Después de estos meses intentando adaptarnos un poco a nuestra nueva rutina, hemos conseguido terminar la memoria de nuestro viaje, con todo el presupuesto, documentos, material, camperización, etc. Como no podemos subir este dossier al blog os dejamos el índice.
Para quien quiera tener la información, ya sea para echarle un vistazo o por si puede servir de ayuda para montar un viajecito con sólo que nos enviéis vuestro mail os pasaremos el dossier encantados.
AVISO: Gmail nos da muchos problemas para recibir los mails para enviaros el dossier. Mejor si nos mandáis un mail a: fatimahidal@yahoo.es
Aquí podéis seguir las aventuras de nuestro viaje dando la vuelta al mundo en furgoneta
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miércoles, 3 de enero de 2018
Dossier memoria del viaje
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domingo, 13 de agosto de 2017
Paralelismos en el tiempo
CAPÍTULO 1
USA, ESTADO DE
MAIN, año 2017
Entre una niebla densa se deja intuir
el sonido de las olas del mar, estamos bajando unas escaleras, en
busca de la playa, no llego a imaginar una playa entre toda esta
niebla, pero al final aparece, primero la arena, después los
playeros con sus sombrillas y sus gorritos, parece un chiste, desde
la arena todavía no se ve el agua y allí está la gente tan
tranquila disfrutando de su particular playa, apartando niebla
llegamos al agua, meto los pies y de repente, parece que me estén
clavando mil puñales, está helada, aún así hay bastantes
valientes que están dentro, creo que tienen costra alrededor, en vez
de piel.
Al día siguiente un calor abrasador y
doble ración de niebla, la mezcla perfecta para que hubiera una
humedad del 90% en el ambiente, decidimos subir a la cima Arcadia,
poco a poco la altura disipó la niebla y dio paso al sol radiante, a
punto de hacer cima escuché a Fátima que decía, para para y es que
le dio un bajón de tensión y se mareó un poco. Con Fátima tumbada
con las piernas hacia arriba descansamos un poco, un buen trago de
agua y un plátano hicieron que se recuperara totalmente, esto le
pasa por querer seguir mi ritmo, jajaja.
CAPÍTULO 2
USA, EL BRONX, año
1980
Dos chicos hablan
entre ellos marcando mucho los acentos y otro a su lado les acompaña
haciendo ruidos secos con la boca, intentan rimar todas sus frases y
casi sin darse cuenta llevan un ritmo perfecto, hablan siempre de los
problemas de la sociedad en la que viven, frases y letras
reivindicativas y pedantes, es su forma de evadirse de la situación
tormentosa en la que viven. Otro pinta con rotulador en la pared las
mismas frases que sus colegas riman a un compás todavía desconocido
por ellos. En esa misma calle, y en la otra, y en la otra de más
allá les acompañan marginación, prostitución, extorsión, drogas
y sobretodo violencia, mucha violencia, y es que El Bronx en estos
años es el barrio más peligroso de Estados Unidos, con nada más y
nada menos que una media de 4 asesinatos al día.
Estos chicos
todavía no saben que están creando una nueva cultura mundial que
permanecerá para el resto de los días, la cultura del Hip Hop y el
Graffiti...
CAPÍTULO 3
USA, MAIN CAMINO A
MASSACHUSETTS, año 2017
En la radio suena
la canción Tu continente de IZAL, siguiendo los consejos de la
señora de turismo emprendimos rumbo al sur, por una carretera que
ellos llaman escénica, ¿escénica? Lo único que ves es niebla y
casas a los lados, para ellos esto de pasear viendo casas es
interesantísimo, bueno, cada uno con su mundo. Sin pena ni gloria
pasamos por varios estados, y es que hemos visto tantas cosas
interesantes en este viaje que cada vez cuesta más sorprendernos.
Entramos a Massachussets en busca de Boston, al llegar dejamos la
furgo en un parquing que vimos en la aplicación Ioverlander, una de
esas que hemos descubierto en este viaje y tanto nos están ayudando,
costaba 6€ el día entero, así que dejamos la furgo allí un par
de días, estaba justo al lado de la estación de tren, el centro
estaba a unos 9Km, así que cogíamos el metro para visitar la
ciudad, y qué ciudad, nos sorprendió gratamente Boston, tiene una
arquitectura impresionante, los rascacielos parece que caigan encima
de los edificios menores, paseando te da la sensación de no haber
salida, de que se amontonan entre ellos, pero a la vez parece que
cada uno de ellos esté puesto allí precisa y milimétricamente, que
toda la ciudad estuviera diseñada y construida al mismo tiempo, como
si toda ella fuera un solo edificio, a parte de su gente distendida,
moderna y más abierta de lo que sueles encontrar por aquí, fuera de
las grandes ciudades, muchísimas performances callejeras y mil
terrazas que te obligan a sentarte a disfrutar de una birra fría,
por no hablar de su gran mercado central, donde puedes probar comida
de casi todas las partes del mundo, esto último os recomiendo que
deis la vuelta al mundo y probéis la comida de cada país en su
país, bueno si no se puede dar la vuelta al mundo, el mercado
central de Boston es un buen sitio para probarla.
El día que nos
íbamos estábamos dentro de la furgo y escuchábamos voces en el
exterior, a mí me pareció que decían algo así como que podría
ser un vehículo robado, sí sí entendí el inglés americano a
través de las paredes de la furgo, y es que me sorprendo a mí mismo
cómo he mejorado mi inglés en este viaje.
Decidí salir a
ver qué pasaba, y allí había dos polis examinando nuestra casita
rodante, nos pusimos a hablar con ellos, les explicamos nuestro viaje
como ya hemos hecho tantas otras veces y no hubo ningún problema, se
despidieron de nosotros con un “take care”.
CAPÍTULO 4
USA, El Bronx, año
1983
Se oye el tintineo
de los botes de spray en la noche, un grupo de chicos de El Bronx
están haciendo un graffitti, otro más, y es que cada vez que muere
uno de ellos lo honran de esta manera. Esta vez la historia es más
triste si cabe, ya que el graffitti va dedicado a Jonathan, un crío
de 4 años que ha muerto en medio de un tiroteo entre bandas y
policía, en la pared se puede ver la cara del niño sonriendo y
debajo un tipo de rodillas pidiendo perdón por lo sucedido. Los
chicos de las bandas hacen graffittis en memoria de la víctima y
cuelgan del tendido eléctrico sus zapatillas preferidas.
El Bronx hoy por
hoy está lleno de dibujos en las paredes y bambas colgadas de los
cables.
CAPÍTULO 5
USA, RHODE ISLAND,
año 2017
Good bye querido
Boston, fue bonito mientras duró, pero tenemos que seguir nuestro
camino hacia el sur.
Queríamos visitar
el famoso estado de Rhode Island y al llegar allí nos quedamos algo
decepcionados, ya que el estado está formado por millonarios que
tienen todo privatizado y en el cual sólo puedes visitar algunas
playas pagando el módico precio de 30 dólares, como podéis
imaginar las vimos desde lejos, y es que nos negamos rotundamente a
pagar por entrar a una playa (tendrían que venir a La Cala para
saber lo qué es una playa de verdad). El fugaz paso por este estado
lo arregló Jerry, un señor que nos encontramos en una zona de rocas
al lado del océano, cada tarde va allí y hace un monolito de
piedras, tiene la zona infectada de monolitos, la verdad es que ha
creado un paisaje espectacular, se puso a charlar con nosotros y
charra que charra estuvimos 4 horas haciéndole compañía, y nos
dejó que le ayudáramos a decorar su precioso paisaje con un
monolito hecho por nosotros.
CAPÍTULO 6
USA, EL BRONX, año
1985
Aparece un nuevo
graffitti en El Bronx, otra de esas historias que pone los pelos de
punta, pero que son el día a día de este barrio en la década de
los ochenta.
Hay un partido de
baseball, dos críos se pelean, uno de ellos pertenece a una banda y
el otro intenta vivir al margen de bandas, drogas y la violencia que
marca este barrio, el primero comenta a sus superiores lo ocurrido y
deciden tomar cartas en el asunto, mandan matar al chico y el verdugo
tiene que ser su propio hermano, el cual pertenece a la misma banda.
Después de meses de esquivas y de aguantar presiones por parte de
los jefes de la banda acaba asesinando a su propio hermano.
CAPÍTULO 7
USA, NUEVA YORK,
año 2017
Desde lo lejos
apreciamos la silueta que perfilan los rascacielos de esta preciosa
ciudad, esta vez en la radio suena New York New York de Frank Sinatra
y es que, aquí la tenemos, Nueva York a nuestros pies.
Poco a poco nos
adentramos a la ciudad hasta la mismísima séptima avenida, los
altísimos rascacielos han engullido la furgoneta por completo,
Fátima no para de llamarme la atención para que esté atento a la
carretera, pero es que no puedo parar de mirar hacia arriba, hacia
abajo, hacia el centro y pa' dentro, tiene razón y es que el tráfico
de esta ciudad es de locos, aún así salimos victoriosos con nuestro
caballito.
Nos fuimos al
barrio de Astoria, donde habíamos alquilado una casa por Airbnb que
nos salía a 50 dólares por noche, lo cual en medio de Nueva York es
una ganga, hicimos esto porque queríamos dejar descansar la furgo
unos días y también darnos unas buenas duchas. Liz era la dueña de
la casa y el primer día casi ni la vimos, al día siguiente nos dijo
que tenía que viajar a California y que no la veríamos más en toda
nuestra estancia, así que tuvimos un apartamento de lo más cuco en
medio de Nueva York para nosotros solos, barrio tranquilo con la
furgo aparcada en la misma puerta gratis y una lavandería en la
esquina, ¿se podía pedir algo más? Bueno por pedir, pedimos una
pizza a la americana y el mando de la tele por cable, allí
estábamos, en New York, con casa propia, pizza y tele por cable,
éramos los reyes. Ahora tocaba descansar, habíamos tenido un día
largo de viaje y mañana teníamos mucha faena de ver, visitar y
disfrutar de esta ciudad que a mí particularmente me ha enamorado.
Buenos días,
preparados para visitar la gran manzana, nos fuimos a coger el metro,
bajamos, cómo no, en Times Square y al salir ya te haces una idea de
esta locura de ciudad, nada más andar 50 metros veo venir a un chico
corriendo como el mismísimo Ussain Bolt y detrás de él 4 policías
en su busca, por la otra esquina otros 3 policías y más por el otro
lado, en cinco segundos había allí cuatro coches de poli y quince
agentes alrededor del chico que ya estaba reducido en el suelo, y es
que...this is New York Man!!!.
La quinta avenida
hacia arriba, la séptima hacia abajo, Broadway con sus letreros de
musicales, Wall Street y sus brokers, central park, la biblioteca, la
central station, el empire state, no daba a basto de admirar la
ciudad y todavía no sabía que me quedaba por ver lo mejor,
Brooklyn, Harlem o el Bronx, las verdaderas esencias de Nueva York.
Ese mismo día
también visitamos la zona cero y la verdad es que han hecho un
monumento que refleja muy bien lo que sucedió allí aquel día. Son
dos cuadrados grandiosos de color negro, situados en la ubicación de
las Torres Gemelas, que se hunden en el suelo y por sus cuatro
paredes caen cortinas de agua, dentro de cada cuadrado hay otro
cuadrado más pequeño que se hunde todavía más en el centro, por
el cual se pierde toda el agua que cae de las paredes y desde ningún
ángulo o perspectiva se ve el fondo del agujero dando una sensación
de caída al vacío, alrededor de estos cuadrados están todos los
nombres de las víctimas de aquella tragedia.
Al día siguiente
nos dirigimos a Harlem, el barrio negro por excelencia de Nueva York,
cogimos la línea amarilla de metro que va hacia Manhattan, para
luego hacer trasbordo a la línea verde dirección norte que va a
Harlem y el Bronx, es impresionante como cambia el ambiente de una
línea a otra, pasamos de ver trajeados con maletines a gente muy
humilde y ser los dos únicos blancos del vagón, salimos en la calle
125, y te das cuenta que aquí ya, a penas, se ven turistas,
recorrimos la calle de arriba a abajo, visitando el shake harlem, una
famosa hamburguesería que permanece aquí desde los años dorados de
este barrio, y también por supuesto el famoso Apollo donde tocaron
grandes como Hareta Franklin, Jimmy Hendrix o Louis Amstrong. Pasamos
por la quinta, sexta y séptima avenidas que aquí cambian de nombre
por el de los famosos políticos que lucharon por la causa de este
pueblo, como Malcolm X, Martin Luther King o Lenox. Te ves envuelto
de raperos que te ofrecen sus maquetas grabadas y luego te piden
dinero por ellas, al decirles que no algunos te maldicen con algunas
palabras que todavía no llego a entender, mi inglés de Harlem
todavía tengo que mejorarlo, lo que sí sé es que lleva muchos
fucking de por medio, jajaja.
También estuvimos
en Brooklyn y creo que este es uno de los barrios que más ha
cambiado de la ciudad, con los años, ahora viven hipsters y
modernillos adinerados, ya que sus alquileres son desorbitados. Mucho
ambientazo en la calle y muchos garitos muy cools, prepárate a
dejarte un trozo de tu sueldo si quieres cenar por allí, creo que
cruzando el famoso puente de Brooklyn y paseando un rato por sus
calles quedarás más que satisfecho.
Ese mismo día
llegamos hasta el puerto y para nuestra sorpresa, hay un ferry que
une la isla de Manhattan con la Staten Island totalmente gratis y el
cual pasa justo por delante de la estatua de la libertad, así que
nos subimos al barco entre una marabunta de neoyorquinos que plegan
de sus trabajos y turistas que saben de este trayecto. La subida al
barco fue como revivir los tiempos en que grandes cantidades de
inmigrantes llegaban a esta ciudad en busca de sus sueños.
CAPÍTULO 8
USA, EL BRONX,
año1987
Big Pun, el rapero
más famoso del Bronx sin duda alguna, letras durísimas y acciones
todavía más como su propio nombre indica, Big Pun es la abreviación
de Big Punisher (el gran castigador). Ha aparecido un nuevo graffitti
en el barrio, donde sale su silueta y su nombre bien grande, sí sí,
el tipo ha muerto, pero esta vez, al contrario de lo que todo el
mundo cree, pelea de bandas,... ajuste de cuentas,... el tipo estaba
tan gordo que le ha dado un infarto al corazón. Delante del
graffitti de Big Pun hay dos chicos sentados en un coche fumando un
cigarro y rapeando en honor a su rapero favorito.
CAPÍTULO 9
USA, EL BRONX, año
2017
Delante del
graffitti de Big Pun se encuentran dos chicos sentados en un coche,
esta vez no son del barrio, y no están rapeando, esta vez somos
Fátima y yo observando un graffitti que con los años se ha
convertido en uno de los más famosos del Bronx y es que hoy por hoy
Big Pun todavía está muy presente entre los jóvenes y no tan
jóvenes vecinos del Bronx.
Con todas las
advertencias y recomendaciones de que no se nos ocurriera visitar El
Bronx, aquí estamos, y es que yo no me hubiera perdonado venir a New
York y no visitar El Bronx, como ya he dicho en otros posts, yo crecí
escuchando rap y haciendo graffittis, cómo me iba a perder el lugar
donde nació esta cultura. Poco a poco, recorriendo el barrio, nos
damos cuenta de que ha evolucionado mucho, y que el gobierno ha
invertido en infraestructuras y sobre todo en cultura y educación
para las nuevas generaciones. Aún así, la media, hoy en día, es de
dos asesinatos al día, bueno lo han bajado a la mitad, pero sigue
siendo muchísimo, y es que todavía puedes ver mucha prostitución,
marginalidad, tiendas con barrotes las cuales venden por una
ventanita y sobretodo graffittis, muchos graffittis honrando a
víctimas de la violencia y muchas zapatillas colgadas de los cables.
Se puede palpar la
tensión y cómo miran a la gente que no pertenece al barrio, por
supuesto no se os ocurra sacar cámaras o móviles y posar en alguno
de los graffittis, es un insulto para ellos, seguramente tendréis
problemas y por supuesto no se os ocurra visitar el barrio de noche,
parece de película, pero lamentablemente es así. Hoy en día hay
bastante gente que se está mudando aquí presionada por los
altísimos precios de los alquileres en New York, y poco a poco está
cambiando el barrio, aún así todavía tienen mucho trabajo.
También hay que
decir que a día de hoy El Bronx se divide en dos partes, el sur
oeste y el resto, el sur oeste es la parte más peligrosa y auténtica
de lo que fue El Bronx de los ochenta, la que nosotros visitamos, y
donde tienes que ir si quieres ver la esencia de este barrio, pero
siempre con mil ojos y mucho respeto.
FIN
PD: Todas las
historias contadas en este post son verídicas. Espero que os haya
gustado
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silueta de Nueva York |
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playa en la niebla |
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Fátima recuperándose |
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Jerry |
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boston |
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boston |
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pisito en nueva york |
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Times Square |
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Zona cero |
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estatua de la libertad |
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harlem |
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puente de brooklyn |
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brooklyn |
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El Bronx |
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Graffitti Big Pun en El Bronx |
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El Bronx |
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martes, 18 de julio de 2017
Hasta luego Canadá, fue un placer
Ya os estoy escribiendo desde otro
país, volvemos a estar en Estados Unidos, esta vez la costa Este.
Entramos esta mañana, íbamos con todo preparado, y con los nervios
de todas las fronteras, por si nos faltaba algún papel,... para
entrar por tierra a EEUU necesitas un visado, que debes tramitar en
tu país, pero nosotros no podíamos hacerlo, intentamos tramitarlo
en la embajada de los Estados Unidos en Ottawa, pero como no
estábamos en su lista nos fue imposible entrar en la embajada, así
que decidimos ir sin nada hasta la frontera y que allí hicieran lo
que quisieran, y así hemos llegado esta mañana. Se han encargado
dos chicos jóvenes, nos han hecho las mil preguntas de siempre y
nosotros hemos empezado a hablar, la nueva técnica que adoptamos es:
hablamos los dos, más o menos a la vez, en inglés y vamos contando
a nuestro rollo nuestro viaje, hasta que se cansan y nos hacen el
visado, y así lo han hecho. Hemos estado un tiempo esperando a que
nos hicieran el papelito, no puedo asegurar cuánto tiempo ha sido,
porque en las embajadas, fronteras y sitios públicos el tiempo pasa
de una manera distinta a la del resto del mundo, no sé si es mucho o
poco, la cuestión es que nos han dado los visados y nos han dicho
buen viaje...No nos han mirado la furgo,...y eso me da mucha rabia,
¡el momento de pasar las fronteras es cuando más limpia la
llevamos!.
Os voy a contar un poco el final de
nuestro paso por Canadá. Después de estar con los amigos
Volkswageneros en Niágara emprendimos camino hacia Ottawa, la
capital del país, una ciudad recogida, con edificios coloniales, con
mucho turismo, a nosotros nos pareció una pequeña Inglaterra, no
estábamos acostumbrados a este paisaje en estos lugares, estuvimos
tres días paseando por la ciudad y viendo los preparativos de la
fiesta nacional del 1 de julio, en Ottawa pudimos dormir en el
aparcamiento del Walmart (ya casi nuestro terreno) el tercer día
vino la policía, se ve que alguien los había llamado, que había un
vehículo sospechoso con una matrícula sospechosa, se puso un coche
delante de la furgo y otro detrás, y nosotros desayunando tan
tranquilamente. Nos preguntaron qué hacíamos tantos días allí y
las mil preguntas de siempre, al final nos dijeron que lo sentían,
pero que con la fiesta del 1 de julio la gente está un poco
asustada, fueron muy simpáticos, tanto que antes de irse nos
regalaron dos vales del Mc Donalds para dos cafés, y como ese día
ya nos íbamos nos pasamos por el Mc. Donalds a buscar nuestros
jarrones de café para el viaje, dos cafés XXL para llevar por
favor, con azúcar, vinagre, mostaza y ketchup (el vinagre, la
mostaza y el ketchup para nuestra despensa claro).
De Ottawa nos fuimos hasta Montréal,
allí encontramos una callecita en el centro, donde aparcar era
gratis y se veía un lugar muy tranquilo, ...así que ya teníamos
hotelito. Nos fuimos a ver la ciudad, había festivales por todas
partes, festival de artesanos, el festival internacional de jazz,
festival de pintura, mil actividades que nos hicieron volver locos de
un lugar a otro, todo gratis, montajes enormes, bailes con
estructuras hechas por contenedores de transporte, toda una calle
llena de pinturas, un piano público en una plaza, en el barrio gay,
donde estaban tocándolo y cantando los vecinos del barrio,
llegábamos tardísimo a nuestro hotelito furgonetero y hechos polvo
de ir hacia arriba y hacia abajo. Allí probamos las Poutiné más
famosas de Canadá, un plato enorme de patatas fritas con queso
cheddar y una salsa, también probamos la cola de castor, que no es
una cola de verdad, es un postre, que no está nada malo y que nos
comimos mientras paseábamos por el puerto antiguo de Montréal...vaya
estampa más romántica.
Y de Montreal a Quebec, pasando por el
parque Nacional la Mauricie, un parque como casi todos los que hemos
visto de Canadá, frondosos, verdes, con vistas que parece que te
ensanchen la mirada, caminatas por todas partes y cada una con una
característica distinta,...y lo mejor,...duchas, aprovechamos que
este parque nacional tenía duchas para hacer un buen repaso. Cuando
llegamos a las duchas nos dijeron que funcionaban con monedas de 25
centavos, cogimos todas las monedas que teníamos y nos fuimos hacia
allí, yo llevaba 2 y Jordi otras dos, al meternos en las duchas
vimos que para que funcionara tenías que meter 4 monedas de
golpe....bueno...no entraré en detalles, pero después de montar un
“cinet” nos pudimos duchar los 2 con nuestras 4 monedas (esta
será una de esas historias que cuentas en el bar riéndote).
Quebec nos pareció otra pequeña
Europa, esta vez Francia. Con muchas cuestas y otra vez mucho
turismo, fue allí donde pasamos el 1 de julio, en un concierto del
famoso grupo Billy Talent y los fuegos artificiales, fue bastante
divertido, aunque....seguimos pensando que somos los mejores montando
“tinglados” y festivales. En Québec hablan francés, yo creía
que también hablaba francés, fue muy frustrante no poder entenderme
con nadie en francés, no les entendía nada y ellos no me entendían
a mí, terminábamos hablando en inglés, Jordi se reía de mí
diciendo que él creía que iba a estar salvado en Québec con mi
francés....más tarde encontramos unos franceses de Francia y nos
dijeron que ellos tampoco llegan a comprenderse muy bien con la gente
de Quebec (fue un descanso).
De Quebec decidimos subir un poco hacia
el norte, hacia el pueblo de Tadoussac, donde se pueden avistar
ballenas beluga, ballenas negras y focas. Creíamos que no íbamos a
ver pero había millones de belugas, fue increíble, maravilloso, era
impresionante ver tantas y tan blancas, reflejaban la luz del sol en
sus espaldas cada vez que salían a respirar. Creíamos que ver las
belugas había sido lo mejor del día,...pero luego seguimos subiendo
hasta otro lugar, donde simplemente te sientas en las rocas delante
del mar y dejas pasar las horas, y cuando estás medio dormido,
relajado por el sol que te da en la cara y por el sonido del mar ves
salir una ballena enorme delante de ti y sale y se vuelve a meter y
vuelve a salir y se vuelve a meter y todos nos despejamos de golpe,
pero nadie dice nada. Quizás, para mí, este es uno de los secretos
de la vida que no sabía, no todo es ahora, ni a un momento
determinado, ni durante tanto tiempo, simplemente te sientas y
esperas que las cosas pasen, y puede que pasen o puede que no. Si no
pasan, no quiere decir que no estén allí, simplemente no ha pasado
mientras tú estabas,...si pasan...no lo olvidarás en la vida, no
sólo no olvidarás el espectáculo de ver a una ballena en su ruta
por la vida, tampoco olvidarás la sensación de la calma mientras
esperas ver cómo pasa la vida, la naturaleza, sólo disfrutar de la
espera. Esa noche dormimos en una playa llena de dunas y de
mosquitos, estábamos orientados hacia el este, es decir, el sol
salía por el mar, y sin el sol en el horizonte durante su puesta
vimos otro espectáculo, nosotros no podíamos ver el sol, estaba
detrás nuestro, detrás de las montañas, pero su reflejo llegaba
hasta el mar y volvía todo el cielo de color rosa, se ve que todos
los habitantes de Tadoussac saben este hecho y justo a la hora de la
puesta vinieron muchos coches para poder ver ese rosa de la vida. Al
día siguiente vimos salir el sol por el mar, y me di cuenta de
cuánto tiempo llevaba sin ver el sol salir por el mar, tal y como lo
he visto salir siempre durante 36 años, reflejando sus rayos más
fuertes de la mañana en el agua. Las puestas de sol en el océano
son preciosas pero la salida del sol por el mar me trae los mejores
recuerdos de mi vida, y por un momento eché de menos mi precioso mar
mediterráneo.
De Tadoussac nos fuimos hacia la
península de Gaspé, New Brunswick y Nova Scotia. Para nosotros,
después de pasar por todo Canadá, fue lo menos espectacular, que no
es menos bonito, pero tuvimos la sensación de estar en Europa,
pasamos por el parque nacional de Fundy, y por las rocas Hopewell,
unas rocas enormes erosionadas por la marea, entre las que puedes
pasearte cuando ésta baja, justo estar a su lado...dios santo qué
maravillas hay en el mundo, y sólo hemos visto la mitad. En Nova
Scotia pudimos estar en el parque nacional de Kejimkujik, y vimos la
niebla que acompaña esta provincia en toda su costa que la vuelve
misteriosa y silenciosa.
En esta zona los aparcamientos de los
centros comerciales Walmart se vuelven lugar de reunión y
“pasaratos” de sus habitantes,...lo que nosotros hacemos en una
cafetería, en una plaza, delante del mar, ellos lo hacen en los
aparcamientos, con un vaso para llevar de una cadena de cafés, pero
sin bajarse de los coches, cada uno está en su coche, uno al lado
del otro y hablan por las ventanillas, es muy divertido ver cómo
pasan las tardes así. Y en uno de estos aparcamientos nos
despertamos el 15 de julio, celebrando 1 año desde que empezamos el
viaje, no nos vamos a poner melancólicos,...pero empezamos de risa
hace un año y hemos reído, llorado, nos hemos enfadado, hemos visto
mil cosas, hemos conocido personas de distintas razas que van pasando
por la vida,...como nosotros, y también hemos aprendido que no somos
distintos a todos aquellos viajeros, turistas,...da igual el nombre,
que viven sus experiencias, sean cuales sean, unas empiezan, otras
acaban y todas son fascinantes para los que las están viviendo,
porque son sus vidas.
Se acabó nuestra gran experiencia en
Canadá, más de mil fotos, vídeos, recuerdos y amigos nuevos que lo
han hecho, sin lugar a dudas, uno de los países más impresionantes
en los que hemos estado, y quizás sí tenía razón la agente que
encontramos en la primera frontera de Canadá, que nos aseguró que
este país iba a ser el mejor de todo el viaje.
![]() |
cola de castor |
![]() |
parlamento de Ottawa |
![]() |
Calles de Montreal |
![]() |
piano público en el barrio gay de montreal |
![]() |
espectáculo con contenedores |
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calles de Quebec |
![]() |
Calles de Quebec |
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Poutiné (mmmm....) |
![]() |
Parque Nacional La Mauricie |
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uno de los lugares donde despertamos |
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la vie en rose |
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el saludo al sol |
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esperando ballenas |
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Jordi es un superviviente, haciendo fuegos |
![]() |
De todo sabe |
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niebla en Nova Scotia (P.N. Kejimkujik) |
![]() |
Ir a la playa en Canadá es lo mismo que en el Mediterraneo, pero con chaqueta |
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domingo, 26 de marzo de 2017
Nuevo paso fronterizo, de EEUU a Canadá en furgoneta
Se abrió un claro entre las nubes
hemos vuelto a ver el solcomo dos presos comunes
en el tejado de una prisión
Quería empezar este post con estas frases de extremoduro, ya que llevamos unos días...bueno unos meses sin ver el sol, sólo lluvia.
Estamos en Kamloops, una ciudad al este de Vancouver, sí sí, ya estamos en Canadá.
Entramos por la carretera 5, la que sube por la costa Pacífica. El día anterior al paso de la frontera, como siempre que pasamos una frontera, nos preparamos, nos duchamos, limpiamos y ordenamos la furgoneta. Estábamos nerviosos, pero empezamos a estar familiarizados con los trámites y cada vez nos sentimos más tranquilos. Teníamos la sensación de que en Canadá sería más fácil que Rusia, pero no nos podíamos imaginar hasta qué punto de facilidad sería este paso.
Nos levantamos, pusimos gasoil (porque nos habían dicho que en EEUU era más barato que en Canadá) y empezamos el camino. Al llegar a la frontera había una cola de unos 20 minutos, los dos callados, como siempre, mirándonos, con una risa floja, yo con la carpeta de papeles en la mano (seguro, carnet de conducir, pasaportes, ficha técnica,...qué más qué más) nos tocó la hora, nos pusimos al lado de la cabina y esperamos a que empezara el espectáculo, era una chica joven,...bueno a mí todo el mundo empieza a parecerme joven,...por qué será. La chica nos miró, miró la furgoneta, volvió a mirar la matrícula, nos volvió a mirar y dijo algo...algo muy rápido y nosotros nos miramos y dijimos....¿qué ha dicho? Estamos escuchando mil tipos de inglés a cada cuál más rápido y más difícil de entender, nos vio la cara y nos dijo más lentamente,...
-¿de dónde salís vosotros dos con
esta furgoneta?
-pues de España, lo pone en el
pasaporte y en la matrícula-...Pero....¿cómo?
-Aaaaah...en barco
-¿Cómo?
Ah bueno,...llegó el momento de explicar el viaje, le explicamos todo el recorrido que llevamos y lo que nos falta, se calló, la siguiente pregunta fue qué país nos había gustado más, cogió los pasaportes y nos preguntó cuánto tiempo pensávamos quedarnos, le dijimos que ahora sobre 2 meses y a la bajada dos meses más, puso el sello sin mirar nada más y nos dijo, lo siento mucho, el país que más os va a gustar será Canadá, que lo paséis bien y que tengáis un buen viaje. Así fue todo el trámite del paso de frontera, yo volví a guardar todos los papeles en su sitio y fuimos entrando a este nuevo país para nosotros. Justo detrás de la cabina de control había un centro de turismo donde paramos y conocimos a Rita, la responsable del centro, nos dio mil papeles, folletos, mapas, nos marcó la mejor ruta, para esperar el buen tiempo, dónde poder ver auroras boreales, dónde ver osos, nos tuvo una hora y media, pero ahora tenemos toda la información de Canadá preparada para nosotros.
Nos fuimos a Vancouver,...oh ese día llovía, qué cosas, pero decidimos que la lluvia no nos iba a fastidiar más, así que nos pusimos los chubasqueros y las botas y empezamos a comernos Canadá,...y las patatas “poutiné” patatas con queso y salsa que nos encantan, con una cervecita. Vimos que en Vancouver se lleva mucho la Happy Hour, la cerveza un poco más barata, el horario es de 15 a 19h para los Canadienses es la hora de la cena, pero para nosotros nos sirve para la comida así que pudimos disfrutar de la cervecita a un precio bastante razonable.
Fuimos a un Walmart (un supercentro comercial donde la comida está bastante bien de precio) y cargamos la despensa, allí vimos que había muchas caravanas y campervans aparcadas en la calle, así que decidimos montar nuestro campamento allí mismo con ellos, así pudimos quedarnos 10 días disfrutando de esta ciudad llena de vida, la gente está tan acostumbrada a la lluvia que si los ves por la calle, en los veleros, corriendo, paseando los perros, parece que no llueva, ellos no llevan chubasqueros, no llevan nada, nosotros llevamos hasta la ropa térmica.
Una mañana nos despertamos y nos asustamos...estaba entrando el sol por la ventana de la furgoneta, así que abrimos todas las puertas y desayunamos con mucha calma, estábamos lavándonos los dientes y un chico se nos acercó y nos preguntó de dónde habíamos salido, estuvimos hablando un rato, bueno estuvo hablando él un rato, sobre 2 horas de monográfico del gran error que estábamos haciendo estando en Canadá, que cómo se nos ocurre estar aquí con el clima mediterráneo de nuestra casa. Llevaba unas gafas de tiro profesional, una gorra que apenas dejaba verle los ojos, bueno parecía un tipo majo, jejeje. A mí me asustó un poco, pero bueno, esta es nuestra locura y nos gusta, así que nosotros seguimos con nuestro viaje hacia el frío polar, esperando la primavera y si quiere,...el verano. Al día siguiente oímos la puerta de la furgo, nos estaban llamando, era Harry el sucio canadiense que volvía a visitarnos, esta vez traía una bocina de esas que se llevan en los partidos, en las que aprietas el botón y hacen un ruido bastante fuerte, nos dijo que con esto asustaríamos a los osos y a los lobos...muy bien ahora sí que me asustó, incluso así, aún no volvemos que nadie pierda la calma.
En Vancouver conocimos a Pepe Cardona, un chico vecino de nuestro pueblo que está viviendo allí, quedamos para tomar unas cervezas y charlar, estuvo muy bien, aunque como llevamos mucho tiempo sin beber alcohol tardamos dos días en recuperarnos, quién me ha visto y quién me ve...
Antes de irnos de Vancouver volvimos a cargar la despensa, y Jordi tuvo una gran idea,...y si compramos un puzzle de 1.000 piezas para hacerlo durante las tardes que volvemos a la furgo y está lloviendo,... sí estábamos locos de querer hacer un viaje como éste y claro, estamos locos por hacer un puzzle de 1.000 piezas en una campervan,...bien pues el puzzle ya está dentro de nuestra casita ocupando todo su espacio.
De Vancouver nos fuimos a Squamish, un poco más al norte, allí hay muchas zonas de escalada, así que decidimos desafiar a la lluvia e intentar poder escalar en Canadá, bueno pues llegamos en domingo y hacía un sol impresionante, hablamos con la gente del lugar, estaban muy contentos, desde noviembre que no salía el sol y no dejaba de llover, dios santo, 4 meses lloviendo, ese día era el primer día que salía el sol y el pronóstico era sol para el día siguiente, aunque ya los próximos días volvía la lluvia. Así que rápido rápido sacamos la cuerda, los arneses, las cintas y nos fuimos a escalar, qué bien poder notar el cuerpo peleando de nuevo con la gravedad. Estuvimos todo el día escalando, por la tarde decidimos que era el momento de tomar otra ducha, así que fuimos a la piscina municipal y pavellón deportivo, justo al entrar estaban jugando un partido de hockey sobre hielo y nos dijeron que podíamos entrar sin problema, así que esa fue nuestra primera experiencia con el hockey sobre hielo, los jugadores empujándose, tirándose unos encima de los otros, tirándose los sticks, todo un espectáculo. Después del partidillo fuimos a preguntar por las duchas, como el precio era el mismo por ducha que por usar todas las instalaciones fuimos a buscar los bañadores que no usábamos desde Tailandia y nos metimos en la sauna, en el jacuzzi, de nuevo en la sauna, de nuevo en el jacuzzi, y así hasta la hora de cerrar, esa noche nos dormimos sin ver ninguna película, qué placer más extremo es el de poder darse una ducha con agua calentita, cosas que aprendes a valorar.
Bien, como ya predijeron los...”squamishenses” empezó a llover y ya no paró así que arrancamos la furgo y decidimos irnos hacia el este, hacia las Rocky Mountain la frontera entre la British Columbia y Alberta, de camino vimos el pueblo de Maple Ridge en el que hay un parque territorial que se llama Golden Ears, como nos gustó decidimos quedarnos, pudimos disfrutar de otro día sin lluvia, así que lo pasamos en el lago, aún congelado, pero con pequeños brotes primaverales, la esperanza acecha. Y cuando volvió a llover, otra vez decidimos irnos, la lluvia parece que nos quiera seguir, pero nos hemos conseguido esconder de ella, llegamos a Kamloops un pueblo en la llanura de Nicola, entre montañas, aquí llueve muy poco, el paisaje es árido, totalmente contrastado con las montañas y árboles que hemos visto hasta ahora, hay una zona protegida que se llama Lac du Bois donde no crecen los árboles, el clima es cálido y el sol acostumbra a salir cada mañana, que no es poco, y aquí aparcamos, nos miramos y dijimos, aparcao, aquí nos quedamos. Y aquí seguimos, preparando nuestra ruta que nos llevará a los más alto, a la última frontera del norte, Alaska.
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entrada a Canadá |
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Vancouver |
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nuestro puzzle con unas patatas poutiné para llevar |
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celebrando el día de St. Patrick |
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Despertar en Canadá y ver la cara de tu vecino vigilándote |
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partidito de Hockey |
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día de escalada |
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paseo por el lago |
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el gustazo de que te de el sol |
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Kamloops |
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lunes, 13 de febrero de 2017
El lejano Oeste
08 de febrero de 2017, ya hace casi un
mes que volvemos a tener la furgoneta, francamente, el tiempo pasa
muy distinto cuando llevas tantos meses de viaje. Parece que hiciera
tres meses que estamos en Estados Unidos, pero no es así, ya no
medimos el tiempo en horas, días o meses, lo estamos midiendo en
experiencias, es muy difícil saber cuándo hicimos la última
compra, cuál fue el último día que llamamos a casa, vamos midiendo
según zonas que hemos visitado. En casa me quejaba de la vida, de la
rutina del día a día, actualmente me da mucho por pensar, en las
horas que estamos mirando la carretera, unos días con sol, otros con
lluvia, incluso con nieve, filosofeo sobre la vida, realmente la
vida es una rutina, pero me estoy dando cuenta que la rutina no es
mala, lo importante de la rutina es que te guste y te sientas a gusto
con ella, hay días extraordinarios y días normales que pasan
desapercibidos, si estos días normales dejaran de existir, los
extraordinarios perderían la importancia que tienen, y así tengo
mis pensamientos que le suelto a Jordi, a veces me dice, ¿cómo
puede ser que ya estés hablando así sin haber desayunado?, pues la
sensación que tengo es que mi cerebro va explotando cada día que
pasa y me hace recordar y comparar, y darme cuenta que esta vida que
hemos escogido es fantástica y la que teníamos antes también lo es
y que me encantaba y eso me alegra, porque estoy aprendiendo a
valorar cada uno de mis días.
Después de este prólogo tan místico
de mi existencia os cuento, estamos en San Francisco, llenos de
experiencias increíbles, después de recoger la furgoneta nos fuimos
hacia OceanSide, un pueblo en la costa, a unos 80 Km al sur de Los
Ángeles (o 50 millas que aquí vamos con millas, galones y todo a lo
grande) allí compramos comida, llenamos la despensa y simplemente
nos sentamos a ver el océano, la puesta de sol del pacífico, el
primer día llovió, pero el segundo nos regaló unas vistas
impresionantes, las que nos merecíamos después de estar tantos días
en Los Ángeles esperando. Otra gran rallada de las mías es que
después de dar media vuelta al mundo estamos descubriendo que
nuestra casa es el paraíso de las patatas fritas en bolsa, en el
norte de Europa son carísimas, en Rusia venden bolsas pequeñas, no
existen las grandes, en Mongolia y el sur este asiático ni se les
pasa por la cabeza tener patatas fritas. En Estados Unidos tienen un
gran surtido, pero están muy caras. Aunque de vez en cuando nos
permitimos el capricho, como fue en OceanSide, que nos compramos unas
bolsas y unas cervezas y volvimos a descubrir lo bien que se está en
nuestro microespacio.
En EEUU hemos vuelto a encontrar
oficinas de turismo, la última que vimos estaba en San Petersburgo,
así que fuimos a buscar toda la información que pudimos, le
explicamos nuestra aventura a la señora de turismo y nos llenó una
bolsa entera de mapas de carreteras de todos los estados, todos los
parques nacionales, ciudades, etc. Así que con la cervecita y las
patatas empezamos a planear la ruta, que está siendo la siguiente:
de OceanSide nos fuimos hacia el parque nacional de Joshua Tree, un
parque preparado para escaladores, allí compramos un pase anual de
parques nacionales, nos costó 80 euros pero nos va a servir para
todo este año, en Joshua Tree visitamos una antigua mina de oro,
descubrimos caminos que nos recordaban muchísimo a las películas de
vaqueros y como dice Jordi cada día,...como las clavan las pelis.
Estuvimos un par de días escalando y era fantástico, porque había
mucha gente, pero es un parque tan grande que llegas a estar solo sin
oír nada de nada, sólo ves Yucas, unos árboles muy característicos
de este parque, enero es temporada alta, porque en verano hace mucho
calor y puedes morir deshidratado, en los parques nacionales hay
zonas de acampada, pero se tienen que pagar casi todas, así que
nosotros salíamos del parque y aparcábamos en la entrada, así nos
ahorrábamos un dinerillo. De Joshua Tree nos fuimos a New Jack city,
una zona de escalada que nos comentaron unos chicos que conocimos en
Joshua Tree, allí también estuvimos escalando unos días y pudimos
aparcar dentro de la zona de escalada, esta zona no está marcada en
ningún sitio, tampoco está indicada en la carretera, menos mal que
nos explicaron bien estos chicos y lo encontramos a la primera.
En la carretera nos dimos cuenta de la
amplitud de la zona oeste de Estados Unidos, increíbles llanuras,
largas y el sol haciendo espejismos, nos encantaba ver la carretera
larga, y de verdad os digo, había bolas de hierba que arrastraba el
viento por el medio de la carretera, sabéis las bolas que os digo
no? Tenía tantas ganas de descalzarme en la furgoneta, poner los
pies en el salpicadero y beber un té con el termo que no me canso de
hacerlo, sobretodo cuando hace sol.
De New Jack City fuimos a Las Vegas,
Jordi tenía muchas ganas de ir, yo también, pero no me emocionaba
mucho, y claro, cuando llegamos ya me dijo,...de aquí no nos vamos
sin jugarnos unos dólares baby. Y no me quedó elección, fuimos a
un casino y nos jugamos 20$ yo ya los daba por perdidos, pero la
señora de la ruleta nos dijo que nos había tocado, le dijimos que
cuánto nos había tocado y nos dijo...seventy... Y Jordi me
dice...ha dicho setenta? Yo le dije,...noooo será diecisiete y no lo
hemos entendido bien, así que se lo hicimos repetir y cuando nos
dijo setenta yo grité de la alegría,...como si nos hubieran tocado
1.000 dólares, un “cowboy” con su sombrero y su “churri” se
acercó y quiso apostar en nuestra mesa, porque debía pensar que nos
estábamos forrando, le dijimos a la crupier que nos diera el dinero
que nos íbamos a comer unas blue cheese burguer con french fries y
un american coffee, qué risas que nos pegamos después al
recordarlo, porque allí la gente se juega más de 500$ en la
partida, nosotros nos jugamos 20 y ganamos 70,....tampoco era para
tanto, pero bueno la ilusión fue lo mejor, eso no fue lo único que
vivimos en esta ciudad, pero sintiéndolo mucho, lo que pasa en Las
Vegas se queda en Las Vegas.
Nos fuimos hacia Arizona a ver al
colosal Gran Cañón,...que tampoco debía ser para
tanto...recorrimos la ruta 66 y al llegar lo que sí era para tanto
fue el frío, 17 grados bajo cero, y tan tranquilos aparcamos, nos
hicimos la cena y nos acostamos a dormir, al día siguiente la
furgoneta no arrancaba, así que fuimos a buscar las pinzas....ay no
que no llevábamos, vaya aventureros estamos hechos, justo a nuestro
lado había un señor que se acababa de comprar un coche y tampoco le
arrancaba, él sí sacó sus pinzas y se enchufó a otro coche,
nosotros nos pusimos a su lado y le dijimos...después nos toca a
nosotros y así fue que nos ayudaron a arrancar la furgoneta (ya
tenemos american pinzas podéis estar tranquilos) fuimos a ver el
gran cañón y señores,...sí es para tanto, es impresionante, y
estoy segura que nevado lo es muchísimo más, espectacular, un vacío
enorme que llega a entrar en tu alma hasta el punto que te cuesta
respirar, nuestros ojos no están acostumbrados a poder dirigir la
vista a un horizonte tan lejano, allí conocimos a una pareja mayor
que iban con una chica de Perú, estuvimos charlando y nos dijeron
que teníamos que ir a Sedona, a ver las red rocks, y como no hay
nada mejor que hacer caso de la gente del lugar, nos fuimos hacia
Sedona, un poco más al sur, y por lo tanto un poco más calentito.
Nos encantó el pueblo, y lo mejor fue la bajada del puerto de
montaña que hay entre Sedona y el Gran Cañón, montañas, ríos,
nieve, estaba anocheciendo y el color era rosado, resaltando con el
blanco de la nieve y la base de las montañas totalmente roja, la
furgoneta estaba bien contenta, porque hacía bajada, la subida la
hicimos por otra carretera menos pronunciada. En Sedona estuvimos
caminando por distintas rutas que nos llevaban a los verdaderos
paisajes y decorados de Bonanza y allí nos acordamos millones de
veces del padre de Jordi y de mi abuelo, fans aférrimos de John
Wayne y sus muchachos.
En un principio queríamos llegar hasta
El Paso, para ver la frontera con México, pero al final, por
Quilómetros y gasto de gasoil decidimos empezar a tirar hacia el
Norte, y hacia el Norte...the winter is coming. De Sedona nos
dirigimos hacia Death Valley, y para no pillar nieve preferimos coger
la misma ruta que habíamos cogido para bajar, y Jordi pensó que
sería mejor hacer noche en...Las Vegas,...qué cosas eh!!! Bueno
pasamos allí la noche y al día siguiente llegamos al Parque
Nacional de Death Valley (el valle de la muerte), creíamos que en
ese parque nacional no encontraríamos nada, sólo desierto, pero la
gran sorpresa fue que tiene una zona con dunas por las que me tiré,
no podía morir sin haberme tirado por unas dunas,...y no lo volveré
a hacer, estuve mareada toda la tarde y estuve dos días sacándome
arena del ombligo, de las orejas, de los dientes y de la nariz, así
que nos duchamos en un campo base. Duchaditos y limpitos nos fuimos a
ver cañones, increíbles colores, unos cañones de mármol, otros
amarillos y rojos, otros de tierra rojiza que forman puentes
naturales y en una punta del parque, un volcán, el cual puedes
caminar al rededor del cráter, pisando tierra volcánica, cargada de
años y de historia, el sol apreta mucho en Death Valley, teníamos
que ir con unos gorros para protegernos y no tienes sensación de
sed, aunque te estés deshidratando, es bastante peligroso, así que
íbamos bebiendo a sorbos pequeños, aunque el cuerpo no nos diera
ninguna voz de alarma, la última visita que hicimos fue en una balsa
de sal que había justo al lado del desierto con las dunas, lo más
increíble de este parque son los cambios bruscos de paisajes que te
puedes encontrar, y las sorpresas que hay en cada rincón, creíamos
que no íbamos a ver nada y nos sorprendió toda su variedad y
sobretodo tan diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, y tal
cómo nos encantó Death Valley por lo diferente a lo que nosotros
conocemos nos encantó el camino que recorrimos hasta el otro parque
nacional el de Sequoia y Kings Canyon, fuimos hacia el norte por en
medio del estado de California y vimos naranjos y olivos,... en mi
vida me había hecho tanta ilusión ver unos olivos... cuando estoy
en casa y empiezo a ver olivos quiere decir que empieza el trabajo,
aquí era un recuerdo de nuestra vida, a miles de quilómetros y con
un paisaje tan parecido, nos encantó tener la sensación de estar en
casa, poco a poco nos acercamos a estos parques nacionales donde se
encuentran los árboles más grandes del mundo, las Secuoyas, aquí
estos árboles son sinónimo de sabiduría, por los años que tienen,
podrían ser sinónimo de calma, fortaleza, grandeza, carácter y mil
cosas más que sientes cuando te metes dentro de uno de ellos y notas
como aunque no hable, ni te mire, te deja acercarte y te deja
sentirlo, sintiéndote respetado y abrazado, y de vez en cuando, en
el silencio, Jordi o yo decimos...y qué cosas estamos viendo y
viviendo en este viaje y el otro afirma con un...mmmm
La siguiente parada fue otro parque
nacional, ya os he dicho que nos sacamos el pase anual, y lo estamos
amortizando muchísimo, el parque nacional que esperábamos tanto, el
Gran Cañón es espectacular, pero para nosotros la estrella iba a
ser el siguiente, el Yosemite, íbamos a ver a El Capitán, la pared
de granito más grande del mundo, donde se encuentra la vía de
escalada más difícil del mundo, no es que la fuéramos a subir,
queríamos estar, como queremos estar en tantos sitios que sólo leer
sobre ellos ya nos marcan, la vimos y la sentimos, cómo de grande es
la naturaleza para hacer esas bellezas tan inmensas, montañas,
paredes rectas, árboles enormes, y cuán pequeños somos nosotros y
lo grandes que nos creemos, nuestra vida pasa sin voz y todos ellos
se quedan allí viéndote pasar, sabiendo que tú pasas y ellos
seguirán allí para que más generaciones los admiren, si es que
quieren admirarlos, y los respeten, y puedes notarlo, debes
respetarlos, en este mundo sólo mandan ellos, sin ellos todos
nosotros estamos muertos.
La gran riqueza de Estados Unidos son
sus paisajes y sus parques nacionales, la naturaleza que puedes
apreciar, aunque a diferencia de Mongolia aquí puedes respirar un
respeto hacia ella, sin que el ser humano llegue a mezclarse y
fusionarse sintiéndose parte de ella, esto lo puedo explicar así
porque en Mongolia llegué a sentir como la naturaleza me engullía
para formar parte de ella, ves las rocas, los animales y los humanos
formando un gran equipo, en Estados Unidos puedes ver las rocas y sus
paisajes por un lado, los animales por otro y el ser humano
respetándolo pero no fusionándose en un mismo equipo. Y de eso
trata el viaje, de ver cómo el mundo se relaciona de distintas
maneras.
Por un tiempo se acabaron los parques
nacionales, nos fuimos hacia la costa, llegamos a Santa Cruz, el
pueblo donde nació el Skateboard, estuvo lloviendo dos días, y lo
mejor que tiene la furgoneta es que cuando te cansas de la lluvia te
vas a otro sitio. Y ayer llegamos a San Francisco, a diferencia de
Los Ángeles o Las Vegas, esta ciudad está viva, se respira cultura,
las razas se mezclan y se respira cooperación de pueblo, así que
nos quedaremos hasta que nos plazca, y luego nos iremos ya hacia el
norte, aunque esto ya irá en otro post.
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oceanside |
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bar restaurante típico americano |
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Joshua tree |
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mina de oro the lost horse |
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así me lavo el pelo |
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las vegas |
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todo al rojo |
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ruta 66 |
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el gran cañón |
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red rocks sedona |
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red rocks en sedona |
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dunas de Death Valley |
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volcán Ubeheebe death valley |
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Golden canyon en Death valley |
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el tercer árbol más grande del mundo |
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Yosemite |
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