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viernes, 14 de octubre de 2016

MONGOLIA

-¿Tenéis pistolas?
-¿Cómo?
-Que si tenéis pistolas
Así nos despidieron de Rusia y nos recibieron en Mongolia. Después de esta curiosa pregunta pudimos cruzar la frontera y allí nos estaba esperando Chimgée para ir a su casa a comer y más tarde ir hacia Ullan Bator, esta señora es la madre de un chico con el que contactamos para que nos ayudara con el transporte de la furgoneta (Ganzorig Luusandagua), la verdad que la primera impresión que tuvimos fue muy chocante, habíamos hablado con este chico por mail y, sin conocernos, fuimos a casa de su madre a comer, llegamos a Ullan Bator y nos dejó aparcar la furgo en un parquing muy bien situado y nos invitó a cenar a su casa con su familia (su mujer Gantuya Janchiv y sus hijos Erkhes y Maral). Nos quedamos muy sorprendidos de que nos acogieran de esta manera, y poco a poco nos fuimos dando cuenta que el mayor tesoro que tiene Mongolia es su gente, abierta y sin sentimientos clasistas, todo el mundo nos hablaba, nos ayudaba, querían conocernos y eso nos encantó. Como llegamos en viernes por la noche durante el fin de semana estuvimos paseando por las calles de esta ciudad.
Aquí todos los conductores tienen una intensa necesidad de tocar el claxon cada 7 segundos como máximo, es un poco caos conducir por aquí, en calles estrechas de dos carriles puedes encontrar, tranquilamente 4 filas de coches, y tu en medio, y aunque, como ya hemos dicho antes, es un poco caos, hay muy pocos accidentes, a mí me da la sensación que estamos en la atracción de los coches de choque, voy tapándome los ojos en cada esquina, aunque parece que Jordi, ya le ha pillado el gusto, incluso ya toca el claxon,...aunque lo hace de broma y sólo alguna vez.
La familia de Ganzorig Luusandagua nos prepararon varias comidas tanto en su casa como con sus abuelos, para que probáramos la gastronomía mongola, y nos encanta, la sopa y los toques orientales, aunque aún no son muy marcados, se cocina de una manera muy tradicional, amasando y cortando la masa para hacer pasta (dumplings) todo a mano, incluso hemos intentado ayudarles cocinando, a mí me cuesta que me salga,...un poco bien,...pero a mí me cuesta que me salga bien una tortilla de un huevo. Así que les propusimos hacer una cena de comida de nuestra tierra, para que ellos probaran algo nuestro,....y qué teníamos que hacer de primerísima importancia???,...pues la tortilla de patatas, también hicimos bravas con all i oli y algunos pinchos de shitakes (setas japonesas). Parece que les gustó mucho y a nosotros nos encantó que les gustara, ya que realmente nos han ayudado mucho, hubiéramos querido hacer más comida, pero en los súpers es muy difícil encontrar alimentos para hacer nuestra comida.
Fuimos a Terelj, es un parque nacional a unos 100 Km al este de Ullan Bataar donde hay unas vías de escalada que son muy muy buenas y además, si puedes ir con la furgo, puedes encontrar lugares muy tranquilos para pasar unos días. La primera noche ya estábamos nerviosos, porque des de Finlandia que no habíamos podido escalar, y al despertar, preparados para pasar el día entre las rocas, nos quedamos con la boca abierta,....todo todo todo nuestro alrededor estaba nevado, blanquísimo que dolía en los ojos, sin ruido, sólo montañas blancas hasta el infinito, vaya regalo. Y en lo que tardamos en desayunar se deshizo la nieve que rodeaba las rocas de escalada, así que pudimos escalar en un entorno que daba gusto, al cabo de unas horas vinieron unos Yaks a hacernos una visita,  no os podéis imaginar la sensación que tuve cuando terminé de subir una vía de escalada, estaba arriba del todo de la roca mirando al horizonte, bajé la vista para mirar a Jordi y lo vi rodeado de Yaks, ellos pastando a su ritmo, sin sentirse amenazados por nosotros y nosotros alucinando de lo que estábamos viviendo en aquel preciso momento y yo me puse a reír,...qué suerte que tenemos.
Al día siguiente vino un chico que nos había visto por allí y le hacía ilusión conocernos y charlar y caminar con nosotros así que nos fuimos a caminar por Terelj, este chico es Guanda, un militar de Ullan Bataar, muy simpático.
Cuando os digo que charlábamos con los mongoles y nos hacíamos amigos no os estoy diciendo que hablen inglés,...o que nosotros lo hablemos de una manera fluida. Las conversaciones son muy divertidas, porque al final parece que los seres humanos, cuando queremos nos podemos comunicar, y quizás no hace falta hablar tanto, hay miradas y sonrisas universales que hacen sentirte muy próximo a alguien que acabas de conocer, estos momentos son mágicos y en Mongolia los estamos viviendo casi a diario.... y por momentos mágicos os voy a explicar el momento de sacar la visa de china.
La pimera vez que fuimos a la embajada china había un papel en la puerta que decía que durante toda la semana estarían cerrados porque era fiesta nacional. El horario de atención para tramitar visas es lunes, miércoles y viernes de 9:30 a 12. Así que fuimos el lunes siguiente a las 9:30, había una cola de unas 40 personas, ésta es la cola de occidentales, también había otra cola con unos 80 mongoles. Nos pusimos en la cola que nos tocaba a nosotros, debíamos estar a unos -6 grados. Cuando abrieron la puertecita repartieron unos números,...pero no de una manera ordenada tal y como estábamos en las colas, pues los repartieron como se tiran los caramelos en un bautizo. A nosotros no nos tocó número, pero nos quedamos en la cola igualmente, por si acaso. Al final llegamos a estar en un espacio de unos 8 m2 unas 50 personas, yo no podía ni mover el cuello, y así estuvimos dos horas, y cuando ya estábamos en la puerta los policías cerraron y nos tuvimos que volver a la furgo sin tramitar el visado, por la tarde fuimos a tramitar el de Vietnam, llegamos, nos hicieron rellenar un formulario, pagar y casi que el señor nos invita a un té charlando, muy atentos, porque les explicamos que no podíamos tener el pasaporte ya que primero teníamos que tramitar el visado de china, así que nos tramitaron la visa sin dejar el pasaporte.
El miércoles siguiente fuimos otra vez a la embajada de china, y fuimos a las 6 de la mañana,...yo nunca he hecho colas de estar 3 horas antes como en los conciertos, rebajas, etc y los chinos han conseguido que sea la primera vez que madrugo para estar en una puerta, pero allí que llegamos los primeros, campeones campeones. En 10 minutos llegaron los segundos y a las 7:30 ya había otra vez una cola enorme. Abrieron a las 9:30, los que me conocéis podéis imaginar que llevábamos todos los papeles ordenados, fotocopiados, en una carpeta clasificadora, perfecta, no podía haber fallos.... y fuimos los primeros en entrar, la señora (por llamarla de alguna manera) china nos tiró los papeles, gritando que nos faltaba una fotocopia de la visa mongola, cosa que no ponía en ningún sitio que hiciese falta, así que Jordi se fue corriendo a hacer fotocopias (porque a ella no le vino de gusto fotocopiarla) y yo me volví a poner en la cola, la "señora" china empezó a aceptar y denegar visas a su gusto, cuando nos volvió a tocar,...a las 11:15 nos dijo que ahora no sabía de quién era cada documentación y que volviéramos al final de la cola y lo ordenásemos de nuevo, pero nos negamos a movernos, lo ordenamos y se lo volvimos a dar. Estábamos a -8 grados y yo estaba sudando, la garganta seca, las mejillas a punto de reventar, nos preguntó qué íbamos a hacer a Pekín, por qué,... y nosotros íbamos respondiendo lo que nos salía en ese momento. Nunca en mi vida me han tratado tan mal, pero a mí y a todos los que estábamos allí. Finalmente nos dio el comprobante para hacer el pago y nos dijo que volviéramos la semana siguiente a buscar el visado, así que el próximo lunes tenemos que ir (esta vez en el horario de recoger la visa) a las 16h, y para poder conseguirlo tendremos que estar allí sobre la 13, para poder ser los primeros y conseguir nuestros pasaportes, ya que el jueves cogemos el transmongoliano hacia Pekín (si es que la china nos deja) esperemos que esto sólo haya sido un pequeño percance de la experiencia que nos espera en China y no todo sea de este color.
Con todo esto seguimos visitando Mongolia, un país mágico, con un pasado apasionante, lleno de contrastes de distintas épocas conviviendo cogidas de la mano, libre, con espacio para sentirte tú mismo.
Estos días los estamos pasando en un hotel, porque ayer enviamos la furgoneta, con un contenedor, hacia la India. Este es el primer hotel que pisamos en tres meses, el no tener la furgo nos limita un poco, nos hemos acostumbrado a vivir los lugares de una manera muy libre, parando donde nos gusta y visitando espacios que no podíamos imaginar, lejos del turismo. Ahora no podemos movernos así, pero podemos ducharnos con agua caliente y estamos descubriendo una ciudad llena de colores, vida, sonidos y olores, y vamos experimentando que para todos los momentos que te encuentras en la vida hay aspectos positivos que disfrutar al máximo.

aquí os dejamos un pequeño video de nuestras experiencias en Mongolia:

domingo, 2 de octubre de 2016

Frontera por tierra Rusia-Mongolia

Hola a todos, en este post os explicamos todo lo que hemos hecho para poder conseguir entrar a Mongolia por tierra con nuestra furgoneta. Como desde el inicio del viaje hasta el momento que teníamos que entrar a Mongolia pasaban dos meses no pudimos tramitar el visado desde nuestra casa, así que lo tramitamos en la embajada de Mongolia en Moscú, vigilad porque había cambiado tres veces de dirección. En algun blog explican que los ciudadanos españoles no necesitan visado, sí que es necesario.
Para poder conseguir el visado tienes que presentar una foto carnet, reserva de hotel y billetes. Por los billetes de avión les explicamos que nosotros íbamos a entrar con nuestra furgoneta, no pusieron ningún problema, ni preguntaron nada de nada, por la reserva de hotel, nosotros no teníamos, pero teníamos un amigo de Ullan Bataar que envió una carta de invitación a la oficina de inmigración.  Gracias a este trámite no nos pusieron problemas, igualmente podéis hacer una reserva de hotel y una vez tenéis el visado anular la reserva, aunque os recomendamos que no tiréis las copias de la reserva de hotel. Cada visado nos costó 60 Dólares que tuvimos que pagar en efectivo.
Atención, en principio, el único paso habilitado para turismos es por la ciudad de Sukhbaatar, en el norte, es decir que tenéis que llegar hasta Ulan Ude en Rusia para poder entrar a Mongolia. Las otras fronteras, en principio, son para transportistas, etc.
Cuando llegas a la frontera de Mongolia el primer paso es pagar 100 rublos o 2000 togrogs en el primer control, para que te pongan un sello, como nosotros ya no teníamos rublos fuimos a un banco que está al segundo piso del edificio donde está el control de pasaporte, allí cambiamos 50 euros en togrogs, pasamos el control del pasaporte, (en la dirección de Mongolia que nos pedían pusimos la reserva del hotel que ya habíamos anulado, para poder pasar el trámite). Volvimos a la entrada de la frontera para dar los 2000 togrogs (que son sobre 1 euro) y nos pusieron el sello. Allí mismo en la entrada otra persona rellenó los datos de la furgoneta en su ordenador y nos dio otro papel sellado, todo esto lo llevamos a otra caseta donde nos pidieron, de nuevo, la tarjeta de circulación del vehículo y el pasaporte del propietario, rellenaron algo más en el ordenador y lo imprimieron, esa sí era la declaración de aduanas, salieron a ver la furgoneta por dentro y por fuera y allí ya nos pusieron el sello en la declaración que habían impreso y nos lo entregaron, entonces ya estábamos listos para entrar en Mongolia, al salir quedaba otra puerta cerrada, nos hicieron bajar e ir a otra caseta, allí debes pagar un seguro de coche sólo apto para Mongolia durante un mes, nos costó 20 euros en togrogs, así que hicimos bien en cambiar los 50 euros, porque no tienen otra forma de cobrar que no sea efectivo, Mongolia no entra en el tratado de la carte verde ni en la carte de passage de aduanes.

 Entonces sí que nos abrieron todas las puertas para entrar. Realmente fue bastante más sencillo de lo que nos esperábamos, aunque lo más difícil es intuir dónde debes ir en cada momento, dónde es el control del pasaporte, dónde la declaración de aduanas, el dinero, el seguro,.... lo mejor es que hay mucha gente que chapurrea el inglés y acabas entendiendo lo que te quieren decir. Tal cual pasas la frontera hay mucha gente preparada para cambiar moneda, entre vacas, gatos y gallinas puedes tomarte un te o cambiar euros o dólares. Nosotros teníamos miedo de no encontrar casas de cambio hasta Ullan Bataar, no os preocupéis, cambiad en la misma frontera, la comisión es muy poca y os salvará para poder pagar las gestiones y seguros.
Y a disfrutar de Mongolia y sus fantásticas carreteras de peajes con vacas, caballos, Yaks, ovejas y cabras, todo incluido en el precio de peaje. Por ahora os aseguramos que vale mucho la pena, la gente es increíblemente fantástica, pero todo esto os lo explicaremos en otro post.

pasada la frontera
frontera de mongolia
empezamos nuestro viaje por mongolia


qué suerte, por el módico precio del peaje puedes ver todo tipo de animales
Camino a Ullan Bataar


embajada de Mongolia en Moscú