y viviendo.
Empezamos a terminar nuestra aventura. Buenos días desde Amberes (Bélgica). Estamos esperando nuestra furgoneta, que salió de Baltimore hace un mes y hoy ha llegado a esta ciudad, aunque debemos esperar un día para poder recogerla.
Estamos en la biblioteca pública, porque se nos acumulan las historias que contar, nos han dejado un ordenador (en el sistema de teclado distinto al que se usa en nuestra casa y sin la letra que ocupa un lugar entre la N y la O en el alfabeto)....vamos a ver cómo sale esto....será divertido.
Tenemos 1 hora para poder resumiros un poco cóno ha sido nuestro paso por Cuba, así que seremos breves, quizás no nos de tiempo de contaros cómo viven los cubanos la revolución (aún activa) cómo compramos 4 langostas recién pescadas por 4 euros, cómo nos la cocinaron al "microwey", hasta donde tenemos ganas de llegar a nuestras casas, estar con nuestras famílias, comer nuestra comida y empezar otra nueva aventura como es nuestra vida.
Como os decíamos, la furgo salió hace un mes de Baltimore, ella vino hacia Europa y nosotros fuimos hacia Cuba, llegamos justo un día antes que el huracán Irma. En el avión éramos 10 pasajeros, 8 cubanos y nosotros 2. Aunque la empresa con la que habíamos reservado los billetes nos había contactado para poder anular el vuelo nosotros preferimos ir y poder ver la fuerza de la naturaleza, cómo la gente de un pueblo acostumbrado a este fenómeno se prepara comprando agua, subiendo tabiques de obra en las puertas de las casas para que el agua no entre, cómo pasan la noche despiertos viendo como el viento tira árboles, farolas, semáforos, etc. Y cómo despierta el día siguiente con sol, todas las calles llenas de agua, de escombros y con el pueblo preparado para remontar, una vez más, sus espacios y sus vidas, sabiendo que éste es un hecho contra el que no se puede luchar, porque está por encima de todos nosotros, simplemente se debe respetar.
Pasados esos días del huracán nos dimos cuenta que la máxima dificultad de este acto metereológico está en el después (dónde encontrar comida, ciudades sin luz ni agua durante más de 15 días) y la gente simplemente esperando, al preguntar a las personas nos decían,...esto es un huracán, estamos vivos y a salvo, ahora sólo podemos esperar.
Estuvimos una semana por La Habana, viendo como se iba recuperando poco a poco, los pocos coches que hay se empezaban a dejar ver por la ciudad, los chevrolets rosa ya salían a pasear turistas.
Pudimos entrar en la fábrica de Habanos y poder vivir la vida del pueblo en una casita en la que dormimos durante esa semana.
Después de esta semana en La Habana reservamos un coche para poder recorrer la isla de cuba. En la casita en la que dormíamos conocimos a David y Ela una pareja franco-polonesa que empiezan a recorrer América con sus mochilas, se apuntaron a venir unos días con nosotros así que nos fuimos los 4 juntos a ver Cuba: Cienfuegos donde dormimos en casa de Ramona y Héctor, El Nicho, un paraje natural increíble con unas cascadas naturales desbordantes debido al huracán, Trinidad, donde estuvimos en casa de Luís. Allí se separaron nuestros caminos ellos fueron hacia el norte y nosotros seguimos bajando, hacia las ciudades de Ciego de Ávila y Camaguey, allí teníamos que decidir si seguíamos bajando o empezábamos a subir de nuevo. Teníamos que vijilar, el precio de la gasolina es terriblemente caro, el precio de la comida también y no puedes pagar nada con tarjeta de crédito, y podéis imaginar que a estas alturas nuestro presupuesto en "cash" es bastante inexistente. Así que empezamos nuestro camino hacia Santa Clara, donde se encuentran los restos de Ernesto Che Guevara. Seguimos hacia Varadero,...para los que no lo sepáis, en Varadero es donde están algunos de los ressorts de Cuba y sí, decidimos dedicar los últimos 3 días antes de volver a Europa a estar en un Ressort, nadando, comiendo y durmiendo, y así lo hicimos y fue tanto que el último día yo me puse mala de tanto comer. Pero con las suficientes fuerzas para volver a La Habana, coger el avión, pasar 24 horas viajando, cambiando de aviones, cogiendo buses, buscando el hotel y poder recuperarme comiendo el maravilloso queso de Bélgica a un precio maravilloso también.
Esperamos estar en camino de nuestra casa bien pronto y, al llegar, poder explicaros con calma y con muchas ganas las mil historias que llevamos dentro, que nos hacen reír al recordarlas, volver a adaptarnos al ritmo que va a ser el nuestro de nuevo, esta vez con otros ojos, unos ojos que han visto más y aunque quizás más cansados con ganas de seguir viendo y viviendo.
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café y habano |
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preparativos para la llegada de Irma |
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Primeras lluvias del huracán |
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después del paso de Irma |
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Pasando un buen rato |
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Malecón |
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Así es Cuba |
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Sol del trópico |
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La Habana |
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Capitolio |
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Con David y Ela |
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Haciendo amigos |
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Con Ramona y Héctor en Cienfuegos |
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Camino al Nicho |
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Nicho |
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Trinidad |
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Langosta a 1 euro |
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Santa Clara |
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Camino a Matanzas |
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En el autobús de Matanzas |
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Cueva de Saturno |
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Playa de Varadero |
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Puesta de sol en Varadero |
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Preparados para volver |
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martes, 18 de julio de 2017
Hasta luego Canadá, fue un placer
Ya os estoy escribiendo desde otro
país, volvemos a estar en Estados Unidos, esta vez la costa Este.
Entramos esta mañana, íbamos con todo preparado, y con los nervios
de todas las fronteras, por si nos faltaba algún papel,... para
entrar por tierra a EEUU necesitas un visado, que debes tramitar en
tu país, pero nosotros no podíamos hacerlo, intentamos tramitarlo
en la embajada de los Estados Unidos en Ottawa, pero como no
estábamos en su lista nos fue imposible entrar en la embajada, así
que decidimos ir sin nada hasta la frontera y que allí hicieran lo
que quisieran, y así hemos llegado esta mañana. Se han encargado
dos chicos jóvenes, nos han hecho las mil preguntas de siempre y
nosotros hemos empezado a hablar, la nueva técnica que adoptamos es:
hablamos los dos, más o menos a la vez, en inglés y vamos contando
a nuestro rollo nuestro viaje, hasta que se cansan y nos hacen el
visado, y así lo han hecho. Hemos estado un tiempo esperando a que
nos hicieran el papelito, no puedo asegurar cuánto tiempo ha sido,
porque en las embajadas, fronteras y sitios públicos el tiempo pasa
de una manera distinta a la del resto del mundo, no sé si es mucho o
poco, la cuestión es que nos han dado los visados y nos han dicho
buen viaje...No nos han mirado la furgo,...y eso me da mucha rabia,
¡el momento de pasar las fronteras es cuando más limpia la
llevamos!.
Os voy a contar un poco el final de
nuestro paso por Canadá. Después de estar con los amigos
Volkswageneros en Niágara emprendimos camino hacia Ottawa, la
capital del país, una ciudad recogida, con edificios coloniales, con
mucho turismo, a nosotros nos pareció una pequeña Inglaterra, no
estábamos acostumbrados a este paisaje en estos lugares, estuvimos
tres días paseando por la ciudad y viendo los preparativos de la
fiesta nacional del 1 de julio, en Ottawa pudimos dormir en el
aparcamiento del Walmart (ya casi nuestro terreno) el tercer día
vino la policía, se ve que alguien los había llamado, que había un
vehículo sospechoso con una matrícula sospechosa, se puso un coche
delante de la furgo y otro detrás, y nosotros desayunando tan
tranquilamente. Nos preguntaron qué hacíamos tantos días allí y
las mil preguntas de siempre, al final nos dijeron que lo sentían,
pero que con la fiesta del 1 de julio la gente está un poco
asustada, fueron muy simpáticos, tanto que antes de irse nos
regalaron dos vales del Mc Donalds para dos cafés, y como ese día
ya nos íbamos nos pasamos por el Mc. Donalds a buscar nuestros
jarrones de café para el viaje, dos cafés XXL para llevar por
favor, con azúcar, vinagre, mostaza y ketchup (el vinagre, la
mostaza y el ketchup para nuestra despensa claro).
De Ottawa nos fuimos hasta Montréal,
allí encontramos una callecita en el centro, donde aparcar era
gratis y se veía un lugar muy tranquilo, ...así que ya teníamos
hotelito. Nos fuimos a ver la ciudad, había festivales por todas
partes, festival de artesanos, el festival internacional de jazz,
festival de pintura, mil actividades que nos hicieron volver locos de
un lugar a otro, todo gratis, montajes enormes, bailes con
estructuras hechas por contenedores de transporte, toda una calle
llena de pinturas, un piano público en una plaza, en el barrio gay,
donde estaban tocándolo y cantando los vecinos del barrio,
llegábamos tardísimo a nuestro hotelito furgonetero y hechos polvo
de ir hacia arriba y hacia abajo. Allí probamos las Poutiné más
famosas de Canadá, un plato enorme de patatas fritas con queso
cheddar y una salsa, también probamos la cola de castor, que no es
una cola de verdad, es un postre, que no está nada malo y que nos
comimos mientras paseábamos por el puerto antiguo de Montréal...vaya
estampa más romántica.
Y de Montreal a Quebec, pasando por el
parque Nacional la Mauricie, un parque como casi todos los que hemos
visto de Canadá, frondosos, verdes, con vistas que parece que te
ensanchen la mirada, caminatas por todas partes y cada una con una
característica distinta,...y lo mejor,...duchas, aprovechamos que
este parque nacional tenía duchas para hacer un buen repaso. Cuando
llegamos a las duchas nos dijeron que funcionaban con monedas de 25
centavos, cogimos todas las monedas que teníamos y nos fuimos hacia
allí, yo llevaba 2 y Jordi otras dos, al meternos en las duchas
vimos que para que funcionara tenías que meter 4 monedas de
golpe....bueno...no entraré en detalles, pero después de montar un
“cinet” nos pudimos duchar los 2 con nuestras 4 monedas (esta
será una de esas historias que cuentas en el bar riéndote).
Quebec nos pareció otra pequeña
Europa, esta vez Francia. Con muchas cuestas y otra vez mucho
turismo, fue allí donde pasamos el 1 de julio, en un concierto del
famoso grupo Billy Talent y los fuegos artificiales, fue bastante
divertido, aunque....seguimos pensando que somos los mejores montando
“tinglados” y festivales. En Québec hablan francés, yo creía
que también hablaba francés, fue muy frustrante no poder entenderme
con nadie en francés, no les entendía nada y ellos no me entendían
a mí, terminábamos hablando en inglés, Jordi se reía de mí
diciendo que él creía que iba a estar salvado en Québec con mi
francés....más tarde encontramos unos franceses de Francia y nos
dijeron que ellos tampoco llegan a comprenderse muy bien con la gente
de Quebec (fue un descanso).
De Quebec decidimos subir un poco hacia
el norte, hacia el pueblo de Tadoussac, donde se pueden avistar
ballenas beluga, ballenas negras y focas. Creíamos que no íbamos a
ver pero había millones de belugas, fue increíble, maravilloso, era
impresionante ver tantas y tan blancas, reflejaban la luz del sol en
sus espaldas cada vez que salían a respirar. Creíamos que ver las
belugas había sido lo mejor del día,...pero luego seguimos subiendo
hasta otro lugar, donde simplemente te sientas en las rocas delante
del mar y dejas pasar las horas, y cuando estás medio dormido,
relajado por el sol que te da en la cara y por el sonido del mar ves
salir una ballena enorme delante de ti y sale y se vuelve a meter y
vuelve a salir y se vuelve a meter y todos nos despejamos de golpe,
pero nadie dice nada. Quizás, para mí, este es uno de los secretos
de la vida que no sabía, no todo es ahora, ni a un momento
determinado, ni durante tanto tiempo, simplemente te sientas y
esperas que las cosas pasen, y puede que pasen o puede que no. Si no
pasan, no quiere decir que no estén allí, simplemente no ha pasado
mientras tú estabas,...si pasan...no lo olvidarás en la vida, no
sólo no olvidarás el espectáculo de ver a una ballena en su ruta
por la vida, tampoco olvidarás la sensación de la calma mientras
esperas ver cómo pasa la vida, la naturaleza, sólo disfrutar de la
espera. Esa noche dormimos en una playa llena de dunas y de
mosquitos, estábamos orientados hacia el este, es decir, el sol
salía por el mar, y sin el sol en el horizonte durante su puesta
vimos otro espectáculo, nosotros no podíamos ver el sol, estaba
detrás nuestro, detrás de las montañas, pero su reflejo llegaba
hasta el mar y volvía todo el cielo de color rosa, se ve que todos
los habitantes de Tadoussac saben este hecho y justo a la hora de la
puesta vinieron muchos coches para poder ver ese rosa de la vida. Al
día siguiente vimos salir el sol por el mar, y me di cuenta de
cuánto tiempo llevaba sin ver el sol salir por el mar, tal y como lo
he visto salir siempre durante 36 años, reflejando sus rayos más
fuertes de la mañana en el agua. Las puestas de sol en el océano
son preciosas pero la salida del sol por el mar me trae los mejores
recuerdos de mi vida, y por un momento eché de menos mi precioso mar
mediterráneo.
De Tadoussac nos fuimos hacia la
península de Gaspé, New Brunswick y Nova Scotia. Para nosotros,
después de pasar por todo Canadá, fue lo menos espectacular, que no
es menos bonito, pero tuvimos la sensación de estar en Europa,
pasamos por el parque nacional de Fundy, y por las rocas Hopewell,
unas rocas enormes erosionadas por la marea, entre las que puedes
pasearte cuando ésta baja, justo estar a su lado...dios santo qué
maravillas hay en el mundo, y sólo hemos visto la mitad. En Nova
Scotia pudimos estar en el parque nacional de Kejimkujik, y vimos la
niebla que acompaña esta provincia en toda su costa que la vuelve
misteriosa y silenciosa.
En esta zona los aparcamientos de los
centros comerciales Walmart se vuelven lugar de reunión y
“pasaratos” de sus habitantes,...lo que nosotros hacemos en una
cafetería, en una plaza, delante del mar, ellos lo hacen en los
aparcamientos, con un vaso para llevar de una cadena de cafés, pero
sin bajarse de los coches, cada uno está en su coche, uno al lado
del otro y hablan por las ventanillas, es muy divertido ver cómo
pasan las tardes así. Y en uno de estos aparcamientos nos
despertamos el 15 de julio, celebrando 1 año desde que empezamos el
viaje, no nos vamos a poner melancólicos,...pero empezamos de risa
hace un año y hemos reído, llorado, nos hemos enfadado, hemos visto
mil cosas, hemos conocido personas de distintas razas que van pasando
por la vida,...como nosotros, y también hemos aprendido que no somos
distintos a todos aquellos viajeros, turistas,...da igual el nombre,
que viven sus experiencias, sean cuales sean, unas empiezan, otras
acaban y todas son fascinantes para los que las están viviendo,
porque son sus vidas.
Se acabó nuestra gran experiencia en
Canadá, más de mil fotos, vídeos, recuerdos y amigos nuevos que lo
han hecho, sin lugar a dudas, uno de los países más impresionantes
en los que hemos estado, y quizás sí tenía razón la agente que
encontramos en la primera frontera de Canadá, que nos aseguró que
este país iba a ser el mejor de todo el viaje.
![]() |
cola de castor |
![]() |
parlamento de Ottawa |
![]() |
Calles de Montreal |
![]() |
piano público en el barrio gay de montreal |
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espectáculo con contenedores |
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calles de Quebec |
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Calles de Quebec |
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Poutiné (mmmm....) |
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Parque Nacional La Mauricie |
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uno de los lugares donde despertamos |
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la vie en rose |
![]() |
el saludo al sol |
![]() |
esperando ballenas |
![]() |
Jordi es un superviviente, haciendo fuegos |
![]() |
De todo sabe |
![]() |
niebla en Nova Scotia (P.N. Kejimkujik) |
![]() |
Ir a la playa en Canadá es lo mismo que en el Mediterraneo, pero con chaqueta |
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martes, 27 de diciembre de 2016
Japón, y es por eso que el sol decidió nacer aquí
Hola a todos, ya acabó nuestro paso por las tierras asiáticas.
Para resumiros un poco las modificaciones de nuestra ruta: En un principio enviamos la furgoneta de Mongolia hacia la India, el puerto de Chennai. Para llegar hasta la Índia la furgoneta viajaba en un tren hasta la frontera con China, allí la cambiaban de tren para llegar a Tiajin, el puerto que hay al este de Beijín. Cuando la furgoneta llegó allí nosotros estábamos llegando a Vietnam, y fue entonces cuando la empresa transportadora nos notificó que el puerto de Chennai no dejaba entrar los efectos personales que había dentro de la furgoneta, junto con la empresa estuvimos buscando algún otro puerto en toda la Índia donde enviarla. Cuando ya estábamos llegando al sur de Vietnam y necesitábamos tener algo claro, la Índia seguía diciendo que no, así que después de mirar todas las rutas posibles decidimos enviarla a Los Ángeles Estados Unidos, ¿por qué Los Ángeles y no Tailandia o Camboya o otro país del sureste? pues porque para cruzar Myanmar en vehículo propio necesitas pasar con un guía oficial del país y este paso cuesta alrededor de 1.000€ por persona, si cogíamos la furgo en Camboya o cualquier país al este de Myanmar no había problemas, hasta que llegáramos a la Índia, ya que este país no importa, ni EXPORTA elementos personales, entonces deberíamos volver por Myanmar hacia Tailandia, Camboya, etc. y esto costaría 1.000€ más por persona.
¿Por qué los Ángeles y no Alaska como teníamos pensado en un principio? pues porque estamos a diciembre y no estamos dispuestos a dormir en la furgo a -15 grados, aún no ha llegado a este punto nuestro nivel de locura. Así que nos propusimos otra ruta, ir subiendo des de los Ángeles a Alaska tal cual avanzara el invierno, para llegar en primavera a Anchorage, y luego bajar hacia la costa este y recorrer toda esta costa hasta Florida.
Una vez decidimos que la furgoneta se fuera a Los Ángeles nos notificaron que ésta llegaría el 24 de diciembre, así que teníamos sobre un mes para decidir dónde ir, y escogimos Tailandia y Japón. Los dos países que queríamos ver sí o sí. La Índia y Nepal los queríamos hacer juntos pero no es un viaje que se pueda hacer en una semana y media, así que este viaje lo guardaremos para otro post dentro de mucho tiempo, cuando ya hayamos terminado el viaje que estamos haciendo ahora.
Pasamos por Tailandia, con mucho calor, y llegamos a Japón, el país del sol naciente y el país que me ha robado el corazón. Sólo estuvimos 6 días porque teníamos que estar en Los Ángeles para esperar la furgo y arreglar todos los papeles (que por cierto, está siendo muy difícil toda la burocracia, esperemos que, por lo menos los reyes magos sean buenos y nos traigan la furgoneta ya, os prometo que cuando termine el viaje si hemos conseguido transportar la furgoneta haremos un post sólo de cómo entrar por mar un vehículo, paso por paso para que a todos los flipados, porque ahora esto ya es para enloquecer, que quieran hacer algún viaje así les sea más fácil y ya vayan preparados).
Lo que os decía, 6 días en Japón, como era muy poco tiempo decidimos buscar qué nos hacía más ilusión conocer, Tokyo (por supuesto) y el Monte Fuji, lo bueno de esta modificación de fechas era que podríamos ver el Monte Fuji nevado, si es que las nubes nos lo permitían. Para preparar el viaje en tan poco tiempo nos metimos en un blog de una pareja que ha viajado mucho y tienen unas guías hechas por ellos mismos muy buenas, su blog se llama marcando el polo. Para visitar el monte Fuji reservamos un hotel cápsula en Kawaguchiko, uno de los pueblos que lo rodean. Llegamos a Tokyo por el aeropuerto de Narita, que está a unos 80Km. al este de la ciudad, todo está muy bien indicado, de muy fácil acceso, muy práctico, limpio, ordenado,...perfecto. Nos fuimos con un tren hasta la estación de bus del oeste de Tokio (Shinjuku), eran las 21h había un bus hacia Kawaguchicko a las 22:30 y otro a las 23:30 y era una hora y media de viaje, pedimos dos plazas para el de las 22:30, pero estaba completo, entonces la chica que nos atendía nos dijo, con una sonrisa (no olvidéis que no estábamos en China ya) que ella nos reservaba dos plazas para el último bus sin cobrarlas aún y que a las 22:25 nos acercáramos de nuevo a la taquilla porque hacían la reventa de las cancelaciones, es decir que está todo vendido, pero a veces alguien cancela su billete y quedan asientos libres, y nos dio un papel en japonés con el número 101. Mientras esperábamos se acercó un reportero y un cámara con un micro para hacernos una entrevista de por qué estábamos en esta estación, si nos gustaba el servicio ofrecido, las instalaciones,... y pues nos inventamos todo lo que pudimos,...los que nos conocéis ya sabéis que yo soy muy de inventar, y Jordi no se queda corto. A las 22:24 estábamos en la taquilla, un señor se acercó y pasó por delante nuestro a enseñar su papelito, el chico de la taquilla lo miró y en lugar de hablarle en japonés le habló en inglés para que nosotros lo entendiéramos, y le dijo, por favor respete el orden (ya podéis imaginar por qué me ha robado el corazón Japón), así que el primer número que llamaron fue el 101, bieeen y nos dieron dos plazas a mitad de precio por ser la reventa de las cancelaciones. Y al subir al bus la tele que nos seguía grabando,...en ese momento me dije....toma Madonna esto es ser famoso.
Llegamos al hotel de Kawaguchiko a las 24h, en esos hoteles ellos te mandan un código y si llegas por la noche pones el código en el timbre de la puerta, abres y coges las llaves de tu habitación que están encima del despacho. El código que nos dieron no abría,...qué extraño, seguimos intentándolo a -2 grados sin comer, ni cenar, Jordi se fue y yo seguí intentando abrir la puerta hasta que por el cristal, lo vi dentro, pasamos por una puerta que no cerraba bien. Habíamos comprado unos bocatas, y sólo había la llave a nombre de un francés, así que decidimos cenar y dormir en el sofá. Mientras cenábamos vino un chico japonés (muy parecido a Nobita, los de los 90 quizás sí sabéis quién es Nobita) y en tono agresivo y con miedo nos dijo...quiénes sois qué hacéis aquí, bien....lo que pasa es que nos habíamos equivocado de hotel, el nuestro estaba al otro lado del pueblo, a 1km. así que nos fuimos muy educadamente y llegamos a nuestro hotel,....donde el código sí abría y había unas llaves a nuestro nombre. Aunque fuera un hotel cápsula era fantástico, limpio, ordenado, puedes compartir sala donde están las cápsulas con 50 personas y sigues pensando que estás solo. Puedes dejar tus cosas a la vista y nunca nadie toca nada,...increíble.
A la mañana siguiente de llegar a Kawaguchiko, fuimos a la zona común con cocina de libre acceso a desayunar, y qué maravilla, hacía mucho sol y las ventanas daban directamente al Monte Fuji, ese es un lugar donde todo el mundo debería ir una vez en la vida, y en ese momento entendimos porque es sagrado para ellos. Tiene una personalidad propia que te penetra y te hace estar en calma, sin poder dejar de mirarlo, en ningún momento. En invierno las estaciones para subir al monte están cerradas, así que nos fuimos a una montaña que sí puedes subir y está directamente delante de él, de esta manera podríamos mirarlo y apreciar su grandeza. Es increíble, perfecto, no hay palabras, y todo el pueblo está inmerso en esta calma que desprende el monte, no había nubes, solamente estaba el sol, el cielo y él, con la parte de arriba blanca y el resto, a nuestros ojos, gris, que elegancia, allí estábamos sentados mirándolo, y otra vez, no sabéis cuántas fotos hicimos y no podíamos conseguir que se pareciera a lo que estábamos presenciando. Me sentí tan bien, sin hacer nada, sólo observándolo, es un lugar donde pasar horas y días,....pero sólo teníamos 6.
Así que al día siguiente cogimos otro bus que nos llevó a Tokio, ya estábamos preparados para el caos de la ciudad. Sólo llegar vimos una oficina de turismo (desde Moscú que no veíamos ninguna) al entrar nos hicieron sentar, nos imprimieron la ruta hasta nuestro hotel, mapas de la ciudad, una guía que está muy bien detallada (en español), fuimos a coger el metro para el hotel y un chico nos paró para ayudarnos, acabó comprando nuestros bonos de metro en las máquinas y acompañándonos hasta la entrada del metro, intentando hablar en español con nosotros. Como nos quedaban 3 días decidimos dividir Tokio en 3 zonas....¿se puede? es una locura pero por lo menos ves lo más destacado, estuvimos en la zona de pubs y bares antiguos en Shibuya, el Golden gai, en las torres del edificio government building donde puedes subir y ver todo Tokio, y si está despejado (que así fue) el Monte Fuji, el Yoyogi Park donde se encuentra el templo Meiji Jingu, donde pudimos presenciar el inicio de una boda, el cruce Shibuya (el más concurrido del mundo), la calle Takeshita, el templo Senso-ji, donde había una feria de comida típica, por dios qué ansiedad pasé allí, el museu del Sumo, el mercado de Tsukiji, donde vimos una caja de atún del Grup Balfegó de l'Ametlla de Mar, en esta empresa trabaja mi hermana, y ver esa caja nos hizo muchísima ilusión y a la vez nostalgia. Y todo lo que visitamos fue gratis. Incluso, los japoneses tienen una costumbre que se llama "depachika" que es el dar a probar muestras de comida que tienen, y en el mercado tsukiji llegó un punto donde no podíamos comer más cosas, frutas, atún, salmón deshidratados, almejas con salsas raras, habas cubiertas de crema de wasabi, mil sabores, increíble, no dábamos abasto, cada uno por un lado, y no sabíamos si les molestaba que comiéramos y no compráramos, hasta que una chica nos dijo, probad esto, ir adentro que tenemos más, no hace falta que compréis, simplemente que vuestros sentidos disfruten de estos sabores. Madre mía ¿se puede querer más a un país?, ¿ por qué son así?. Comprábamos comida para desayunar y nos dimos cuenta que era mucho más barata que en nuestra casa, incluso en los restaurantes, un plato con arroz, verdura, carne, huevo y queso, con el que te quedas sobradamente lleno, cuesta 3 euros. Comimos en diferentes restaurantes, la comida japonesa es increíblemente buena, pero no sólo el sushi, yo creo que todo lo que hacen, sea lo que sea, lo hacen con cuidado, con amor y con mucha paciencia, las sopas de udon, la sopa miso, la carne, el pescado, la tempura, la cerveza, todo.
Conocimos a una chica que hablaba muy bien español y nos explicó que en Japón la comida es barata ya que es considerada primera necesidad, y los impuestos de todo no pasan del 8%, que tienen el producto más barato que nosotros y realmente el sueldo mínimo es mucho más elevado que los nuestros....entonces...¿qué sistema tienen estos japoneses? y la pregunta más importante ¿Por qué nadie ha pensado en copiarlo? quizás en nuestra sociedad no funcionaría, pero les funciona tan bien a ellos que da gusto estar allí y sentirse parte importante de su sistema. Incluso con lo bien que están allí, varias personas nos decían que se querían ir a vivir a España, por el sol (yo les expliqué que no se hagan ilusiones, que en nada nos van a cobrar cuando nos pongamos morenos).
También es muy divertido verlos jugar al Pachinko, un juego parecido a una máquina tragaperras que se juega con unas bolitas, si llenas una caja de bolitas es una cantidad, cuantas más cajas de bolitas tienes, más dinero has ganado. Y las bolitas bajan todas a la vez y todas las máquinas están ocupadas por gente mayor, jóvenes, de todo, es una locura el ruido que hay allí dentro, digno de ver y de escuchar.
Otro gran amor que me cautivó fueron los Toto, estos baños japoneses, que tienen la taza calentita, distintos chorros con agua calentita, música o ruido para poner a tu gusto, (recordáis los baños chinos???) qué bien se está allí, no me lo traje, pero a la vuelta miro en Amazon a ver si hay alguno.
Con mucha pena y nostalgia nos fuimos del país, en el tren camino del aeropuerto miraba la ciudad como iba pasando por delante de mí, como si hubiera vivido allí alguna vez, y esto sólo me ha pasado en París, donde sí viví, aunque sé y lo siento, que voy a volver, porque, no sólo la ciudad, el país y su gente me han atrapado muchísimo, la próxima vez será para visitarlo todo, des del sur hasta el norte, sin prisas, disfrutando, más si se puede, de toda esa esencia que desprende un país tan enorme como es Japón, el primero de todos que ve nacer el sol.
Para resumiros un poco las modificaciones de nuestra ruta: En un principio enviamos la furgoneta de Mongolia hacia la India, el puerto de Chennai. Para llegar hasta la Índia la furgoneta viajaba en un tren hasta la frontera con China, allí la cambiaban de tren para llegar a Tiajin, el puerto que hay al este de Beijín. Cuando la furgoneta llegó allí nosotros estábamos llegando a Vietnam, y fue entonces cuando la empresa transportadora nos notificó que el puerto de Chennai no dejaba entrar los efectos personales que había dentro de la furgoneta, junto con la empresa estuvimos buscando algún otro puerto en toda la Índia donde enviarla. Cuando ya estábamos llegando al sur de Vietnam y necesitábamos tener algo claro, la Índia seguía diciendo que no, así que después de mirar todas las rutas posibles decidimos enviarla a Los Ángeles Estados Unidos, ¿por qué Los Ángeles y no Tailandia o Camboya o otro país del sureste? pues porque para cruzar Myanmar en vehículo propio necesitas pasar con un guía oficial del país y este paso cuesta alrededor de 1.000€ por persona, si cogíamos la furgo en Camboya o cualquier país al este de Myanmar no había problemas, hasta que llegáramos a la Índia, ya que este país no importa, ni EXPORTA elementos personales, entonces deberíamos volver por Myanmar hacia Tailandia, Camboya, etc. y esto costaría 1.000€ más por persona.
¿Por qué los Ángeles y no Alaska como teníamos pensado en un principio? pues porque estamos a diciembre y no estamos dispuestos a dormir en la furgo a -15 grados, aún no ha llegado a este punto nuestro nivel de locura. Así que nos propusimos otra ruta, ir subiendo des de los Ángeles a Alaska tal cual avanzara el invierno, para llegar en primavera a Anchorage, y luego bajar hacia la costa este y recorrer toda esta costa hasta Florida.
Una vez decidimos que la furgoneta se fuera a Los Ángeles nos notificaron que ésta llegaría el 24 de diciembre, así que teníamos sobre un mes para decidir dónde ir, y escogimos Tailandia y Japón. Los dos países que queríamos ver sí o sí. La Índia y Nepal los queríamos hacer juntos pero no es un viaje que se pueda hacer en una semana y media, así que este viaje lo guardaremos para otro post dentro de mucho tiempo, cuando ya hayamos terminado el viaje que estamos haciendo ahora.
Pasamos por Tailandia, con mucho calor, y llegamos a Japón, el país del sol naciente y el país que me ha robado el corazón. Sólo estuvimos 6 días porque teníamos que estar en Los Ángeles para esperar la furgo y arreglar todos los papeles (que por cierto, está siendo muy difícil toda la burocracia, esperemos que, por lo menos los reyes magos sean buenos y nos traigan la furgoneta ya, os prometo que cuando termine el viaje si hemos conseguido transportar la furgoneta haremos un post sólo de cómo entrar por mar un vehículo, paso por paso para que a todos los flipados, porque ahora esto ya es para enloquecer, que quieran hacer algún viaje así les sea más fácil y ya vayan preparados).
Lo que os decía, 6 días en Japón, como era muy poco tiempo decidimos buscar qué nos hacía más ilusión conocer, Tokyo (por supuesto) y el Monte Fuji, lo bueno de esta modificación de fechas era que podríamos ver el Monte Fuji nevado, si es que las nubes nos lo permitían. Para preparar el viaje en tan poco tiempo nos metimos en un blog de una pareja que ha viajado mucho y tienen unas guías hechas por ellos mismos muy buenas, su blog se llama marcando el polo. Para visitar el monte Fuji reservamos un hotel cápsula en Kawaguchiko, uno de los pueblos que lo rodean. Llegamos a Tokyo por el aeropuerto de Narita, que está a unos 80Km. al este de la ciudad, todo está muy bien indicado, de muy fácil acceso, muy práctico, limpio, ordenado,...perfecto. Nos fuimos con un tren hasta la estación de bus del oeste de Tokio (Shinjuku), eran las 21h había un bus hacia Kawaguchicko a las 22:30 y otro a las 23:30 y era una hora y media de viaje, pedimos dos plazas para el de las 22:30, pero estaba completo, entonces la chica que nos atendía nos dijo, con una sonrisa (no olvidéis que no estábamos en China ya) que ella nos reservaba dos plazas para el último bus sin cobrarlas aún y que a las 22:25 nos acercáramos de nuevo a la taquilla porque hacían la reventa de las cancelaciones, es decir que está todo vendido, pero a veces alguien cancela su billete y quedan asientos libres, y nos dio un papel en japonés con el número 101. Mientras esperábamos se acercó un reportero y un cámara con un micro para hacernos una entrevista de por qué estábamos en esta estación, si nos gustaba el servicio ofrecido, las instalaciones,... y pues nos inventamos todo lo que pudimos,...los que nos conocéis ya sabéis que yo soy muy de inventar, y Jordi no se queda corto. A las 22:24 estábamos en la taquilla, un señor se acercó y pasó por delante nuestro a enseñar su papelito, el chico de la taquilla lo miró y en lugar de hablarle en japonés le habló en inglés para que nosotros lo entendiéramos, y le dijo, por favor respete el orden (ya podéis imaginar por qué me ha robado el corazón Japón), así que el primer número que llamaron fue el 101, bieeen y nos dieron dos plazas a mitad de precio por ser la reventa de las cancelaciones. Y al subir al bus la tele que nos seguía grabando,...en ese momento me dije....toma Madonna esto es ser famoso.
Llegamos al hotel de Kawaguchiko a las 24h, en esos hoteles ellos te mandan un código y si llegas por la noche pones el código en el timbre de la puerta, abres y coges las llaves de tu habitación que están encima del despacho. El código que nos dieron no abría,...qué extraño, seguimos intentándolo a -2 grados sin comer, ni cenar, Jordi se fue y yo seguí intentando abrir la puerta hasta que por el cristal, lo vi dentro, pasamos por una puerta que no cerraba bien. Habíamos comprado unos bocatas, y sólo había la llave a nombre de un francés, así que decidimos cenar y dormir en el sofá. Mientras cenábamos vino un chico japonés (muy parecido a Nobita, los de los 90 quizás sí sabéis quién es Nobita) y en tono agresivo y con miedo nos dijo...quiénes sois qué hacéis aquí, bien....lo que pasa es que nos habíamos equivocado de hotel, el nuestro estaba al otro lado del pueblo, a 1km. así que nos fuimos muy educadamente y llegamos a nuestro hotel,....donde el código sí abría y había unas llaves a nuestro nombre. Aunque fuera un hotel cápsula era fantástico, limpio, ordenado, puedes compartir sala donde están las cápsulas con 50 personas y sigues pensando que estás solo. Puedes dejar tus cosas a la vista y nunca nadie toca nada,...increíble.
A la mañana siguiente de llegar a Kawaguchiko, fuimos a la zona común con cocina de libre acceso a desayunar, y qué maravilla, hacía mucho sol y las ventanas daban directamente al Monte Fuji, ese es un lugar donde todo el mundo debería ir una vez en la vida, y en ese momento entendimos porque es sagrado para ellos. Tiene una personalidad propia que te penetra y te hace estar en calma, sin poder dejar de mirarlo, en ningún momento. En invierno las estaciones para subir al monte están cerradas, así que nos fuimos a una montaña que sí puedes subir y está directamente delante de él, de esta manera podríamos mirarlo y apreciar su grandeza. Es increíble, perfecto, no hay palabras, y todo el pueblo está inmerso en esta calma que desprende el monte, no había nubes, solamente estaba el sol, el cielo y él, con la parte de arriba blanca y el resto, a nuestros ojos, gris, que elegancia, allí estábamos sentados mirándolo, y otra vez, no sabéis cuántas fotos hicimos y no podíamos conseguir que se pareciera a lo que estábamos presenciando. Me sentí tan bien, sin hacer nada, sólo observándolo, es un lugar donde pasar horas y días,....pero sólo teníamos 6.
Así que al día siguiente cogimos otro bus que nos llevó a Tokio, ya estábamos preparados para el caos de la ciudad. Sólo llegar vimos una oficina de turismo (desde Moscú que no veíamos ninguna) al entrar nos hicieron sentar, nos imprimieron la ruta hasta nuestro hotel, mapas de la ciudad, una guía que está muy bien detallada (en español), fuimos a coger el metro para el hotel y un chico nos paró para ayudarnos, acabó comprando nuestros bonos de metro en las máquinas y acompañándonos hasta la entrada del metro, intentando hablar en español con nosotros. Como nos quedaban 3 días decidimos dividir Tokio en 3 zonas....¿se puede? es una locura pero por lo menos ves lo más destacado, estuvimos en la zona de pubs y bares antiguos en Shibuya, el Golden gai, en las torres del edificio government building donde puedes subir y ver todo Tokio, y si está despejado (que así fue) el Monte Fuji, el Yoyogi Park donde se encuentra el templo Meiji Jingu, donde pudimos presenciar el inicio de una boda, el cruce Shibuya (el más concurrido del mundo), la calle Takeshita, el templo Senso-ji, donde había una feria de comida típica, por dios qué ansiedad pasé allí, el museu del Sumo, el mercado de Tsukiji, donde vimos una caja de atún del Grup Balfegó de l'Ametlla de Mar, en esta empresa trabaja mi hermana, y ver esa caja nos hizo muchísima ilusión y a la vez nostalgia. Y todo lo que visitamos fue gratis. Incluso, los japoneses tienen una costumbre que se llama "depachika" que es el dar a probar muestras de comida que tienen, y en el mercado tsukiji llegó un punto donde no podíamos comer más cosas, frutas, atún, salmón deshidratados, almejas con salsas raras, habas cubiertas de crema de wasabi, mil sabores, increíble, no dábamos abasto, cada uno por un lado, y no sabíamos si les molestaba que comiéramos y no compráramos, hasta que una chica nos dijo, probad esto, ir adentro que tenemos más, no hace falta que compréis, simplemente que vuestros sentidos disfruten de estos sabores. Madre mía ¿se puede querer más a un país?, ¿ por qué son así?. Comprábamos comida para desayunar y nos dimos cuenta que era mucho más barata que en nuestra casa, incluso en los restaurantes, un plato con arroz, verdura, carne, huevo y queso, con el que te quedas sobradamente lleno, cuesta 3 euros. Comimos en diferentes restaurantes, la comida japonesa es increíblemente buena, pero no sólo el sushi, yo creo que todo lo que hacen, sea lo que sea, lo hacen con cuidado, con amor y con mucha paciencia, las sopas de udon, la sopa miso, la carne, el pescado, la tempura, la cerveza, todo.
Conocimos a una chica que hablaba muy bien español y nos explicó que en Japón la comida es barata ya que es considerada primera necesidad, y los impuestos de todo no pasan del 8%, que tienen el producto más barato que nosotros y realmente el sueldo mínimo es mucho más elevado que los nuestros....entonces...¿qué sistema tienen estos japoneses? y la pregunta más importante ¿Por qué nadie ha pensado en copiarlo? quizás en nuestra sociedad no funcionaría, pero les funciona tan bien a ellos que da gusto estar allí y sentirse parte importante de su sistema. Incluso con lo bien que están allí, varias personas nos decían que se querían ir a vivir a España, por el sol (yo les expliqué que no se hagan ilusiones, que en nada nos van a cobrar cuando nos pongamos morenos).
También es muy divertido verlos jugar al Pachinko, un juego parecido a una máquina tragaperras que se juega con unas bolitas, si llenas una caja de bolitas es una cantidad, cuantas más cajas de bolitas tienes, más dinero has ganado. Y las bolitas bajan todas a la vez y todas las máquinas están ocupadas por gente mayor, jóvenes, de todo, es una locura el ruido que hay allí dentro, digno de ver y de escuchar.
Otro gran amor que me cautivó fueron los Toto, estos baños japoneses, que tienen la taza calentita, distintos chorros con agua calentita, música o ruido para poner a tu gusto, (recordáis los baños chinos???) qué bien se está allí, no me lo traje, pero a la vuelta miro en Amazon a ver si hay alguno.
Con mucha pena y nostalgia nos fuimos del país, en el tren camino del aeropuerto miraba la ciudad como iba pasando por delante de mí, como si hubiera vivido allí alguna vez, y esto sólo me ha pasado en París, donde sí viví, aunque sé y lo siento, que voy a volver, porque, no sólo la ciudad, el país y su gente me han atrapado muchísimo, la próxima vez será para visitarlo todo, des del sur hasta el norte, sin prisas, disfrutando, más si se puede, de toda esa esencia que desprende un país tan enorme como es Japón, el primero de todos que ve nacer el sol.
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nueva ruta, si todo sale bien,...sino pues la cambiamos y os avisamos ;) |
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monte fuji |
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vistas del monte fuji des de la zona común del hotel |
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Zona de Shinjuku |
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vistas des de la torre norte del government building, si miráis bien veréis el mone fuji |
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boda en el templo de Meiji Jingu |
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cruce de Shibuya |
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feria de comida tradicional japonesa |
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templo sensoji |
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Templo Sensoji |
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mercado de pescado Tsukiji con la caja del Grup Balfegó |
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venta de wasabi en el mercado de pescado |
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bares y restaurantes en el mercado de Tsukiji, cocinan el pescado comprado durante esa mañana |
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retrete Toto |
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vistas de Tokio des de los jardines imperiales |
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