Después de estos meses intentando adaptarnos un poco a nuestra nueva rutina, hemos conseguido terminar la memoria de nuestro viaje, con todo el presupuesto, documentos, material, camperización, etc. Como no podemos subir este dossier al blog os dejamos el índice.
Para quien quiera tener la información, ya sea para echarle un vistazo o por si puede servir de ayuda para montar un viajecito con sólo que nos enviéis vuestro mail os pasaremos el dossier encantados.
AVISO: Gmail nos da muchos problemas para recibir los mails para enviaros el dossier. Mejor si nos mandáis un mail a: fatimahidal@yahoo.es
Aquí podéis seguir las aventuras de nuestro viaje dando la vuelta al mundo en furgoneta
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miércoles, 3 de enero de 2018
Dossier memoria del viaje
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lunes, 27 de noviembre de 2017
jueves, 12 de octubre de 2017
1 año de viaje
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domingo, 13 de agosto de 2017
Paralelismos en el tiempo
CAPÍTULO 1
USA, ESTADO DE
MAIN, año 2017
Entre una niebla densa se deja intuir
el sonido de las olas del mar, estamos bajando unas escaleras, en
busca de la playa, no llego a imaginar una playa entre toda esta
niebla, pero al final aparece, primero la arena, después los
playeros con sus sombrillas y sus gorritos, parece un chiste, desde
la arena todavía no se ve el agua y allí está la gente tan
tranquila disfrutando de su particular playa, apartando niebla
llegamos al agua, meto los pies y de repente, parece que me estén
clavando mil puñales, está helada, aún así hay bastantes
valientes que están dentro, creo que tienen costra alrededor, en vez
de piel.
Al día siguiente un calor abrasador y
doble ración de niebla, la mezcla perfecta para que hubiera una
humedad del 90% en el ambiente, decidimos subir a la cima Arcadia,
poco a poco la altura disipó la niebla y dio paso al sol radiante, a
punto de hacer cima escuché a Fátima que decía, para para y es que
le dio un bajón de tensión y se mareó un poco. Con Fátima tumbada
con las piernas hacia arriba descansamos un poco, un buen trago de
agua y un plátano hicieron que se recuperara totalmente, esto le
pasa por querer seguir mi ritmo, jajaja.
CAPÍTULO 2
USA, EL BRONX, año
1980
Dos chicos hablan
entre ellos marcando mucho los acentos y otro a su lado les acompaña
haciendo ruidos secos con la boca, intentan rimar todas sus frases y
casi sin darse cuenta llevan un ritmo perfecto, hablan siempre de los
problemas de la sociedad en la que viven, frases y letras
reivindicativas y pedantes, es su forma de evadirse de la situación
tormentosa en la que viven. Otro pinta con rotulador en la pared las
mismas frases que sus colegas riman a un compás todavía desconocido
por ellos. En esa misma calle, y en la otra, y en la otra de más
allá les acompañan marginación, prostitución, extorsión, drogas
y sobretodo violencia, mucha violencia, y es que El Bronx en estos
años es el barrio más peligroso de Estados Unidos, con nada más y
nada menos que una media de 4 asesinatos al día.
Estos chicos
todavía no saben que están creando una nueva cultura mundial que
permanecerá para el resto de los días, la cultura del Hip Hop y el
Graffiti...
CAPÍTULO 3
USA, MAIN CAMINO A
MASSACHUSETTS, año 2017
En la radio suena
la canción Tu continente de IZAL, siguiendo los consejos de la
señora de turismo emprendimos rumbo al sur, por una carretera que
ellos llaman escénica, ¿escénica? Lo único que ves es niebla y
casas a los lados, para ellos esto de pasear viendo casas es
interesantísimo, bueno, cada uno con su mundo. Sin pena ni gloria
pasamos por varios estados, y es que hemos visto tantas cosas
interesantes en este viaje que cada vez cuesta más sorprendernos.
Entramos a Massachussets en busca de Boston, al llegar dejamos la
furgo en un parquing que vimos en la aplicación Ioverlander, una de
esas que hemos descubierto en este viaje y tanto nos están ayudando,
costaba 6€ el día entero, así que dejamos la furgo allí un par
de días, estaba justo al lado de la estación de tren, el centro
estaba a unos 9Km, así que cogíamos el metro para visitar la
ciudad, y qué ciudad, nos sorprendió gratamente Boston, tiene una
arquitectura impresionante, los rascacielos parece que caigan encima
de los edificios menores, paseando te da la sensación de no haber
salida, de que se amontonan entre ellos, pero a la vez parece que
cada uno de ellos esté puesto allí precisa y milimétricamente, que
toda la ciudad estuviera diseñada y construida al mismo tiempo, como
si toda ella fuera un solo edificio, a parte de su gente distendida,
moderna y más abierta de lo que sueles encontrar por aquí, fuera de
las grandes ciudades, muchísimas performances callejeras y mil
terrazas que te obligan a sentarte a disfrutar de una birra fría,
por no hablar de su gran mercado central, donde puedes probar comida
de casi todas las partes del mundo, esto último os recomiendo que
deis la vuelta al mundo y probéis la comida de cada país en su
país, bueno si no se puede dar la vuelta al mundo, el mercado
central de Boston es un buen sitio para probarla.
El día que nos
íbamos estábamos dentro de la furgo y escuchábamos voces en el
exterior, a mí me pareció que decían algo así como que podría
ser un vehículo robado, sí sí entendí el inglés americano a
través de las paredes de la furgo, y es que me sorprendo a mí mismo
cómo he mejorado mi inglés en este viaje.
Decidí salir a
ver qué pasaba, y allí había dos polis examinando nuestra casita
rodante, nos pusimos a hablar con ellos, les explicamos nuestro viaje
como ya hemos hecho tantas otras veces y no hubo ningún problema, se
despidieron de nosotros con un “take care”.
CAPÍTULO 4
USA, El Bronx, año
1983
Se oye el tintineo
de los botes de spray en la noche, un grupo de chicos de El Bronx
están haciendo un graffitti, otro más, y es que cada vez que muere
uno de ellos lo honran de esta manera. Esta vez la historia es más
triste si cabe, ya que el graffitti va dedicado a Jonathan, un crío
de 4 años que ha muerto en medio de un tiroteo entre bandas y
policía, en la pared se puede ver la cara del niño sonriendo y
debajo un tipo de rodillas pidiendo perdón por lo sucedido. Los
chicos de las bandas hacen graffittis en memoria de la víctima y
cuelgan del tendido eléctrico sus zapatillas preferidas.
El Bronx hoy por
hoy está lleno de dibujos en las paredes y bambas colgadas de los
cables.
CAPÍTULO 5
USA, RHODE ISLAND,
año 2017
Good bye querido
Boston, fue bonito mientras duró, pero tenemos que seguir nuestro
camino hacia el sur.
Queríamos visitar
el famoso estado de Rhode Island y al llegar allí nos quedamos algo
decepcionados, ya que el estado está formado por millonarios que
tienen todo privatizado y en el cual sólo puedes visitar algunas
playas pagando el módico precio de 30 dólares, como podéis
imaginar las vimos desde lejos, y es que nos negamos rotundamente a
pagar por entrar a una playa (tendrían que venir a La Cala para
saber lo qué es una playa de verdad). El fugaz paso por este estado
lo arregló Jerry, un señor que nos encontramos en una zona de rocas
al lado del océano, cada tarde va allí y hace un monolito de
piedras, tiene la zona infectada de monolitos, la verdad es que ha
creado un paisaje espectacular, se puso a charlar con nosotros y
charra que charra estuvimos 4 horas haciéndole compañía, y nos
dejó que le ayudáramos a decorar su precioso paisaje con un
monolito hecho por nosotros.
CAPÍTULO 6
USA, EL BRONX, año
1985
Aparece un nuevo
graffitti en El Bronx, otra de esas historias que pone los pelos de
punta, pero que son el día a día de este barrio en la década de
los ochenta.
Hay un partido de
baseball, dos críos se pelean, uno de ellos pertenece a una banda y
el otro intenta vivir al margen de bandas, drogas y la violencia que
marca este barrio, el primero comenta a sus superiores lo ocurrido y
deciden tomar cartas en el asunto, mandan matar al chico y el verdugo
tiene que ser su propio hermano, el cual pertenece a la misma banda.
Después de meses de esquivas y de aguantar presiones por parte de
los jefes de la banda acaba asesinando a su propio hermano.
CAPÍTULO 7
USA, NUEVA YORK,
año 2017
Desde lo lejos
apreciamos la silueta que perfilan los rascacielos de esta preciosa
ciudad, esta vez en la radio suena New York New York de Frank Sinatra
y es que, aquí la tenemos, Nueva York a nuestros pies.
Poco a poco nos
adentramos a la ciudad hasta la mismísima séptima avenida, los
altísimos rascacielos han engullido la furgoneta por completo,
Fátima no para de llamarme la atención para que esté atento a la
carretera, pero es que no puedo parar de mirar hacia arriba, hacia
abajo, hacia el centro y pa' dentro, tiene razón y es que el tráfico
de esta ciudad es de locos, aún así salimos victoriosos con nuestro
caballito.
Nos fuimos al
barrio de Astoria, donde habíamos alquilado una casa por Airbnb que
nos salía a 50 dólares por noche, lo cual en medio de Nueva York es
una ganga, hicimos esto porque queríamos dejar descansar la furgo
unos días y también darnos unas buenas duchas. Liz era la dueña de
la casa y el primer día casi ni la vimos, al día siguiente nos dijo
que tenía que viajar a California y que no la veríamos más en toda
nuestra estancia, así que tuvimos un apartamento de lo más cuco en
medio de Nueva York para nosotros solos, barrio tranquilo con la
furgo aparcada en la misma puerta gratis y una lavandería en la
esquina, ¿se podía pedir algo más? Bueno por pedir, pedimos una
pizza a la americana y el mando de la tele por cable, allí
estábamos, en New York, con casa propia, pizza y tele por cable,
éramos los reyes. Ahora tocaba descansar, habíamos tenido un día
largo de viaje y mañana teníamos mucha faena de ver, visitar y
disfrutar de esta ciudad que a mí particularmente me ha enamorado.
Buenos días,
preparados para visitar la gran manzana, nos fuimos a coger el metro,
bajamos, cómo no, en Times Square y al salir ya te haces una idea de
esta locura de ciudad, nada más andar 50 metros veo venir a un chico
corriendo como el mismísimo Ussain Bolt y detrás de él 4 policías
en su busca, por la otra esquina otros 3 policías y más por el otro
lado, en cinco segundos había allí cuatro coches de poli y quince
agentes alrededor del chico que ya estaba reducido en el suelo, y es
que...this is New York Man!!!.
La quinta avenida
hacia arriba, la séptima hacia abajo, Broadway con sus letreros de
musicales, Wall Street y sus brokers, central park, la biblioteca, la
central station, el empire state, no daba a basto de admirar la
ciudad y todavía no sabía que me quedaba por ver lo mejor,
Brooklyn, Harlem o el Bronx, las verdaderas esencias de Nueva York.
Ese mismo día
también visitamos la zona cero y la verdad es que han hecho un
monumento que refleja muy bien lo que sucedió allí aquel día. Son
dos cuadrados grandiosos de color negro, situados en la ubicación de
las Torres Gemelas, que se hunden en el suelo y por sus cuatro
paredes caen cortinas de agua, dentro de cada cuadrado hay otro
cuadrado más pequeño que se hunde todavía más en el centro, por
el cual se pierde toda el agua que cae de las paredes y desde ningún
ángulo o perspectiva se ve el fondo del agujero dando una sensación
de caída al vacío, alrededor de estos cuadrados están todos los
nombres de las víctimas de aquella tragedia.
Al día siguiente
nos dirigimos a Harlem, el barrio negro por excelencia de Nueva York,
cogimos la línea amarilla de metro que va hacia Manhattan, para
luego hacer trasbordo a la línea verde dirección norte que va a
Harlem y el Bronx, es impresionante como cambia el ambiente de una
línea a otra, pasamos de ver trajeados con maletines a gente muy
humilde y ser los dos únicos blancos del vagón, salimos en la calle
125, y te das cuenta que aquí ya, a penas, se ven turistas,
recorrimos la calle de arriba a abajo, visitando el shake harlem, una
famosa hamburguesería que permanece aquí desde los años dorados de
este barrio, y también por supuesto el famoso Apollo donde tocaron
grandes como Hareta Franklin, Jimmy Hendrix o Louis Amstrong. Pasamos
por la quinta, sexta y séptima avenidas que aquí cambian de nombre
por el de los famosos políticos que lucharon por la causa de este
pueblo, como Malcolm X, Martin Luther King o Lenox. Te ves envuelto
de raperos que te ofrecen sus maquetas grabadas y luego te piden
dinero por ellas, al decirles que no algunos te maldicen con algunas
palabras que todavía no llego a entender, mi inglés de Harlem
todavía tengo que mejorarlo, lo que sí sé es que lleva muchos
fucking de por medio, jajaja.
También estuvimos
en Brooklyn y creo que este es uno de los barrios que más ha
cambiado de la ciudad, con los años, ahora viven hipsters y
modernillos adinerados, ya que sus alquileres son desorbitados. Mucho
ambientazo en la calle y muchos garitos muy cools, prepárate a
dejarte un trozo de tu sueldo si quieres cenar por allí, creo que
cruzando el famoso puente de Brooklyn y paseando un rato por sus
calles quedarás más que satisfecho.
Ese mismo día
llegamos hasta el puerto y para nuestra sorpresa, hay un ferry que
une la isla de Manhattan con la Staten Island totalmente gratis y el
cual pasa justo por delante de la estatua de la libertad, así que
nos subimos al barco entre una marabunta de neoyorquinos que plegan
de sus trabajos y turistas que saben de este trayecto. La subida al
barco fue como revivir los tiempos en que grandes cantidades de
inmigrantes llegaban a esta ciudad en busca de sus sueños.
CAPÍTULO 8
USA, EL BRONX,
año1987
Big Pun, el rapero
más famoso del Bronx sin duda alguna, letras durísimas y acciones
todavía más como su propio nombre indica, Big Pun es la abreviación
de Big Punisher (el gran castigador). Ha aparecido un nuevo graffitti
en el barrio, donde sale su silueta y su nombre bien grande, sí sí,
el tipo ha muerto, pero esta vez, al contrario de lo que todo el
mundo cree, pelea de bandas,... ajuste de cuentas,... el tipo estaba
tan gordo que le ha dado un infarto al corazón. Delante del
graffitti de Big Pun hay dos chicos sentados en un coche fumando un
cigarro y rapeando en honor a su rapero favorito.
CAPÍTULO 9
USA, EL BRONX, año
2017
Delante del
graffitti de Big Pun se encuentran dos chicos sentados en un coche,
esta vez no son del barrio, y no están rapeando, esta vez somos
Fátima y yo observando un graffitti que con los años se ha
convertido en uno de los más famosos del Bronx y es que hoy por hoy
Big Pun todavía está muy presente entre los jóvenes y no tan
jóvenes vecinos del Bronx.
Con todas las
advertencias y recomendaciones de que no se nos ocurriera visitar El
Bronx, aquí estamos, y es que yo no me hubiera perdonado venir a New
York y no visitar El Bronx, como ya he dicho en otros posts, yo crecí
escuchando rap y haciendo graffittis, cómo me iba a perder el lugar
donde nació esta cultura. Poco a poco, recorriendo el barrio, nos
damos cuenta de que ha evolucionado mucho, y que el gobierno ha
invertido en infraestructuras y sobre todo en cultura y educación
para las nuevas generaciones. Aún así, la media, hoy en día, es de
dos asesinatos al día, bueno lo han bajado a la mitad, pero sigue
siendo muchísimo, y es que todavía puedes ver mucha prostitución,
marginalidad, tiendas con barrotes las cuales venden por una
ventanita y sobretodo graffittis, muchos graffittis honrando a
víctimas de la violencia y muchas zapatillas colgadas de los cables.
Se puede palpar la
tensión y cómo miran a la gente que no pertenece al barrio, por
supuesto no se os ocurra sacar cámaras o móviles y posar en alguno
de los graffittis, es un insulto para ellos, seguramente tendréis
problemas y por supuesto no se os ocurra visitar el barrio de noche,
parece de película, pero lamentablemente es así. Hoy en día hay
bastante gente que se está mudando aquí presionada por los
altísimos precios de los alquileres en New York, y poco a poco está
cambiando el barrio, aún así todavía tienen mucho trabajo.
También hay que
decir que a día de hoy El Bronx se divide en dos partes, el sur
oeste y el resto, el sur oeste es la parte más peligrosa y auténtica
de lo que fue El Bronx de los ochenta, la que nosotros visitamos, y
donde tienes que ir si quieres ver la esencia de este barrio, pero
siempre con mil ojos y mucho respeto.
FIN
PD: Todas las
historias contadas en este post son verídicas. Espero que os haya
gustado
![]() |
silueta de Nueva York |
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playa en la niebla |
![]() |
Fátima recuperándose |
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Jerry |
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boston |
![]() |
boston |
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pisito en nueva york |
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Times Square |
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Zona cero |
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estatua de la libertad |
![]() |
harlem |
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puente de brooklyn |
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brooklyn |
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El Bronx |
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Graffitti Big Pun en El Bronx |
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El Bronx |
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martes, 18 de julio de 2017
Hasta luego Canadá, fue un placer
Ya os estoy escribiendo desde otro
país, volvemos a estar en Estados Unidos, esta vez la costa Este.
Entramos esta mañana, íbamos con todo preparado, y con los nervios
de todas las fronteras, por si nos faltaba algún papel,... para
entrar por tierra a EEUU necesitas un visado, que debes tramitar en
tu país, pero nosotros no podíamos hacerlo, intentamos tramitarlo
en la embajada de los Estados Unidos en Ottawa, pero como no
estábamos en su lista nos fue imposible entrar en la embajada, así
que decidimos ir sin nada hasta la frontera y que allí hicieran lo
que quisieran, y así hemos llegado esta mañana. Se han encargado
dos chicos jóvenes, nos han hecho las mil preguntas de siempre y
nosotros hemos empezado a hablar, la nueva técnica que adoptamos es:
hablamos los dos, más o menos a la vez, en inglés y vamos contando
a nuestro rollo nuestro viaje, hasta que se cansan y nos hacen el
visado, y así lo han hecho. Hemos estado un tiempo esperando a que
nos hicieran el papelito, no puedo asegurar cuánto tiempo ha sido,
porque en las embajadas, fronteras y sitios públicos el tiempo pasa
de una manera distinta a la del resto del mundo, no sé si es mucho o
poco, la cuestión es que nos han dado los visados y nos han dicho
buen viaje...No nos han mirado la furgo,...y eso me da mucha rabia,
¡el momento de pasar las fronteras es cuando más limpia la
llevamos!.
Os voy a contar un poco el final de
nuestro paso por Canadá. Después de estar con los amigos
Volkswageneros en Niágara emprendimos camino hacia Ottawa, la
capital del país, una ciudad recogida, con edificios coloniales, con
mucho turismo, a nosotros nos pareció una pequeña Inglaterra, no
estábamos acostumbrados a este paisaje en estos lugares, estuvimos
tres días paseando por la ciudad y viendo los preparativos de la
fiesta nacional del 1 de julio, en Ottawa pudimos dormir en el
aparcamiento del Walmart (ya casi nuestro terreno) el tercer día
vino la policía, se ve que alguien los había llamado, que había un
vehículo sospechoso con una matrícula sospechosa, se puso un coche
delante de la furgo y otro detrás, y nosotros desayunando tan
tranquilamente. Nos preguntaron qué hacíamos tantos días allí y
las mil preguntas de siempre, al final nos dijeron que lo sentían,
pero que con la fiesta del 1 de julio la gente está un poco
asustada, fueron muy simpáticos, tanto que antes de irse nos
regalaron dos vales del Mc Donalds para dos cafés, y como ese día
ya nos íbamos nos pasamos por el Mc. Donalds a buscar nuestros
jarrones de café para el viaje, dos cafés XXL para llevar por
favor, con azúcar, vinagre, mostaza y ketchup (el vinagre, la
mostaza y el ketchup para nuestra despensa claro).
De Ottawa nos fuimos hasta Montréal,
allí encontramos una callecita en el centro, donde aparcar era
gratis y se veía un lugar muy tranquilo, ...así que ya teníamos
hotelito. Nos fuimos a ver la ciudad, había festivales por todas
partes, festival de artesanos, el festival internacional de jazz,
festival de pintura, mil actividades que nos hicieron volver locos de
un lugar a otro, todo gratis, montajes enormes, bailes con
estructuras hechas por contenedores de transporte, toda una calle
llena de pinturas, un piano público en una plaza, en el barrio gay,
donde estaban tocándolo y cantando los vecinos del barrio,
llegábamos tardísimo a nuestro hotelito furgonetero y hechos polvo
de ir hacia arriba y hacia abajo. Allí probamos las Poutiné más
famosas de Canadá, un plato enorme de patatas fritas con queso
cheddar y una salsa, también probamos la cola de castor, que no es
una cola de verdad, es un postre, que no está nada malo y que nos
comimos mientras paseábamos por el puerto antiguo de Montréal...vaya
estampa más romántica.
Y de Montreal a Quebec, pasando por el
parque Nacional la Mauricie, un parque como casi todos los que hemos
visto de Canadá, frondosos, verdes, con vistas que parece que te
ensanchen la mirada, caminatas por todas partes y cada una con una
característica distinta,...y lo mejor,...duchas, aprovechamos que
este parque nacional tenía duchas para hacer un buen repaso. Cuando
llegamos a las duchas nos dijeron que funcionaban con monedas de 25
centavos, cogimos todas las monedas que teníamos y nos fuimos hacia
allí, yo llevaba 2 y Jordi otras dos, al meternos en las duchas
vimos que para que funcionara tenías que meter 4 monedas de
golpe....bueno...no entraré en detalles, pero después de montar un
“cinet” nos pudimos duchar los 2 con nuestras 4 monedas (esta
será una de esas historias que cuentas en el bar riéndote).
Quebec nos pareció otra pequeña
Europa, esta vez Francia. Con muchas cuestas y otra vez mucho
turismo, fue allí donde pasamos el 1 de julio, en un concierto del
famoso grupo Billy Talent y los fuegos artificiales, fue bastante
divertido, aunque....seguimos pensando que somos los mejores montando
“tinglados” y festivales. En Québec hablan francés, yo creía
que también hablaba francés, fue muy frustrante no poder entenderme
con nadie en francés, no les entendía nada y ellos no me entendían
a mí, terminábamos hablando en inglés, Jordi se reía de mí
diciendo que él creía que iba a estar salvado en Québec con mi
francés....más tarde encontramos unos franceses de Francia y nos
dijeron que ellos tampoco llegan a comprenderse muy bien con la gente
de Quebec (fue un descanso).
De Quebec decidimos subir un poco hacia
el norte, hacia el pueblo de Tadoussac, donde se pueden avistar
ballenas beluga, ballenas negras y focas. Creíamos que no íbamos a
ver pero había millones de belugas, fue increíble, maravilloso, era
impresionante ver tantas y tan blancas, reflejaban la luz del sol en
sus espaldas cada vez que salían a respirar. Creíamos que ver las
belugas había sido lo mejor del día,...pero luego seguimos subiendo
hasta otro lugar, donde simplemente te sientas en las rocas delante
del mar y dejas pasar las horas, y cuando estás medio dormido,
relajado por el sol que te da en la cara y por el sonido del mar ves
salir una ballena enorme delante de ti y sale y se vuelve a meter y
vuelve a salir y se vuelve a meter y todos nos despejamos de golpe,
pero nadie dice nada. Quizás, para mí, este es uno de los secretos
de la vida que no sabía, no todo es ahora, ni a un momento
determinado, ni durante tanto tiempo, simplemente te sientas y
esperas que las cosas pasen, y puede que pasen o puede que no. Si no
pasan, no quiere decir que no estén allí, simplemente no ha pasado
mientras tú estabas,...si pasan...no lo olvidarás en la vida, no
sólo no olvidarás el espectáculo de ver a una ballena en su ruta
por la vida, tampoco olvidarás la sensación de la calma mientras
esperas ver cómo pasa la vida, la naturaleza, sólo disfrutar de la
espera. Esa noche dormimos en una playa llena de dunas y de
mosquitos, estábamos orientados hacia el este, es decir, el sol
salía por el mar, y sin el sol en el horizonte durante su puesta
vimos otro espectáculo, nosotros no podíamos ver el sol, estaba
detrás nuestro, detrás de las montañas, pero su reflejo llegaba
hasta el mar y volvía todo el cielo de color rosa, se ve que todos
los habitantes de Tadoussac saben este hecho y justo a la hora de la
puesta vinieron muchos coches para poder ver ese rosa de la vida. Al
día siguiente vimos salir el sol por el mar, y me di cuenta de
cuánto tiempo llevaba sin ver el sol salir por el mar, tal y como lo
he visto salir siempre durante 36 años, reflejando sus rayos más
fuertes de la mañana en el agua. Las puestas de sol en el océano
son preciosas pero la salida del sol por el mar me trae los mejores
recuerdos de mi vida, y por un momento eché de menos mi precioso mar
mediterráneo.
De Tadoussac nos fuimos hacia la
península de Gaspé, New Brunswick y Nova Scotia. Para nosotros,
después de pasar por todo Canadá, fue lo menos espectacular, que no
es menos bonito, pero tuvimos la sensación de estar en Europa,
pasamos por el parque nacional de Fundy, y por las rocas Hopewell,
unas rocas enormes erosionadas por la marea, entre las que puedes
pasearte cuando ésta baja, justo estar a su lado...dios santo qué
maravillas hay en el mundo, y sólo hemos visto la mitad. En Nova
Scotia pudimos estar en el parque nacional de Kejimkujik, y vimos la
niebla que acompaña esta provincia en toda su costa que la vuelve
misteriosa y silenciosa.
En esta zona los aparcamientos de los
centros comerciales Walmart se vuelven lugar de reunión y
“pasaratos” de sus habitantes,...lo que nosotros hacemos en una
cafetería, en una plaza, delante del mar, ellos lo hacen en los
aparcamientos, con un vaso para llevar de una cadena de cafés, pero
sin bajarse de los coches, cada uno está en su coche, uno al lado
del otro y hablan por las ventanillas, es muy divertido ver cómo
pasan las tardes así. Y en uno de estos aparcamientos nos
despertamos el 15 de julio, celebrando 1 año desde que empezamos el
viaje, no nos vamos a poner melancólicos,...pero empezamos de risa
hace un año y hemos reído, llorado, nos hemos enfadado, hemos visto
mil cosas, hemos conocido personas de distintas razas que van pasando
por la vida,...como nosotros, y también hemos aprendido que no somos
distintos a todos aquellos viajeros, turistas,...da igual el nombre,
que viven sus experiencias, sean cuales sean, unas empiezan, otras
acaban y todas son fascinantes para los que las están viviendo,
porque son sus vidas.
Se acabó nuestra gran experiencia en
Canadá, más de mil fotos, vídeos, recuerdos y amigos nuevos que lo
han hecho, sin lugar a dudas, uno de los países más impresionantes
en los que hemos estado, y quizás sí tenía razón la agente que
encontramos en la primera frontera de Canadá, que nos aseguró que
este país iba a ser el mejor de todo el viaje.
![]() |
cola de castor |
![]() |
parlamento de Ottawa |
![]() |
Calles de Montreal |
![]() |
piano público en el barrio gay de montreal |
![]() |
espectáculo con contenedores |
![]() |
calles de Quebec |
![]() |
Calles de Quebec |
![]() |
Poutiné (mmmm....) |
![]() |
Parque Nacional La Mauricie |
![]() |
uno de los lugares donde despertamos |
![]() |
la vie en rose |
![]() |
el saludo al sol |
![]() |
esperando ballenas |
![]() |
Jordi es un superviviente, haciendo fuegos |
![]() |
De todo sabe |
![]() |
niebla en Nova Scotia (P.N. Kejimkujik) |
![]() |
Ir a la playa en Canadá es lo mismo que en el Mediterraneo, pero con chaqueta |
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sábado, 1 de julio de 2017
Bendita avería
Ya estamos aquí de nuevo amigos, para
explicaros las cosas que nos han pasado estas últimas semanas, que
no han sido pocas.
Después de varios miles de kilómetros
de llanura para cruzar el centro de Canadá, llegamos a Thunder Bay,
el primer pueblo que bordea el Lago Superior, el lago más grande del
mundo, y no sé si será el más grande, pero desde luego cuando
estás en su orilla tienes la sensación de estar en el mar, ya que
ni desde lo alto de los acantilados que lo envuelven, puedes ver el
otro lado, y es que tiene, ni más ni menos que 4.393 Km. de costa.
Nos ha regalado grandes vistas y esos magníficos acantilados de los
que hablaba donde hemos podido escalar. Allí conocimos a Mike y
Robert, dos escaladores “sesenteros” y muy auténticos,
autóctonos de la zona, muy amablemente nos estuvieron enseñando las
zonas de escalada cercanas. Después de destrozarnos las yemas de los
dedos, emprendimos marcha, bordeando todo el lado canadiense del lago
superior, hacia Toronto. Toronto, vaya ciudad guapa guapa, creo que
en el “ranquing” de este viaje, sin duda es de las mejores, sino
la mejor de todas, una mezcla de edificios altos y casas bajitas
impregnadas de graffittis, una multiculturalidad y mezcla de razas
como no había visto hasta ahora, comprobamos científicamente que en
el metro no entran dos personas seguidas de la misma raza, por no
hablar de la amabilidad de su gente. Nada más llegar, íbamos por el
centro con nuestra furgo, reconociendo un poco la ciudad y buscando
alguna zona gratis para aparcar, entonces nos adelantó por la
derecha un tipo en bicicleta y nos preguntó a voces,
-¡¡¡de dónde sois, que no reconozco
esta matrícula!!!
así llegamos a un semáforo en rojo y
David se paró al lado de nuestra ventanilla, empezamos a explicarle
nuestro viaje y... el semáforo se puso verde
-¡¡¡OOOh qué guai, qué gran
aventura, que os vaya muy bien!!!
y así llegamos a otro semáforo en
rojo y David se volvió a poner en nuestra ventanilla, le explicamos
que estábamos buscando alguna zona gratis para aparcar y nos dijo
que en el centro era bastante difícil, a todo esto el semáforo se
volvió a poner en verde y nos dijo
-parad en esta gasolinera de aquí y os
digo alguna zona para aparcar gratis.
allí estuvimos un rato charlando con
él y su información nos fue de fábula, ya que encontramos una zona
gratis y tranquila donde pudimos pasar unos días aparcados. Esa
misma tarde terminamos tomando un café etíope con él, unos
dumplings tibetanos y para rematar un par de cervecitas.
Estuvimos unos días más descubriendo
y disfrutando esta maravillosa ciudad, sus barrios chino, portugués,
latino, italiano, coreano, africano, y un largo etcétera, miles de
ofertas culturales gratuitas, y es que, hay que ver cómo cuidan al
ciudadano en este país.
Con gran pesar dejamos Toronto atrás,
sin saber todavía lo que nos deparaba el futuro, una pequeña avería
en nuestra furgoneta, pero... ¡Ay mare! ¡bendita avería!. Y es que
emprendimos marcha hacia las cataratas del Niágara, en el camino
hicimos una parada para visitar los famosos viñedos de la zona,
cuando subimos de nuevo a la furgo pasó lo que llevaba tiempo
esperando:
-Fátima, la furgo no arranca
-Bueno, ya hace tiempo que le cuesta
arrancar, un día u otro tenía que pasar
-Ok, es hora de quemar el sándwich del
almuerzo, tendremos que empujar
-Espera que me ato las zapatillas
Y allí estábamos los dos, empujando
como jabatos, Fátima con los pies hinchados, pero no de empujar,
sino de la presión con que se había atado los zapatos, chica
previsora. Por esas cosas del destino que a unos quince metros
teníamos una bajada que nos facilitó la tarea, la furgo empezó a
coger carrerilla y saltando como en una peli de acción, nos metimos
dentro, Jason Bourne y Marie Kreutz lograron arrancar la furgoneta y
se dirigieron hacia Sta Catharina, el pueblo más cercano donde, otra
vez por esas cosas del destino, había una casa Volkswagen, algo
bastante raro en Canadá. Aparcamos en el parking y entramos a
preguntar si nos podían arreglar la furgoneta,
-hasta la semana que viene imposible,
tenemos el taller a tope
-ok pues entonces tendremos que dormir
aquí porque nuestra furgoneta no arranca y nosotros vivimos en ella
-buf, veré qué puedo hacer
A los cinco minutos salieron, como de un anuncio de coches, seis mecánicos impolutos del taller en busca de la furgo, empujando la metieron dentro y se pusieron a arreglarla. Al rato salió un mecánico y nos dijo que el problema era una pieza del contacto, nada grave, pero la pieza no le llegaba hasta el lunes y estábamos a viernes, como solución para el fin de semana nos propuso hacer un bypass, eso en inglés, en castellano lo que viene siendo un puente de toda la vida y al más puro estilo del torete y el vaquilla salimos del taller arrancando nuestra furgoneta juntando dos cables.
A los cinco minutos salieron, como de un anuncio de coches, seis mecánicos impolutos del taller en busca de la furgo, empujando la metieron dentro y se pusieron a arreglarla. Al rato salió un mecánico y nos dijo que el problema era una pieza del contacto, nada grave, pero la pieza no le llegaba hasta el lunes y estábamos a viernes, como solución para el fin de semana nos propuso hacer un bypass, eso en inglés, en castellano lo que viene siendo un puente de toda la vida y al más puro estilo del torete y el vaquilla salimos del taller arrancando nuestra furgoneta juntando dos cables.
No habíamos andado cinco metros que
allí estaban Barry y Ann, nos pararon antes de que pudiéramos salir
del taller y nos preguntaron si veníamos al festival Volkswagen, les
dijimos que no, que se nos había roto la furgoneta y teníamos que
esperar hasta el lunes. Nos explicaron que este fin de semana se
hacía un festival Volkswagen en un pueblo cercano, el destino había
hablado, Ok no tenemos nada que hacer hasta el lunes, puede estar
bien. Se ofrecieron para llevarnos a la tienda que organizaba el
evento y allá que nos fuimos. Llegamos a John's bug shop, estuvimos
explicándoles nuestra situación y nuestro viaje a todos ellos. Nos
fuimos hacia el camping donde se concentraban todas las furgos y
coches del evento y nada más llegar ya nos estaba esperando AJ, otro
organizador que ya sabía que íbamos para allá. Nos recibieron con
los brazos abiertos, fogata encendida y cerveza fría, ¿podíamos
pedir algo más?. Al día siguiente se hacía una ruta exhibición de
todos los vehículos Volkswagen, a cual más limpio y brillante,
entre todos ellos, allí estábamos nosotros, con nuestra furgo que
lleva mierda pegada desde Mongolia. Una vez aparcados los 250
vehículos del evento, pudimos disfrutar de una barbacoa y de grandes
conversaciones con toda la gente que flipaba con nuestra aventura y
con nuestro método para arrancar la furgo. Con la barriga llena,
preparados para irnos al camping se acercó un tipo y nos dijo que
era periodista del diario Niagara This Week y nos quería hacer una
entrevista sobre nuestro viaje, acabamos saliendo en portada. Una vez
en el camping, AJ, buen tipo y mejor persona, nos sorprendió con un
regalito digno de admirar, apareció con dos botellas de vino mágnum
italiano, que nos bebimos entre los tres, visitando y charlando con
los vecinos Volkswageneros, acabamos la noche a la vera de la hoguera
con guitarra en mano. Al día siguiente no había quién se
levantara, y cuando salimos de la furgo sólo quedábamos nosotros,
no veas cómo madruga esta gente. El domingo era la exposición de
todos los vehículos, nos fuimos para allá y nos volvimos a
encontrar con Barry y Ann, nos habían preparado unos bocatas para
comer con ellos, junto a ellos y otros compañeros pasamos todo el
día disfrutando de actividades tales como quemar el motor de un
coche o hacer equilibrio encima de una madera con los coches. Llegó
el momento de entregar los premios y para nuestra sorpresa AJ,
micrófono en mano, empezó a explicar a todo el mundo nuestra
aventura, nuestro viaje y cómo el destino nos había llevado hasta
allí, entonces dijo
-Ahora me quito el sombrero y lo dejo
encima de la mesa, todos aquellos que queráis ayudar a estos chicos,
podéis poner lo que queráis aquí dentro.
Anonadados vimos como la gente empezó
a acercarse y a meter billetes dentro del sombrero, incluso un
ganador compartió la mitad de su premio con nosotros, otros se
acercaron y nos regalaron bandejas de comida y como remate final la
organización nos volvió a invitar a cenar. Toda una demostración
de bondad, amabilidad, respeto y otros tantos adjetivos que podría
poner para esta maravillosa gente que conocimos este fin de semana.
Todavía no había acabado todo, al día siguiente Barry y Ann
vinieron al taller, mientras arreglaban la furgoneta, y nos dijeron
que les gustaría pasar el día con nosotros y enseñarnos un poco
toda la zona, así que empezamos el día con un desayuno a lo
canadiense total (huevos, bacon, tostadas, mermelada, salchichas,
café y colesterol), con la barriga llena y la furgo arreglada nos
invitaron a su casa, nos dimos un buen bañito en su piscina, nos
enseñaron dos magníficos mustangs clásicos que tenían en su
garaje, también estuvimos visitando las cataratas del Niágara,
algunos viñedos, hicimos una pequeña cata y volvimos a rematar el
día con otra cena (fish & chips), al despedirnos nos
sorprendieron, una vez más, regalándonos una matrícula canadiense,
banderas y jabones para nuestro viaje. Nos hicieron sentir como en
casa.
Este viaje nos está enseñando muchas
cosas, sobretodo que afortunadamente, en el mundo, hay muchas más
buenas que malas personas. Barry y Ann, AJ y John os estaremos
agradecidos toda la vida.
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esperando alguna solución |
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escalada en el lago superior |
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vistas desde los acantilados el lago superior |
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pictografías de los indígenas en la orilla del lago |
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Toronto |
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Toronto |
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cómo no...la CN Tower |
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buscando el problemilla |
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vino con AJ |
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guitarra a la vera del fuego |
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os presentamos a Barry y Ann |
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cena en uno de los lugares más lujosos del mundo |
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espectaculares cataratas |
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cataratas |
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sábado, 3 de junio de 2017
Canadá desde dentro
Buenas tardes des de Winnipeg, en el
centro sur de Canadá, en el estado de Manitoba, estamos a 33 grados,
en una furgo preparada para aislar el frío,...estamos bastante
calentitos, pero nada que no pueda arreglar un helado de chocolate.
Ya hemos pasado pueblos y algún estado que nos ha costado bastante poder deletrear, como Saskatchewan, y ahora ya nos empezamos a acercar al este de Canadá: Quebec, el lago superior, Toronto, Ottawa, Niágara, Nueva Escocia y mil sitios más que darán para otro post.
La bajada desde Alaska, en un principio, parecía que no nos iba a aportar nada nuevo de lo que ya habíamos visto. Pues bien, pasada la frontera volvimos a Whitehorse, para hacer la revisión de la furgoneta y prepararnos para el viaje, allí nos encontramos con unos cuantos viajeros europeos, con sus propios vehículos, gracias a una compañía alemana, la gente puede transportar sus vehículos a través del atlántico. Conocimos a holandeses que venían de pasar tres años por África, suizos, alemanes, franceses, una pareja de Tarragona. Para nosotros encontrar a toda esta gente fue una alegría, hace tiempo que dejamos de hablar de nuestra casa como algo determinado en un pequeño punto del mapa, desde Mongolia que nuestra casa es Europa, y encontrar a gente de allí nos hace sentir muy bien, y es recíproco, en cuanto nos encontramos entre europeos aparcamos unos al lado de los otros y nos ponemos a hablar. Normalmente estos viajeros son parejas mayores que se han jubilado y deciden hacer realidad sus sueños, a estas parejas las reconoces porque las envuelve un aura de tranquilidad y de...me da igual todo lo que pase. Les preguntamos cuál es su ruta y nos dicen...no sé ya veremos, cuándo piensan volver... no sé ya veremos, cómo tienen el presupuesto...no sé ya veremos,...claro...cobran la pensión y viven lo que les toca vivir ahora.
La bajada de Canadá, por varias razones, está siendo un viaje un poco más profundo hacia nosotros mismos, bueno, por lo menos para mí. El Yukon, el norte de la Columbia Británica y de Alberta son estados que mientras estás pasando por ellos crees que no tienen nada de especial, aunque te encuentras cantidades innumerables de osos, bisontes, alces, zorros, linces, cabras salvajes, millones de ardillas y águilas, todos paseando por la carretera, por el arcén, y todas las caravanas, coches y camiones nos paramos a observar desde la distancia. Es indescriptible la sensación que te produce parar la furgoneta y que pase justo por el lado de tu ventanilla un bisonte que podría aplastarte, sin mirarte, ignorándote...o por lo menos eso parece.
El respeto hacia estos animales es enorme, es increíble ver a un camionero que lleva días de viaje parar su enorme camión para ver a una pareja de osos comiendo, con la misma cara que ponemos los viajeros que nunca en nuestras vidas hemos visto a un oso en libertad. Los animales se sienten libres y propietarios de estos espacios, y los canadienses respetan esa propiedad. Además, como es el aniversario de los 150 años de independencia de Canadá, todos los parques nacionales son gratuitos y puedes ir metiéndote de uno al otro sin pagar y disfrutando de todo lo que te puede dar cada estado.
Los coches nos pitan por la carretera para saludarnos cuando ven nuestra matrícula, dándonos la bienvenida a su país, cuando hablamos con la gente de los pueblos nos ayudan, nos preguntan y charlan con nosotros con ganas de saber nuestras vidas, realmente los canadienses son personas muy abiertas, respetuosas y tolerantes, por lo menos los canadienses del oeste, ya veremos en el este cómo son.
Estuvimos una semana en el pueblo de Tumbler Ridge, escalando, caminando y viendo cascadas de mil verdes y azules, conociendo gente y dejando pasar la vida con calma, sin prisa.
Con las gafas de sol y los tirantes estaba feliz y relajada, hasta que vi la cara de Jordi que se estaba transformando, creía que detrás de mí había un oso de los que habíamos visto. Le pregunté qué estaba pasando, pero Jordi no podía hablar, sólo tenía la mirada de flipado y la boca abierta, vi pasar a dos tipos, uno con la cabeza teñida como un leopardo, y Jordi les seguía con la mirada, con la boca abierta, yo pensé,...tampoco es para tanto ver a alguien con la cabeza teñida, anda que no hemos visto cosas con lo que llevamos de viaje,...pues no,...resulta que eran los Red Hot Chilli Peppers, que los habíamos tenido detrás tomándose una cerveza. Todo el día estuve escuchando:¡Uaauuu los Red Hot, qué fuerte!.
El domingo hicimos lo que hace un buen edmontense, pasamos el día en el parque, comimos debajo de un árbol y vimos partidos de baseball, nos llamó la atención que en cada equipo había hombres y mujeres de todas las edades y muy distintos entre ellos, preguntamos y nos explicaron que son los trabajadores y jefes de empresas que juegan una liguilla de baseball cada domingo por la tarde, todos tenían que pasar por la posición de bateador y catcher, algunos iban de profesionales y otros se veía que nunca habían cogido un bate, pero todos jugaban juntos. Fue muy entretenido, sobretodo cuando vinieron unos chicos, con un cochecito con música, a repartir helados gratis, allí enseguida nos pusimos a la cola de los helados.
Pasamos un par de días en Edmonton y seguimos nuestro camino hacia el este, que parece que no, pero Candá también tiene sus kilometrillos de costa a costa. Poco a poco llegamos al Riding Mountain National Park, un parque nacional que abarca varios lagos y zonas de caminatas. Allí conocimos a Monika y Ernst, una pareja de suizos que habían empezado su viaje, al igual que los anteriores viajeros que nos habíamos encontrado en Whitehorse. Enseguida nos pusimos a hablar y terminamos tomando unas cervezas y cenando juntos. Nos sentimos realmente fascinados por ellos, nos contaban sus vidas y nosotros no podíamos hacer más que escuchar, dónde habían vivido, lugares por donde habían estado. Por la noche estuve pensando, ¿podremos ser como ellos algún día? Siendo más mayores encontrar a alguien joven con quien compartir nuestras historias, reírnos de ellas y darte cuenta que puedes estar hablando horas y horas de tu vida, sin que nadie pueda aburrirse. No sé si llegará ese momento, me encantaría, aunque lo que tengo claro es que estamos haciendo todo lo posible para que así sea.
Ya hemos pasado pueblos y algún estado que nos ha costado bastante poder deletrear, como Saskatchewan, y ahora ya nos empezamos a acercar al este de Canadá: Quebec, el lago superior, Toronto, Ottawa, Niágara, Nueva Escocia y mil sitios más que darán para otro post.
La bajada desde Alaska, en un principio, parecía que no nos iba a aportar nada nuevo de lo que ya habíamos visto. Pues bien, pasada la frontera volvimos a Whitehorse, para hacer la revisión de la furgoneta y prepararnos para el viaje, allí nos encontramos con unos cuantos viajeros europeos, con sus propios vehículos, gracias a una compañía alemana, la gente puede transportar sus vehículos a través del atlántico. Conocimos a holandeses que venían de pasar tres años por África, suizos, alemanes, franceses, una pareja de Tarragona. Para nosotros encontrar a toda esta gente fue una alegría, hace tiempo que dejamos de hablar de nuestra casa como algo determinado en un pequeño punto del mapa, desde Mongolia que nuestra casa es Europa, y encontrar a gente de allí nos hace sentir muy bien, y es recíproco, en cuanto nos encontramos entre europeos aparcamos unos al lado de los otros y nos ponemos a hablar. Normalmente estos viajeros son parejas mayores que se han jubilado y deciden hacer realidad sus sueños, a estas parejas las reconoces porque las envuelve un aura de tranquilidad y de...me da igual todo lo que pase. Les preguntamos cuál es su ruta y nos dicen...no sé ya veremos, cuándo piensan volver... no sé ya veremos, cómo tienen el presupuesto...no sé ya veremos,...claro...cobran la pensión y viven lo que les toca vivir ahora.
La bajada de Canadá, por varias razones, está siendo un viaje un poco más profundo hacia nosotros mismos, bueno, por lo menos para mí. El Yukon, el norte de la Columbia Británica y de Alberta son estados que mientras estás pasando por ellos crees que no tienen nada de especial, aunque te encuentras cantidades innumerables de osos, bisontes, alces, zorros, linces, cabras salvajes, millones de ardillas y águilas, todos paseando por la carretera, por el arcén, y todas las caravanas, coches y camiones nos paramos a observar desde la distancia. Es indescriptible la sensación que te produce parar la furgoneta y que pase justo por el lado de tu ventanilla un bisonte que podría aplastarte, sin mirarte, ignorándote...o por lo menos eso parece.
El respeto hacia estos animales es enorme, es increíble ver a un camionero que lleva días de viaje parar su enorme camión para ver a una pareja de osos comiendo, con la misma cara que ponemos los viajeros que nunca en nuestras vidas hemos visto a un oso en libertad. Los animales se sienten libres y propietarios de estos espacios, y los canadienses respetan esa propiedad. Además, como es el aniversario de los 150 años de independencia de Canadá, todos los parques nacionales son gratuitos y puedes ir metiéndote de uno al otro sin pagar y disfrutando de todo lo que te puede dar cada estado.
Los coches nos pitan por la carretera para saludarnos cuando ven nuestra matrícula, dándonos la bienvenida a su país, cuando hablamos con la gente de los pueblos nos ayudan, nos preguntan y charlan con nosotros con ganas de saber nuestras vidas, realmente los canadienses son personas muy abiertas, respetuosas y tolerantes, por lo menos los canadienses del oeste, ya veremos en el este cómo son.
Estuvimos una semana en el pueblo de Tumbler Ridge, escalando, caminando y viendo cascadas de mil verdes y azules, conociendo gente y dejando pasar la vida con calma, sin prisa.
El oeste de Canadá es salvaje, libre y
lleno de naturaleza, cuando ya has pasado por él y te vas alejando
te llena una sensación de vacío, de añoranza hacia ese territorio,
es muy difícil explicarlo: cuando estaba allí, al principio decía,
¿qué hace la gente aquí?, ahora, desde la distancia entiendo que
si has pisado esta zona no puedes dejarla, se queda pegada dentro de
ti, naturaleza en estado puro y sin darte cuenta, te engancha y te
hace formar parte de ella, no eres un mero espectador, eres eso que
ves.
Llegó el momento de dejar paso a la
civilización, de nuevo, y llegamos a Edmonton, en un principio
parecía una ciudad típica americana, construida a lo ancho y sin
mucha vida en las calles, hasta que llegamos a la Whyte Avenue, y
allí estaban esperándonos con los brazos abiertos, gente, terrazas
al sol, cervecitas fresquitas, nos miramos, aparcamos y nos fuimos a
disfrutar del ambiente, el mercado de los agricultores, con millones
de comidas para probar gratis, gente en las plazas tocando, y una
terraza que vimos en la que casi entramos como un tornado, nos
pedimos una pinta y unos nachos.
Con las gafas de sol y los tirantes estaba feliz y relajada, hasta que vi la cara de Jordi que se estaba transformando, creía que detrás de mí había un oso de los que habíamos visto. Le pregunté qué estaba pasando, pero Jordi no podía hablar, sólo tenía la mirada de flipado y la boca abierta, vi pasar a dos tipos, uno con la cabeza teñida como un leopardo, y Jordi les seguía con la mirada, con la boca abierta, yo pensé,...tampoco es para tanto ver a alguien con la cabeza teñida, anda que no hemos visto cosas con lo que llevamos de viaje,...pues no,...resulta que eran los Red Hot Chilli Peppers, que los habíamos tenido detrás tomándose una cerveza. Todo el día estuve escuchando:¡Uaauuu los Red Hot, qué fuerte!.
El domingo hicimos lo que hace un buen edmontense, pasamos el día en el parque, comimos debajo de un árbol y vimos partidos de baseball, nos llamó la atención que en cada equipo había hombres y mujeres de todas las edades y muy distintos entre ellos, preguntamos y nos explicaron que son los trabajadores y jefes de empresas que juegan una liguilla de baseball cada domingo por la tarde, todos tenían que pasar por la posición de bateador y catcher, algunos iban de profesionales y otros se veía que nunca habían cogido un bate, pero todos jugaban juntos. Fue muy entretenido, sobretodo cuando vinieron unos chicos, con un cochecito con música, a repartir helados gratis, allí enseguida nos pusimos a la cola de los helados.
Pasamos un par de días en Edmonton y seguimos nuestro camino hacia el este, que parece que no, pero Candá también tiene sus kilometrillos de costa a costa. Poco a poco llegamos al Riding Mountain National Park, un parque nacional que abarca varios lagos y zonas de caminatas. Allí conocimos a Monika y Ernst, una pareja de suizos que habían empezado su viaje, al igual que los anteriores viajeros que nos habíamos encontrado en Whitehorse. Enseguida nos pusimos a hablar y terminamos tomando unas cervezas y cenando juntos. Nos sentimos realmente fascinados por ellos, nos contaban sus vidas y nosotros no podíamos hacer más que escuchar, dónde habían vivido, lugares por donde habían estado. Por la noche estuve pensando, ¿podremos ser como ellos algún día? Siendo más mayores encontrar a alguien joven con quien compartir nuestras historias, reírnos de ellas y darte cuenta que puedes estar hablando horas y horas de tu vida, sin que nadie pueda aburrirse. No sé si llegará ese momento, me encantaría, aunque lo que tengo claro es que estamos haciendo todo lo posible para que así sea.
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y de más cerca que los hemos visto |
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pasamos un par de días en unas aguas termales |
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en sitios como este dormimos por las noches |
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ya podemos decir que hemos estado en el principio y el fin de la Alaska Highway |
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cascadas en Tumbler Ridge |
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Impresionante la fuerza del agua |
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Edmonton |
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domingo de parque en Edmonton |
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Riding Mountain National Park |
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Riding Mountain National Park |
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Y así nos tomamos la vida |
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