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miércoles, 3 de enero de 2018

Dossier memoria del viaje

Después de estos meses intentando adaptarnos un poco a nuestra nueva rutina, hemos conseguido terminar la memoria de nuestro viaje, con todo el presupuesto, documentos, material, camperización, etc. Como no podemos subir este dossier al blog os dejamos el índice.
Para quien quiera tener la información, ya sea para echarle un vistazo o por si puede servir de ayuda para montar un viajecito con sólo que nos enviéis vuestro mail os pasaremos el dossier encantados.

AVISO: Gmail nos da muchos problemas para recibir los mails para enviaros el dossier. Mejor si nos mandáis un mail a:  fatimahidal@yahoo.es






domingo, 13 de agosto de 2017

Paralelismos en el tiempo

CAPÍTULO 1
USA, ESTADO DE MAIN, año 2017
Entre una niebla densa se deja intuir el sonido de las olas del mar, estamos bajando unas escaleras, en busca de la playa, no llego a imaginar una playa entre toda esta niebla, pero al final aparece, primero la arena, después los playeros con sus sombrillas y sus gorritos, parece un chiste, desde la arena todavía no se ve el agua y allí está la gente tan tranquila disfrutando de su particular playa, apartando niebla llegamos al agua, meto los pies y de repente, parece que me estén clavando mil puñales, está helada, aún así hay bastantes valientes que están dentro, creo que tienen costra alrededor, en vez de piel.
Al día siguiente un calor abrasador y doble ración de niebla, la mezcla perfecta para que hubiera una humedad del 90% en el ambiente, decidimos subir a la cima Arcadia, poco a poco la altura disipó la niebla y dio paso al sol radiante, a punto de hacer cima escuché a Fátima que decía, para para y es que le dio un bajón de tensión y se mareó un poco. Con Fátima tumbada con las piernas hacia arriba descansamos un poco, un buen trago de agua y un plátano hicieron que se recuperara totalmente, esto le pasa por querer seguir mi ritmo, jajaja.

CAPÍTULO 2
USA, EL BRONX, año 1980
Dos chicos hablan entre ellos marcando mucho los acentos y otro a su lado les acompaña haciendo ruidos secos con la boca, intentan rimar todas sus frases y casi sin darse cuenta llevan un ritmo perfecto, hablan siempre de los problemas de la sociedad en la que viven, frases y letras reivindicativas y pedantes, es su forma de evadirse de la situación tormentosa en la que viven. Otro pinta con rotulador en la pared las mismas frases que sus colegas riman a un compás todavía desconocido por ellos. En esa misma calle, y en la otra, y en la otra de más allá les acompañan marginación, prostitución, extorsión, drogas y sobretodo violencia, mucha violencia, y es que El Bronx en estos años es el barrio más peligroso de Estados Unidos, con nada más y nada menos que una media de 4 asesinatos al día.
Estos chicos todavía no saben que están creando una nueva cultura mundial que permanecerá para el resto de los días, la cultura del Hip Hop y el Graffiti...

CAPÍTULO 3
USA, MAIN CAMINO A MASSACHUSETTS, año 2017
En la radio suena la canción Tu continente de IZAL, siguiendo los consejos de la señora de turismo emprendimos rumbo al sur, por una carretera que ellos llaman escénica, ¿escénica? Lo único que ves es niebla y casas a los lados, para ellos esto de pasear viendo casas es interesantísimo, bueno, cada uno con su mundo. Sin pena ni gloria pasamos por varios estados, y es que hemos visto tantas cosas interesantes en este viaje que cada vez cuesta más sorprendernos. Entramos a Massachussets en busca de Boston, al llegar dejamos la furgo en un parquing que vimos en la aplicación Ioverlander, una de esas que hemos descubierto en este viaje y tanto nos están ayudando, costaba 6€ el día entero, así que dejamos la furgo allí un par de días, estaba justo al lado de la estación de tren, el centro estaba a unos 9Km, así que cogíamos el metro para visitar la ciudad, y qué ciudad, nos sorprendió gratamente Boston, tiene una arquitectura impresionante, los rascacielos parece que caigan encima de los edificios menores, paseando te da la sensación de no haber salida, de que se amontonan entre ellos, pero a la vez parece que cada uno de ellos esté puesto allí precisa y milimétricamente, que toda la ciudad estuviera diseñada y construida al mismo tiempo, como si toda ella fuera un solo edificio, a parte de su gente distendida, moderna y más abierta de lo que sueles encontrar por aquí, fuera de las grandes ciudades, muchísimas performances callejeras y mil terrazas que te obligan a sentarte a disfrutar de una birra fría, por no hablar de su gran mercado central, donde puedes probar comida de casi todas las partes del mundo, esto último os recomiendo que deis la vuelta al mundo y probéis la comida de cada país en su país, bueno si no se puede dar la vuelta al mundo, el mercado central de Boston es un buen sitio para probarla.
El día que nos íbamos estábamos dentro de la furgo y escuchábamos voces en el exterior, a mí me pareció que decían algo así como que podría ser un vehículo robado, sí sí entendí el inglés americano a través de las paredes de la furgo, y es que me sorprendo a mí mismo cómo he mejorado mi inglés en este viaje.
Decidí salir a ver qué pasaba, y allí había dos polis examinando nuestra casita rodante, nos pusimos a hablar con ellos, les explicamos nuestro viaje como ya hemos hecho tantas otras veces y no hubo ningún problema, se despidieron de nosotros con un “take care”.

CAPÍTULO 4
USA, El Bronx, año 1983
Se oye el tintineo de los botes de spray en la noche, un grupo de chicos de El Bronx están haciendo un graffitti, otro más, y es que cada vez que muere uno de ellos lo honran de esta manera. Esta vez la historia es más triste si cabe, ya que el graffitti va dedicado a Jonathan, un crío de 4 años que ha muerto en medio de un tiroteo entre bandas y policía, en la pared se puede ver la cara del niño sonriendo y debajo un tipo de rodillas pidiendo perdón por lo sucedido. Los chicos de las bandas hacen graffittis en memoria de la víctima y cuelgan del tendido eléctrico sus zapatillas preferidas.
El Bronx hoy por hoy está lleno de dibujos en las paredes y bambas colgadas de los cables.

CAPÍTULO 5
USA, RHODE ISLAND, año 2017
Good bye querido Boston, fue bonito mientras duró, pero tenemos que seguir nuestro camino hacia el sur.
Queríamos visitar el famoso estado de Rhode Island y al llegar allí nos quedamos algo decepcionados, ya que el estado está formado por millonarios que tienen todo privatizado y en el cual sólo puedes visitar algunas playas pagando el módico precio de 30 dólares, como podéis imaginar las vimos desde lejos, y es que nos negamos rotundamente a pagar por entrar a una playa (tendrían que venir a La Cala para saber lo qué es una playa de verdad). El fugaz paso por este estado lo arregló Jerry, un señor que nos encontramos en una zona de rocas al lado del océano, cada tarde va allí y hace un monolito de piedras, tiene la zona infectada de monolitos, la verdad es que ha creado un paisaje espectacular, se puso a charlar con nosotros y charra que charra estuvimos 4 horas haciéndole compañía, y nos dejó que le ayudáramos a decorar su precioso paisaje con un monolito hecho por nosotros.

CAPÍTULO 6
USA, EL BRONX, año 1985
Aparece un nuevo graffitti en El Bronx, otra de esas historias que pone los pelos de punta, pero que son el día a día de este barrio en la década de los ochenta.
Hay un partido de baseball, dos críos se pelean, uno de ellos pertenece a una banda y el otro intenta vivir al margen de bandas, drogas y la violencia que marca este barrio, el primero comenta a sus superiores lo ocurrido y deciden tomar cartas en el asunto, mandan matar al chico y el verdugo tiene que ser su propio hermano, el cual pertenece a la misma banda. Después de meses de esquivas y de aguantar presiones por parte de los jefes de la banda acaba asesinando a su propio hermano.

CAPÍTULO 7
USA, NUEVA YORK, año 2017
Desde lo lejos apreciamos la silueta que perfilan los rascacielos de esta preciosa ciudad, esta vez en la radio suena New York New York de Frank Sinatra y es que, aquí la tenemos, Nueva York a nuestros pies.
Poco a poco nos adentramos a la ciudad hasta la mismísima séptima avenida, los altísimos rascacielos han engullido la furgoneta por completo, Fátima no para de llamarme la atención para que esté atento a la carretera, pero es que no puedo parar de mirar hacia arriba, hacia abajo, hacia el centro y pa' dentro, tiene razón y es que el tráfico de esta ciudad es de locos, aún así salimos victoriosos con nuestro caballito.
Nos fuimos al barrio de Astoria, donde habíamos alquilado una casa por Airbnb que nos salía a 50 dólares por noche, lo cual en medio de Nueva York es una ganga, hicimos esto porque queríamos dejar descansar la furgo unos días y también darnos unas buenas duchas. Liz era la dueña de la casa y el primer día casi ni la vimos, al día siguiente nos dijo que tenía que viajar a California y que no la veríamos más en toda nuestra estancia, así que tuvimos un apartamento de lo más cuco en medio de Nueva York para nosotros solos, barrio tranquilo con la furgo aparcada en la misma puerta gratis y una lavandería en la esquina, ¿se podía pedir algo más? Bueno por pedir, pedimos una pizza a la americana y el mando de la tele por cable, allí estábamos, en New York, con casa propia, pizza y tele por cable, éramos los reyes. Ahora tocaba descansar, habíamos tenido un día largo de viaje y mañana teníamos mucha faena de ver, visitar y disfrutar de esta ciudad que a mí particularmente me ha enamorado.
Buenos días, preparados para visitar la gran manzana, nos fuimos a coger el metro, bajamos, cómo no, en Times Square y al salir ya te haces una idea de esta locura de ciudad, nada más andar 50 metros veo venir a un chico corriendo como el mismísimo Ussain Bolt y detrás de él 4 policías en su busca, por la otra esquina otros 3 policías y más por el otro lado, en cinco segundos había allí cuatro coches de poli y quince agentes alrededor del chico que ya estaba reducido en el suelo, y es que...this is New York Man!!!.
La quinta avenida hacia arriba, la séptima hacia abajo, Broadway con sus letreros de musicales, Wall Street y sus brokers, central park, la biblioteca, la central station, el empire state, no daba a basto de admirar la ciudad y todavía no sabía que me quedaba por ver lo mejor, Brooklyn, Harlem o el Bronx, las verdaderas esencias de Nueva York.
Ese mismo día también visitamos la zona cero y la verdad es que han hecho un monumento que refleja muy bien lo que sucedió allí aquel día. Son dos cuadrados grandiosos de color negro, situados en la ubicación de las Torres Gemelas, que se hunden en el suelo y por sus cuatro paredes caen cortinas de agua, dentro de cada cuadrado hay otro cuadrado más pequeño que se hunde todavía más en el centro, por el cual se pierde toda el agua que cae de las paredes y desde ningún ángulo o perspectiva se ve el fondo del agujero dando una sensación de caída al vacío, alrededor de estos cuadrados están todos los nombres de las víctimas de aquella tragedia.
Al día siguiente nos dirigimos a Harlem, el barrio negro por excelencia de Nueva York, cogimos la línea amarilla de metro que va hacia Manhattan, para luego hacer trasbordo a la línea verde dirección norte que va a Harlem y el Bronx, es impresionante como cambia el ambiente de una línea a otra, pasamos de ver trajeados con maletines a gente muy humilde y ser los dos únicos blancos del vagón, salimos en la calle 125, y te das cuenta que aquí ya, a penas, se ven turistas, recorrimos la calle de arriba a abajo, visitando el shake harlem, una famosa hamburguesería que permanece aquí desde los años dorados de este barrio, y también por supuesto el famoso Apollo donde tocaron grandes como Hareta Franklin, Jimmy Hendrix o Louis Amstrong. Pasamos por la quinta, sexta y séptima avenidas que aquí cambian de nombre por el de los famosos políticos que lucharon por la causa de este pueblo, como Malcolm X, Martin Luther King o Lenox. Te ves envuelto de raperos que te ofrecen sus maquetas grabadas y luego te piden dinero por ellas, al decirles que no algunos te maldicen con algunas palabras que todavía no llego a entender, mi inglés de Harlem todavía tengo que mejorarlo, lo que sí sé es que lleva muchos fucking de por medio, jajaja.
También estuvimos en Brooklyn y creo que este es uno de los barrios que más ha cambiado de la ciudad, con los años, ahora viven hipsters y modernillos adinerados, ya que sus alquileres son desorbitados. Mucho ambientazo en la calle y muchos garitos muy cools, prepárate a dejarte un trozo de tu sueldo si quieres cenar por allí, creo que cruzando el famoso puente de Brooklyn y paseando un rato por sus calles quedarás más que satisfecho.
Ese mismo día llegamos hasta el puerto y para nuestra sorpresa, hay un ferry que une la isla de Manhattan con la Staten Island totalmente gratis y el cual pasa justo por delante de la estatua de la libertad, así que nos subimos al barco entre una marabunta de neoyorquinos que plegan de sus trabajos y turistas que saben de este trayecto. La subida al barco fue como revivir los tiempos en que grandes cantidades de inmigrantes llegaban a esta ciudad en busca de sus sueños.

CAPÍTULO 8
USA, EL BRONX, año1987
Big Pun, el rapero más famoso del Bronx sin duda alguna, letras durísimas y acciones todavía más como su propio nombre indica, Big Pun es la abreviación de Big Punisher (el gran castigador). Ha aparecido un nuevo graffitti en el barrio, donde sale su silueta y su nombre bien grande, sí sí, el tipo ha muerto, pero esta vez, al contrario de lo que todo el mundo cree, pelea de bandas,... ajuste de cuentas,... el tipo estaba tan gordo que le ha dado un infarto al corazón. Delante del graffitti de Big Pun hay dos chicos sentados en un coche fumando un cigarro y rapeando en honor a su rapero favorito.

CAPÍTULO 9
USA, EL BRONX, año 2017
Delante del graffitti de Big Pun se encuentran dos chicos sentados en un coche, esta vez no son del barrio, y no están rapeando, esta vez somos Fátima y yo observando un graffitti que con los años se ha convertido en uno de los más famosos del Bronx y es que hoy por hoy Big Pun todavía está muy presente entre los jóvenes y no tan jóvenes vecinos del Bronx.
Con todas las advertencias y recomendaciones de que no se nos ocurriera visitar El Bronx, aquí estamos, y es que yo no me hubiera perdonado venir a New York y no visitar El Bronx, como ya he dicho en otros posts, yo crecí escuchando rap y haciendo graffittis, cómo me iba a perder el lugar donde nació esta cultura. Poco a poco, recorriendo el barrio, nos damos cuenta de que ha evolucionado mucho, y que el gobierno ha invertido en infraestructuras y sobre todo en cultura y educación para las nuevas generaciones. Aún así, la media, hoy en día, es de dos asesinatos al día, bueno lo han bajado a la mitad, pero sigue siendo muchísimo, y es que todavía puedes ver mucha prostitución, marginalidad, tiendas con barrotes las cuales venden por una ventanita y sobretodo graffittis, muchos graffittis honrando a víctimas de la violencia y muchas zapatillas colgadas de los cables.
Se puede palpar la tensión y cómo miran a la gente que no pertenece al barrio, por supuesto no se os ocurra sacar cámaras o móviles y posar en alguno de los graffittis, es un insulto para ellos, seguramente tendréis problemas y por supuesto no se os ocurra visitar el barrio de noche, parece de película, pero lamentablemente es así. Hoy en día hay bastante gente que se está mudando aquí presionada por los altísimos precios de los alquileres en New York, y poco a poco está cambiando el barrio, aún así todavía tienen mucho trabajo.
También hay que decir que a día de hoy El Bronx se divide en dos partes, el sur oeste y el resto, el sur oeste es la parte más peligrosa y auténtica de lo que fue El Bronx de los ochenta, la que nosotros visitamos, y donde tienes que ir si quieres ver la esencia de este barrio, pero siempre con mil ojos y mucho respeto.

FIN

PD: Todas las historias contadas en este post son verídicas. Espero que os haya gustado




silueta de Nueva York

playa en la niebla

Fátima recuperándose

Jerry

boston

boston

pisito en nueva york

Times Square

Zona cero

estatua de la libertad

harlem

puente de brooklyn

brooklyn

El Bronx

Graffitti Big Pun en El Bronx

El Bronx

martes, 18 de julio de 2017

Hasta luego Canadá, fue un placer


Ya os estoy escribiendo desde otro país, volvemos a estar en Estados Unidos, esta vez la costa Este. Entramos esta mañana, íbamos con todo preparado, y con los nervios de todas las fronteras, por si nos faltaba algún papel,... para entrar por tierra a EEUU necesitas un visado, que debes tramitar en tu país, pero nosotros no podíamos hacerlo, intentamos tramitarlo en la embajada de los Estados Unidos en Ottawa, pero como no estábamos en su lista nos fue imposible entrar en la embajada, así que decidimos ir sin nada hasta la frontera y que allí hicieran lo que quisieran, y así hemos llegado esta mañana. Se han encargado dos chicos jóvenes, nos han hecho las mil preguntas de siempre y nosotros hemos empezado a hablar, la nueva técnica que adoptamos es: hablamos los dos, más o menos a la vez, en inglés y vamos contando a nuestro rollo nuestro viaje, hasta que se cansan y nos hacen el visado, y así lo han hecho. Hemos estado un tiempo esperando a que nos hicieran el papelito, no puedo asegurar cuánto tiempo ha sido, porque en las embajadas, fronteras y sitios públicos el tiempo pasa de una manera distinta a la del resto del mundo, no sé si es mucho o poco, la cuestión es que nos han dado los visados y nos han dicho buen viaje...No nos han mirado la furgo,...y eso me da mucha rabia, ¡el momento de pasar las fronteras es cuando más limpia la llevamos!.

Os voy a contar un poco el final de nuestro paso por Canadá. Después de estar con los amigos Volkswageneros en Niágara emprendimos camino hacia Ottawa, la capital del país, una ciudad recogida, con edificios coloniales, con mucho turismo, a nosotros nos pareció una pequeña Inglaterra, no estábamos acostumbrados a este paisaje en estos lugares, estuvimos tres días paseando por la ciudad y viendo los preparativos de la fiesta nacional del 1 de julio, en Ottawa pudimos dormir en el aparcamiento del Walmart (ya casi nuestro terreno) el tercer día vino la policía, se ve que alguien los había llamado, que había un vehículo sospechoso con una matrícula sospechosa, se puso un coche delante de la furgo y otro detrás, y nosotros desayunando tan tranquilamente. Nos preguntaron qué hacíamos tantos días allí y las mil preguntas de siempre, al final nos dijeron que lo sentían, pero que con la fiesta del 1 de julio la gente está un poco asustada, fueron muy simpáticos, tanto que antes de irse nos regalaron dos vales del Mc Donalds para dos cafés, y como ese día ya nos íbamos nos pasamos por el Mc. Donalds a buscar nuestros jarrones de café para el viaje, dos cafés XXL para llevar por favor, con azúcar, vinagre, mostaza y ketchup (el vinagre, la mostaza y el ketchup para nuestra despensa claro).

De Ottawa nos fuimos hasta Montréal, allí encontramos una callecita en el centro, donde aparcar era gratis y se veía un lugar muy tranquilo, ...así que ya teníamos hotelito. Nos fuimos a ver la ciudad, había festivales por todas partes, festival de artesanos, el festival internacional de jazz, festival de pintura, mil actividades que nos hicieron volver locos de un lugar a otro, todo gratis, montajes enormes, bailes con estructuras hechas por contenedores de transporte, toda una calle llena de pinturas, un piano público en una plaza, en el barrio gay, donde estaban tocándolo y cantando los vecinos del barrio, llegábamos tardísimo a nuestro hotelito furgonetero y hechos polvo de ir hacia arriba y hacia abajo. Allí probamos las Poutiné más famosas de Canadá, un plato enorme de patatas fritas con queso cheddar y una salsa, también probamos la cola de castor, que no es una cola de verdad, es un postre, que no está nada malo y que nos comimos mientras paseábamos por el puerto antiguo de Montréal...vaya estampa más romántica.

Y de Montreal a Quebec, pasando por el parque Nacional la Mauricie, un parque como casi todos los que hemos visto de Canadá, frondosos, verdes, con vistas que parece que te ensanchen la mirada, caminatas por todas partes y cada una con una característica distinta,...y lo mejor,...duchas, aprovechamos que este parque nacional tenía duchas para hacer un buen repaso. Cuando llegamos a las duchas nos dijeron que funcionaban con monedas de 25 centavos, cogimos todas las monedas que teníamos y nos fuimos hacia allí, yo llevaba 2 y Jordi otras dos, al meternos en las duchas vimos que para que funcionara tenías que meter 4 monedas de golpe....bueno...no entraré en detalles, pero después de montar un “cinet” nos pudimos duchar los 2 con nuestras 4 monedas (esta será una de esas historias que cuentas en el bar riéndote).

Quebec nos pareció otra pequeña Europa, esta vez Francia. Con muchas cuestas y otra vez mucho turismo, fue allí donde pasamos el 1 de julio, en un concierto del famoso grupo Billy Talent y los fuegos artificiales, fue bastante divertido, aunque....seguimos pensando que somos los mejores montando “tinglados” y festivales. En Québec hablan francés, yo creía que también hablaba francés, fue muy frustrante no poder entenderme con nadie en francés, no les entendía nada y ellos no me entendían a mí, terminábamos hablando en inglés, Jordi se reía de mí diciendo que él creía que iba a estar salvado en Québec con mi francés....más tarde encontramos unos franceses de Francia y nos dijeron que ellos tampoco llegan a comprenderse muy bien con la gente de Quebec (fue un descanso).

De Quebec decidimos subir un poco hacia el norte, hacia el pueblo de Tadoussac, donde se pueden avistar ballenas beluga, ballenas negras y focas. Creíamos que no íbamos a ver pero había millones de belugas, fue increíble, maravilloso, era impresionante ver tantas y tan blancas, reflejaban la luz del sol en sus espaldas cada vez que salían a respirar. Creíamos que ver las belugas había sido lo mejor del día,...pero luego seguimos subiendo hasta otro lugar, donde simplemente te sientas en las rocas delante del mar y dejas pasar las horas, y cuando estás medio dormido, relajado por el sol que te da en la cara y por el sonido del mar ves salir una ballena enorme delante de ti y sale y se vuelve a meter y vuelve a salir y se vuelve a meter y todos nos despejamos de golpe, pero nadie dice nada. Quizás, para mí, este es uno de los secretos de la vida que no sabía, no todo es ahora, ni a un momento determinado, ni durante tanto tiempo, simplemente te sientas y esperas que las cosas pasen, y puede que pasen o puede que no. Si no pasan, no quiere decir que no estén allí, simplemente no ha pasado mientras tú estabas,...si pasan...no lo olvidarás en la vida, no sólo no olvidarás el espectáculo de ver a una ballena en su ruta por la vida, tampoco olvidarás la sensación de la calma mientras esperas ver cómo pasa la vida, la naturaleza, sólo disfrutar de la espera. Esa noche dormimos en una playa llena de dunas y de mosquitos, estábamos orientados hacia el este, es decir, el sol salía por el mar, y sin el sol en el horizonte durante su puesta vimos otro espectáculo, nosotros no podíamos ver el sol, estaba detrás nuestro, detrás de las montañas, pero su reflejo llegaba hasta el mar y volvía todo el cielo de color rosa, se ve que todos los habitantes de Tadoussac saben este hecho y justo a la hora de la puesta vinieron muchos coches para poder ver ese rosa de la vida. Al día siguiente vimos salir el sol por el mar, y me di cuenta de cuánto tiempo llevaba sin ver el sol salir por el mar, tal y como lo he visto salir siempre durante 36 años, reflejando sus rayos más fuertes de la mañana en el agua. Las puestas de sol en el océano son preciosas pero la salida del sol por el mar me trae los mejores recuerdos de mi vida, y por un momento eché de menos mi precioso mar mediterráneo.

De Tadoussac nos fuimos hacia la península de Gaspé, New Brunswick y Nova Scotia. Para nosotros, después de pasar por todo Canadá, fue lo menos espectacular, que no es menos bonito, pero tuvimos la sensación de estar en Europa, pasamos por el parque nacional de Fundy, y por las rocas Hopewell, unas rocas enormes erosionadas por la marea, entre las que puedes pasearte cuando ésta baja, justo estar a su lado...dios santo qué maravillas hay en el mundo, y sólo hemos visto la mitad. En Nova Scotia pudimos estar en el parque nacional de Kejimkujik, y vimos la niebla que acompaña esta provincia en toda su costa que la vuelve misteriosa y silenciosa.

En esta zona los aparcamientos de los centros comerciales Walmart se vuelven lugar de reunión y “pasaratos” de sus habitantes,...lo que nosotros hacemos en una cafetería, en una plaza, delante del mar, ellos lo hacen en los aparcamientos, con un vaso para llevar de una cadena de cafés, pero sin bajarse de los coches, cada uno está en su coche, uno al lado del otro y hablan por las ventanillas, es muy divertido ver cómo pasan las tardes así. Y en uno de estos aparcamientos nos despertamos el 15 de julio, celebrando 1 año desde que empezamos el viaje, no nos vamos a poner melancólicos,...pero empezamos de risa hace un año y hemos reído, llorado, nos hemos enfadado, hemos visto mil cosas, hemos conocido personas de distintas razas que van pasando por la vida,...como nosotros, y también hemos aprendido que no somos distintos a todos aquellos viajeros, turistas,...da igual el nombre, que viven sus experiencias, sean cuales sean, unas empiezan, otras acaban y todas son fascinantes para los que las están viviendo, porque son sus vidas.

Se acabó nuestra gran experiencia en Canadá, más de mil fotos, vídeos, recuerdos y amigos nuevos que lo han hecho, sin lugar a dudas, uno de los países más impresionantes en los que hemos estado, y quizás sí tenía razón la agente que encontramos en la primera frontera de Canadá, que nos aseguró que este país iba a ser el mejor de todo el viaje.
cola de castor

parlamento de Ottawa

Calles de Montreal

piano público en el barrio gay de montreal

espectáculo con contenedores

calles de Quebec

Calles de Quebec

Poutiné (mmmm....)

Parque Nacional La Mauricie

uno de los lugares donde despertamos

la vie en rose

el saludo al sol

esperando ballenas

Jordi es un superviviente, haciendo fuegos

De todo sabe

niebla en Nova Scotia (P.N. Kejimkujik)

Ir a la playa en Canadá es lo mismo que en el Mediterraneo, pero con chaqueta
 

sábado, 1 de julio de 2017

Bendita avería

Ya estamos aquí de nuevo amigos, para explicaros las cosas que nos han pasado estas últimas semanas, que no han sido pocas.
Después de varios miles de kilómetros de llanura para cruzar el centro de Canadá, llegamos a Thunder Bay, el primer pueblo que bordea el Lago Superior, el lago más grande del mundo, y no sé si será el más grande, pero desde luego cuando estás en su orilla tienes la sensación de estar en el mar, ya que ni desde lo alto de los acantilados que lo envuelven, puedes ver el otro lado, y es que tiene, ni más ni menos que 4.393 Km. de costa. Nos ha regalado grandes vistas y esos magníficos acantilados de los que hablaba donde hemos podido escalar. Allí conocimos a Mike y Robert, dos escaladores “sesenteros” y muy auténticos, autóctonos de la zona, muy amablemente nos estuvieron enseñando las zonas de escalada cercanas. Después de destrozarnos las yemas de los dedos, emprendimos marcha, bordeando todo el lado canadiense del lago superior, hacia Toronto. Toronto, vaya ciudad guapa guapa, creo que en el “ranquing” de este viaje, sin duda es de las mejores, sino la mejor de todas, una mezcla de edificios altos y casas bajitas impregnadas de graffittis, una multiculturalidad y mezcla de razas como no había visto hasta ahora, comprobamos científicamente que en el metro no entran dos personas seguidas de la misma raza, por no hablar de la amabilidad de su gente. Nada más llegar, íbamos por el centro con nuestra furgo, reconociendo un poco la ciudad y buscando alguna zona gratis para aparcar, entonces nos adelantó por la derecha un tipo en bicicleta y nos preguntó a voces,
-¡¡¡de dónde sois, que no reconozco esta matrícula!!!
así llegamos a un semáforo en rojo y David se paró al lado de nuestra ventanilla, empezamos a explicarle nuestro viaje y... el semáforo se puso verde
-¡¡¡OOOh qué guai, qué gran aventura, que os vaya muy bien!!!
y así llegamos a otro semáforo en rojo y David se volvió a poner en nuestra ventanilla, le explicamos que estábamos buscando alguna zona gratis para aparcar y nos dijo que en el centro era bastante difícil, a todo esto el semáforo se volvió a poner en verde y nos dijo
-parad en esta gasolinera de aquí y os digo alguna zona para aparcar gratis.
allí estuvimos un rato charlando con él y su información nos fue de fábula, ya que encontramos una zona gratis y tranquila donde pudimos pasar unos días aparcados. Esa misma tarde terminamos tomando un café etíope con él, unos dumplings tibetanos y para rematar un par de cervecitas.
Estuvimos unos días más descubriendo y disfrutando esta maravillosa ciudad, sus barrios chino, portugués, latino, italiano, coreano, africano, y un largo etcétera, miles de ofertas culturales gratuitas, y es que, hay que ver cómo cuidan al ciudadano en este país.
Con gran pesar dejamos Toronto atrás, sin saber todavía lo que nos deparaba el futuro, una pequeña avería en nuestra furgoneta, pero... ¡Ay mare! ¡bendita avería!. Y es que emprendimos marcha hacia las cataratas del Niágara, en el camino hicimos una parada para visitar los famosos viñedos de la zona, cuando subimos de nuevo a la furgo pasó lo que llevaba tiempo esperando:
-Fátima, la furgo no arranca
-Bueno, ya hace tiempo que le cuesta arrancar, un día u otro tenía que pasar
-Ok, es hora de quemar el sándwich del almuerzo, tendremos que empujar
-Espera que me ato las zapatillas
Y allí estábamos los dos, empujando como jabatos, Fátima con los pies hinchados, pero no de empujar, sino de la presión con que se había atado los zapatos, chica previsora. Por esas cosas del destino que a unos quince metros teníamos una bajada que nos facilitó la tarea, la furgo empezó a coger carrerilla y saltando como en una peli de acción, nos metimos dentro, Jason Bourne y Marie Kreutz lograron arrancar la furgoneta y se dirigieron hacia Sta Catharina, el pueblo más cercano donde, otra vez por esas cosas del destino, había una casa Volkswagen, algo bastante raro en Canadá. Aparcamos en el parking y entramos a preguntar si nos podían arreglar la furgoneta,
-hasta la semana que viene imposible, tenemos el taller a tope
-ok pues entonces tendremos que dormir aquí porque nuestra furgoneta no arranca y nosotros vivimos en ella
-buf, veré qué puedo hacer
A los cinco minutos salieron, como de un anuncio de coches, seis mecánicos impolutos del taller en busca de la furgo, empujando la metieron dentro y se pusieron a arreglarla. Al rato salió un mecánico y nos dijo que el problema era una pieza del contacto, nada grave, pero la pieza no le llegaba hasta el lunes y estábamos a viernes, como solución para el fin de semana nos propuso hacer un bypass, eso en inglés, en castellano lo que viene siendo un puente de toda la vida y al más puro estilo del torete y el vaquilla salimos del taller arrancando nuestra furgoneta juntando dos cables.
No habíamos andado cinco metros que allí estaban Barry y Ann, nos pararon antes de que pudiéramos salir del taller y nos preguntaron si veníamos al festival Volkswagen, les dijimos que no, que se nos había roto la furgoneta y teníamos que esperar hasta el lunes. Nos explicaron que este fin de semana se hacía un festival Volkswagen en un pueblo cercano, el destino había hablado, Ok no tenemos nada que hacer hasta el lunes, puede estar bien. Se ofrecieron para llevarnos a la tienda que organizaba el evento y allá que nos fuimos. Llegamos a John's bug shop, estuvimos explicándoles nuestra situación y nuestro viaje a todos ellos. Nos fuimos hacia el camping donde se concentraban todas las furgos y coches del evento y nada más llegar ya nos estaba esperando AJ, otro organizador que ya sabía que íbamos para allá. Nos recibieron con los brazos abiertos, fogata encendida y cerveza fría, ¿podíamos pedir algo más?. Al día siguiente se hacía una ruta exhibición de todos los vehículos Volkswagen, a cual más limpio y brillante, entre todos ellos, allí estábamos nosotros, con nuestra furgo que lleva mierda pegada desde Mongolia. Una vez aparcados los 250 vehículos del evento, pudimos disfrutar de una barbacoa y de grandes conversaciones con toda la gente que flipaba con nuestra aventura y con nuestro método para arrancar la furgo. Con la barriga llena, preparados para irnos al camping se acercó un tipo y nos dijo que era periodista del diario Niagara This Week y nos quería hacer una entrevista sobre nuestro viaje, acabamos saliendo en portada. Una vez en el camping, AJ, buen tipo y mejor persona, nos sorprendió con un regalito digno de admirar, apareció con dos botellas de vino mágnum italiano, que nos bebimos entre los tres, visitando y charlando con los vecinos Volkswageneros, acabamos la noche a la vera de la hoguera con guitarra en mano. Al día siguiente no había quién se levantara, y cuando salimos de la furgo sólo quedábamos nosotros, no veas cómo madruga esta gente. El domingo era la exposición de todos los vehículos, nos fuimos para allá y nos volvimos a encontrar con Barry y Ann, nos habían preparado unos bocatas para comer con ellos, junto a ellos y otros compañeros pasamos todo el día disfrutando de actividades tales como quemar el motor de un coche o hacer equilibrio encima de una madera con los coches. Llegó el momento de entregar los premios y para nuestra sorpresa AJ, micrófono en mano, empezó a explicar a todo el mundo nuestra aventura, nuestro viaje y cómo el destino nos había llevado hasta allí, entonces dijo
-Ahora me quito el sombrero y lo dejo encima de la mesa, todos aquellos que queráis ayudar a estos chicos, podéis poner lo que queráis aquí dentro.
Anonadados vimos como la gente empezó a acercarse y a meter billetes dentro del sombrero, incluso un ganador compartió la mitad de su premio con nosotros, otros se acercaron y nos regalaron bandejas de comida y como remate final la organización nos volvió a invitar a cenar. Toda una demostración de bondad, amabilidad, respeto y otros tantos adjetivos que podría poner para esta maravillosa gente que conocimos este fin de semana. Todavía no había acabado todo, al día siguiente Barry y Ann vinieron al taller, mientras arreglaban la furgoneta, y nos dijeron que les gustaría pasar el día con nosotros y enseñarnos un poco toda la zona, así que empezamos el día con un desayuno a lo canadiense total (huevos, bacon, tostadas, mermelada, salchichas, café y colesterol), con la barriga llena y la furgo arreglada nos invitaron a su casa, nos dimos un buen bañito en su piscina, nos enseñaron dos magníficos mustangs clásicos que tenían en su garaje, también estuvimos visitando las cataratas del Niágara, algunos viñedos, hicimos una pequeña cata y volvimos a rematar el día con otra cena (fish & chips), al despedirnos nos sorprendieron, una vez más, regalándonos una matrícula canadiense, banderas y jabones para nuestro viaje. Nos hicieron sentir como en casa.
Este viaje nos está enseñando muchas cosas, sobretodo que afortunadamente, en el mundo, hay muchas más buenas que malas personas. Barry y Ann, AJ y John os estaremos agradecidos toda la vida.
 
esperando alguna solución

escalada en el lago superior

vistas desde los acantilados el lago superior

pictografías de los indígenas en la orilla del lago

Toronto

Toronto

cómo no...la CN Tower

buscando el problemilla

vino con AJ

guitarra a la vera del fuego

os presentamos a Barry y Ann

cena en uno de los lugares más lujosos del mundo

espectaculares cataratas

cataratas
 

sábado, 3 de junio de 2017

Canadá desde dentro

Buenas tardes des de Winnipeg, en el centro sur de Canadá, en el estado de Manitoba, estamos a 33 grados, en una furgo preparada para aislar el frío,...estamos bastante calentitos, pero nada que no pueda arreglar un helado de chocolate.
Ya hemos pasado pueblos y algún estado que nos ha costado bastante poder deletrear, como Saskatchewan, y ahora ya nos empezamos a acercar al este de Canadá: Quebec, el lago superior, Toronto, Ottawa, Niágara, Nueva Escocia y mil sitios más que darán para otro post.
La bajada desde Alaska, en un principio, parecía que no nos iba a aportar nada nuevo de lo que ya habíamos visto. Pues bien, pasada la frontera volvimos a Whitehorse, para hacer la revisión de la furgoneta y prepararnos para el viaje, allí nos encontramos con unos cuantos viajeros europeos, con sus propios vehículos, gracias a una compañía alemana, la gente puede transportar sus vehículos a través del atlántico. Conocimos a holandeses que venían de pasar tres años por África, suizos, alemanes, franceses, una pareja de Tarragona. Para nosotros encontrar a toda esta gente fue una alegría, hace tiempo que dejamos de hablar de nuestra casa como algo determinado en un pequeño punto del mapa, desde Mongolia que nuestra casa es Europa, y encontrar a gente de allí nos hace sentir muy bien, y es recíproco, en cuanto nos encontramos entre europeos aparcamos unos al lado de los otros y nos ponemos a hablar. Normalmente estos viajeros son parejas mayores que se han jubilado y deciden hacer realidad sus sueños, a estas parejas las reconoces porque las envuelve un aura de tranquilidad y de...me da igual todo lo que pase. Les preguntamos cuál es su ruta y nos dicen...no sé ya veremos, cuándo piensan volver... no sé ya veremos, cómo tienen el presupuesto...no sé ya veremos,...claro...cobran la pensión y viven lo que les toca vivir ahora.
La bajada de Canadá, por varias razones, está siendo un viaje un poco más profundo hacia nosotros mismos, bueno, por lo menos para mí. El Yukon, el norte de la Columbia Británica y de Alberta son estados que mientras estás pasando por ellos crees que no tienen nada de especial, aunque te encuentras cantidades innumerables de osos, bisontes, alces, zorros, linces, cabras salvajes, millones de ardillas y águilas, todos paseando por la carretera, por el arcén, y todas las caravanas, coches y camiones nos paramos a observar desde la distancia. Es indescriptible la sensación que te produce parar la furgoneta y que pase justo por el lado de tu ventanilla un bisonte que podría aplastarte, sin mirarte, ignorándote...o por lo menos eso parece.
El respeto hacia estos animales es enorme, es increíble ver a un camionero que lleva días de viaje parar su enorme camión para ver a una pareja de osos comiendo, con la misma cara que ponemos los viajeros que nunca en nuestras vidas hemos visto a un oso en libertad. Los animales se sienten libres y propietarios de estos espacios, y los canadienses respetan esa propiedad. Además, como es el aniversario de los 150 años de independencia de Canadá, todos los parques nacionales son gratuitos y puedes ir metiéndote de uno al otro sin pagar y disfrutando de todo lo que te puede dar cada estado.
Los coches nos pitan por la carretera para saludarnos cuando ven nuestra matrícula, dándonos la bienvenida a su país, cuando hablamos con la gente de los pueblos nos ayudan, nos preguntan y charlan con nosotros con ganas de saber nuestras vidas, realmente los canadienses son personas muy abiertas, respetuosas y tolerantes, por lo menos los canadienses del oeste, ya veremos en el este cómo son.
Estuvimos una semana en el pueblo de Tumbler Ridge, escalando, caminando y viendo cascadas de mil verdes y azules, conociendo gente y dejando pasar la vida con calma, sin prisa.
El oeste de Canadá es salvaje, libre y lleno de naturaleza, cuando ya has pasado por él y te vas alejando te llena una sensación de vacío, de añoranza hacia ese territorio, es muy difícil explicarlo: cuando estaba allí, al principio decía, ¿qué hace la gente aquí?, ahora, desde la distancia entiendo que si has pisado esta zona no puedes dejarla, se queda pegada dentro de ti, naturaleza en estado puro y sin darte cuenta, te engancha y te hace formar parte de ella, no eres un mero espectador, eres eso que ves.
Llegó el momento de dejar paso a la civilización, de nuevo, y llegamos a Edmonton, en un principio parecía una ciudad típica americana, construida a lo ancho y sin mucha vida en las calles, hasta que llegamos a la Whyte Avenue, y allí estaban esperándonos con los brazos abiertos, gente, terrazas al sol, cervecitas fresquitas, nos miramos, aparcamos y nos fuimos a disfrutar del ambiente, el mercado de los agricultores, con millones de comidas para probar gratis, gente en las plazas tocando, y una terraza que vimos en la que casi entramos como un tornado, nos pedimos una pinta y unos nachos.
Con las gafas de sol y los tirantes estaba feliz y relajada, hasta que vi la cara de Jordi que se estaba transformando, creía que detrás de mí había un oso de los que habíamos visto. Le pregunté qué estaba pasando, pero Jordi no podía hablar, sólo tenía la mirada de flipado y la boca abierta, vi pasar a dos tipos, uno con la cabeza teñida como un leopardo, y Jordi les seguía con la mirada, con la boca abierta, yo pensé,...tampoco es para tanto ver a alguien con la cabeza teñida, anda que no hemos visto cosas con lo que llevamos de viaje,...pues no,...resulta que eran los Red Hot Chilli Peppers, que los habíamos tenido detrás tomándose una cerveza. Todo el día estuve escuchando:¡Uaauuu los Red Hot, qué fuerte!.
El domingo hicimos lo que hace un buen edmontense, pasamos el día en el parque, comimos debajo de un árbol y vimos partidos de baseball, nos llamó la atención que en cada equipo había hombres y mujeres de todas las edades y muy distintos entre ellos, preguntamos y nos explicaron que son los trabajadores y jefes de empresas que juegan una liguilla de baseball cada domingo por la tarde, todos tenían que pasar por la posición de bateador y catcher, algunos iban de profesionales y otros se veía que nunca habían cogido un bate, pero todos jugaban juntos. Fue muy entretenido, sobretodo cuando vinieron unos chicos, con un cochecito con música, a repartir helados gratis, allí enseguida nos pusimos a la cola de los helados.
Pasamos un par de días en Edmonton y seguimos nuestro camino hacia el este, que parece que no, pero Candá también tiene sus kilometrillos de costa a costa. Poco a poco llegamos al Riding Mountain National Park, un parque nacional que abarca varios lagos y zonas de caminatas. Allí conocimos a Monika y Ernst, una pareja de suizos que habían empezado su viaje, al igual que los anteriores viajeros que nos habíamos encontrado en Whitehorse. Enseguida nos pusimos a hablar y terminamos tomando unas cervezas y cenando juntos. Nos sentimos realmente fascinados por ellos, nos contaban sus vidas y nosotros no podíamos hacer más que escuchar, dónde habían vivido, lugares por donde habían estado. Por la noche estuve pensando, ¿podremos ser como ellos algún día? Siendo más mayores encontrar a alguien joven con quien compartir nuestras historias, reírnos de ellas y darte cuenta que puedes estar hablando horas y horas de tu vida, sin que nadie pueda aburrirse. No sé si llegará ese momento, me encantaría, aunque lo que tengo claro es que estamos haciendo todo lo posible para que así sea.

y de más cerca que los hemos visto

pasamos un par de días en unas aguas termales


en sitios como este dormimos por las noches

ya podemos decir que hemos estado en el principio y el fin de la Alaska Highway

cascadas en Tumbler Ridge

Impresionante la fuerza del agua

Edmonton

domingo de parque en Edmonton

Riding Mountain National Park

Riding Mountain National Park

Y así nos tomamos la vida