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lunes, 6 de noviembre de 2017

Un sueño cumplido

¡Hemos dado la vuelta al mundo! Sí sí, así como suena, hace casi un año y medio que decidimos coger la carretera y aventurarnos sin saber qué pasaría, una furgo con veinticinco años y dos locos con el alma rebosando ilusión y nervios Poco a poco, kilómetro a kilómetro, hemos ido descubriendo el mundo, sus paisajes, su naturaleza, sus pueblos, sus ciudades y sobretodo su gente, la gente maravillosa que existe por el mundo, en unos sitios mejor que en otros, pero mayoritariamente buena gente, aprendiendo a sentirte a gusto fuera de tu zona de confort, aprendiendo a confiar en gente que no conoces absolutamente de nada, y es que el mundo nos ha enseñado que la gente que menos tiene a menudo es la que más te da, bueno quizás la que menos tiene a nuestro parecer, creo que son mucho más ricos en otros valores, que nosotros hemos descubierto después de este maravilloso viaje. Descubrir países que a priori tienen fama de peligrosos, llegar allí y que te hagan sentir como en tu casa, que te inviten a comer a su casa simplemente porque eres extranjero y has llegado a su pequeño pueblo, incluso acabar con las reservas de vodka de la aldea para celebrar la visita de estos dos tipos que un buen día aparecieron por allí, dormir con una familia mongola dentro de un ger (casa típica de los mongoles nómadas), degustar un delicioso salmón recién pescado con auténticos nativos de la zona norte canadiense, formar parte de rituales religiosos , disfrutar de fiestas folclóricas de distintas aldeas, pueblos o ciudades, en definitiva, formar parte del pueblo y su cultura correspondiente, y todo esto sin esperar nada a cambio, sólo por conocer y disfrutar de la compañía de buena gente como ellos, intercambiar culturas, vivencias, y risas, sobretodo muchas risas, tengo que reconocer que a Fátima y a mí al principio nos costó entender la ayuda y compañía que te brinda la gente sin esperar nada a cambio.
Hemos podido admirar un sol de medianoche increíble, cascadas heladas, cascadas con su caudal rebosando, subir montañas llenas de vegetación y otras áridas como el mismo infierno, unas auroras boreales que tu cuerpo no sabe ni cómo reaccionar de la belleza que llega a ser este fenómeno, árboles milenarios tocando el cielo, cañones partiendo el suelo y permitiéndote adentrarte en ellos para admirar la fuerza que un día mostró la naturaleza, cañones de mármol, de piedra roja, de azufre, geisers, piscinas naturales de aguas termales, playas que te dan la bienvenida al paraíso, cuevas prehistóricas, hemos buceado entre miles de peces tropicales, de noche con plancton luminiscente, otra de esas cosas que tiene la naturaleza, que hace confundir a tu cerebro de tanta belleza, vivir un terremoto o un huracán, pasar de menos 17 grados a 48, escalar en muchos países diferentes paredes impresionantes, escalar acompañados de yaks perdidos en algún sitio de Mongolia, o acompañados de lugareños de la zona que aprovechan para intercambiar técnicas o vivencias de este deporte que amamos, poder disfrutar de osos, elefantes, cocodrilos, pumas, arces, ballenas, serpientes, águilas, y un largo etc, todos y cada uno de ellos salvajes y en su hábitat natural, descubrir la interesante, deliciosa y a veces no tan deliciosa gastronomía que hay por el mundo, conducir por carreteras interminables que nunca llega el horizonte, carreteras tan estrechas que cabe medio coche, franqueadas a un lado por una inmensa pared y al otro por un acantilado de vértigo, otras tapizadas con una alfombra de nieve blanca, caminos de piedras y agujeros, descubriendo volcanes, ríos rápidos y feroces o arroyos lentos y tranquilos, montañas o paisajes que te dejan sin palabras, incluso descubriéndonos a nosotros mismos.
Por supuesto que no todo el camino ha sido color de rosa, también ha habido momentos no tan buenos, estar dos meses lloviendo sin parar, que dentro de una furgo sin ducha no es tan fácil como si estas en casa, encontrarte a un personaje en la frontera de kazajistan que quiere robarte, aparcar para pasar la noche en algún barrio no muy tranquilo por decirlo de alguna manera, o encontrarte a algún energúmeno que simplemente te odia porque no eres de su país, cosas sin importancia que hacen el viaje más interesante y ameno, como ya he dicho antes, en el mundo afortunadamente hay mucha más gente buena que mala.
Hemos conducido, volado, caminado, navegado y disfrutado 90000 kilómetros de tierra, mar y aire, pero sobretodo hemos convivido con el mundo, con admiración y respeto, hemos sido libres y felices, una felicidad que no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de nuestras familias y amigos, a todos ellos queremos agradecerles su comprensión y respeto hacia esta maravillosa locura que un día se nos pasó por la cabeza y hoy podemos estar bien contentos y orgullosos de haber logrado, ahora seguiremos trabajando y montando nuevas rutas para seguir conociendo lugares maravillosos como los que hemos conocido hasta ahora, quizás, África? Quizás, Australia? Bueno habrá que esperar algún tiempo para saberlo...
Hasta pronto amigos.


P.D. Seguiremos en esta página colgando fotos, vídeos, y muchas más cosas que nos han quedado en el tintero, y por supuesto que seguiremos contestando vuestras preguntas o dudas que tengáis a la hora de hacer o montar un viaje, ya sabéis que intentamos ayudar en la medida que podemos, un saludo viajero.


jueves, 10 de noviembre de 2016

De Ullan Bataar a Pekín en el transmongoliano


Es la 1:30 de la madrugada del día 1 de noviembre de 2016.

Estamos en el aeropuerto de Pekín pasando la noche, esperando a que salga nuestro vuelo el día 1 de noviembre a las 15:30.

Estoy escribiendo el post en una hoja word para poder colgarlo cuando tenga acceso al blog, ya que en China está restringido google, facebook, instagram y twitter. Pero necesito escribir lo que estamos viviendo estos días, porque cuando tendremos acceso al blog ya no recordaremos todo lo que nos está pasando.

Empezaremos hablando un poco del viaje en transmongoliano de Ullan Bataar a Pekín, un viaje increíble, atravesamos el desierto de Gobi, las azafatas eran muy agradables, estuvimos solos en el compartimento así que quedaron dos camas libres donde pudimos dejar las mochilas y estar muy anchos y cómodos, era mágico estar sentado dejando que te tocara el sol del desierto viendo pasar las dunas infinitas. A las 19h de la tarde llegamos al último pueblo de Mongolia, donde nos hicieron la revisión de pasaportes y nos estamparon el sello de salida. A las 21h llegamos a la entrada de China donde nos revisaron los pasaportes y nos sellaron la entrada, mientras cambiaban las ruedas de los vagones, levantando cada vagón (con nosotros dentro) uno por uno, quitando las ruedas de Mongolia y poniendo las Chinas. Yo me dormí durante el cambio, quería quedarme despierta todo el proceso, pero no me di cuenta y ya estaba durmiendo. Me desperté a la mañana siguiente viendo unos paisajes muy distintos, montañas y lagos del norte de China.



Estábamos encantados con nuestro viaje en transmongoliano, hasta que llegamos a Pekín, una ciudad con un ritmo frenético, sólo bajarnos del tren ya nos estaban gritando. Teníamos que encontrar el hotel que habíamos reservado un mes antes, así que cambiamos dinero, ya que en China hay muy pocos lugares donde puedas pagar con tarjeta, sacamos un billete de metro (que nos costó sobre 1 hora entender) y nos fuimos hacia el hotel. Aquí llegó la primera prueba de nuestra horrorosa Gincama de Pekín, tardamos 5 horas, 3 metros, 1 taxi, mil veces preguntando con el traductor del móvil, aguantando que todo el mundo se riera de nosotros porque no encontrábamos un sitio que ni los vecinos sabían que existía, hasta encontrar el hostal. Al llegar un chico abrió una de las puertas de todas las habitaciones y nos acompañó hasta lo que se supone que es la casa del recepcionista, el responsable del hostal nos dijo que no tenía habitaciones libres, nosotros intentamos explicar que teníamos una reserva de hacía un mes, al final nos dijo que le quedaba una que no tenía ni preparada ni nada, nos la enseñó, pero al final decidimos irnos, porque no nos gustó lo que estaba pasando. Volviendo hacia el centro de Pekín empezamos a buscar hostales, con la gran suerte que se nos acabó la batería del móvil que tiene la aplicación del mapa vía satélite, así que ya íbamos perdidos por Pekín con unas mochilas de unos 30 Kilos sin saber hacia dónde ir, en cada hostal que veíamos entrábamos a preguntar, pero en China muchos hostales no aceptan extranjeros y sólo cruzar la puerta nos echaban. Bueno tampoco era grave....se puso a llover, así que no podíamos desesperarnos. Intentábamos buscar la estación de tren a la que habíamos llegado durante la mañana, porque habíamos visto muchos hostales allí, pero no sabíamos si íbamos bien, con la gran suerte que preguntamos a una señora que hablaba inglés, yo creo que nos vio la cara de por favor que alguien me ayude, le explicamos qué nos había pasado y nos acompañó a un hostal que no aceptan extranjeros y pidió que nos dejaran quedar a dormir por esa noche, ya que era tarde, llovía y no teníamos dónde quedarnos, gracias a esta señora pudimos dormir en un hostal esa noche, mientras buscábamos por internet otro donde pudiéramos quedarnos. Al día siguiente fuimos al que reservamos la noche anterior y nos dijeron que sí nos podíamos quedar, así que por fin pudimos deshacer las mochilas y relajarnos un poco.

Al salir a pasear por Pekín nos chocó mucho ver el ritmo de la gente, la cantidad de gente que puede haber en un sitio, además todos empujando, intentando colarse (en cualquier tipo de cola, el metro, para pagar, para entrar a museos, etc) nos sentimos un poco incómodos, pensad que veníamos de Mongolia, donde todo el mundo fue encantador con nosotros, agradables y muy abiertos, aquí era todo lo contrario.

Además Jordi se trajo un regalito del hotel de Ullan Bataar, los brazos llenos de mordeduras de chinches, estaba rascándose todo el día, compramos alcohol y cada noche se lo limpiaba muy bien, le costó una semana empezar a sentirse mejor.

Yo tuve el privilegio de vivir una experiencia china de lo más tradicional (creo) ir a un baño público chino, en estos lugares no hay tazas, son sólo los agujeros en el suelo (hasta aquí no hay problema) estos agujeros están separados por unas paredes que llegan hasta tu pecho, bueno no pasa nada, y lo que me dio un poco más de reparo,...no hay puertas, es decir, nos vemos todos, bueno todas. Cuando entré en el baño primero dije,...ups no sé si yo... bueno... al final ellas estaban tan tranquilas mirando el teléfono mientras hacían sus “intimidades” así que me dije,...bueno si a ellas no les importa pues a mí tampoco, y al final no fue para tanto, ya que nadie le da importancia.

Al salir me reía al recordar que en Noruega un día estaba en un baño público y se me olvidó pasar el pestillo y una señora abrió y me vio, las dos nos pusimos rojas y ahora ya meo tan tranquila rodeada de chinas mirando su móvil, cómo son las cosas, cómo va cambiando la perspectiva.



Fuimos a ver la muralla China, es impresionante tanto los paisajes que puedes ver, como lo inmensa que es, como los turistas que hay y como lo desagradables que son contigo mientras estás apreciando esa gran belleza, empujando, gritando, escupiendo casi en tus pies. Al día siguiente empezamos nuestra segunda prueba de la Gincama de Pekín, fuimos a la embajada India a tramitar el visado, nos dijeron que tardarían 7 días laborables en tener el visado, pero nosotros teníamos el billete de avión para el lunes 31 de octubre, necesitábamos que se hiciera en 4 días laborables, nos hicieron enviar un mail pidiendo que nos lo hicieran antes explicando las razones, así que lo hicimos y nos contestaron que tendríamos el pasaporte el 31 a las 11:30 para poder coger el avión a las 15:30. Seguimos visitando Pekín, y haciendo más gestiones, teníamos que comprar un billete de tren, así que fuimos a la estación de tren y allí nos trataron fatal, tanto las encargadas de la venta de billetes como la gente de las colas que nos empujaban, nos miraban con mala cara diciendo cualquier cosa en chino. Hicimos tres colas de media hora cada una hasta que nos echaron, desesperados salimos de la estación de tren sin saber cómo comprar el billete, en el paisaje de fondo todo eran edificios altos con mil ventanas de oficinas, hasta que vimos uno en que había unas letras grandes arriba donde ponía CHINA TOURISM, así que como si fuese una señal nos fuimos para allá, cuando llegamos las chicas no hablaban inglés pero tenían mucha voluntad por ayudarnos. Ellas con su traductor y nosotros con el nuestro nos fuimos a una ventanita que había en la calle que resulta que también vendían billetes y allí conseguimos un billete de tren de Zhangjiajie a Guilin. Después de discutir entre nosotros por culpa de lo mal tratados que estábamos seguimos visitando Pekín. Decidimos ir al mercado nocturno donde puedes comer cualquier cosa, yo iba preparada a probar algún insecto o algo raro, pero no pude, ni yo ni Jordi pudimos, a mí no es que me hiciera mucho asco ver los insectos preparados para comer, olía realmente mal, sin olvidar los escupitajos al lado de tus pies. Nos comimos como una empanada que nos sentó muy bien, igualmente los precios eran bastante caros, en otros sitios de Pekín puedes encontrar comida muchísimo más barata, pero bueno, fue interesante vivir aquella experiencia.



Finalmente llegó el lunes, o sea hoy, y nos levantamos bastante contentos, porque, aunque Pekín es una ciudad llena de vida, con paisajes y colores increíbles, a mí personalmente no me gustaría volver.

Bien, esta mañana nos hemos levantado, nos hemos vestido y preparado y nos hemos ido a la embajada a buscar el pasaporte. A las 10:30 ya estábamos allí (nos habían dicho que tendríamos el pasaporte a las 11:30) nos han dicho que los pasaportes estaban llegando, sólo teníamos que esperar 20 minutos más de las cuenta, bueno teníamos tiempo hasta la 13h para coger el tren que nos llevaría al aeropuerto. A las 12 ha llegado la chica que llevaba los pasaportes, llevaba por lo menos 1.000, pero no los nuestros, han llamado para preguntar qué pasaba con nuestros pasaportes, les han dicho que llegarían por la tarde... por la tarde... nuestro avión salía a las 15:30...así que como podéis imaginar,...hemos perdido el avión, menos mal que en la embajada nos han dejado un ordenador con internet y hemos podido modificar la fecha del vuelo para mañana, aunque con un suplemento de 135 euros más. Sin hotel, con las mochilas hechas, hemos decidido ir a pasar la noche al aeropuerto.

Aquí estoy, casi las 2 de la madrugada, lleno de gente, es como una ciudad pequeña llena de movimiento, y es increíble, aquí dentro también escupen, cada vez que estoy a punto de dormirme oigo como se preparan para escupir.

Bueno es otra cultura, otra manera de hacer las cosas, aunque lo siento mucho, no me he sentido nada bien aquí en Pekín, mucha gente me dice que en el sur es mucho mejor, vamos a ver qué tal son nuestros días en el sur de China.

Es un poco difícil afrontar los problemas cuando te tratan de una manera tan desagradable, a mí me afecta de una manera y a Jordi de otra, y al principio cada uno dejaba salir su carácter lo que hacía que nos enfrentáramos entre nosotros, pero poco a poco creo que hemos aprendido, sobretodo yo, a que hay cosas que no puedes controlar, hay veces que te encuentras en manos del destino y puede que salga bien o puede que no, al final lo importante es saber que estamos los dos bien, y que nos respetamos y nos cuidamos entre nosotros. Siempre hay una solución por ahí escondida, sólo tienes que sentarte, parar un momento y buscarla.

Estoy aprendiendo muchísimo gracias a China, esta manera de tratar a la gente que tienen algunos está haciendo que aprenda a controlarme a no alterarme, a no buscar la solución más rápida, sino la mejor. El dinero es importante para el viaje, pero el viaje lo es más, estoy viendo que no se nada del mundo, de la vida, de las cosas que te puedes encontrar. Aquí estamos en un aeropuerto,... en la otra punta del mundo, lejos de nuestras familias, esperando a que pasen 12 horas, y no me importa, a mi lado está Jordi durmiendo en un banco, abrazado a un cojín de viaje, quizás en otro momento de mi vida hubiera estado buscando una solución, un hotel, algo donde estar mejor, pero es que ahora, estoy bien donde estoy, no me hace falta estar mejor, y así voy aprendiendo y madurando.



vista del transmongoliano

última parada de Mongolia

cambio de ruedas en China

calles de Pekín

La gran Muralla

La gran muralla y sus miles de turistas

mercado nocturno

mercado nocturno

souvenir de Ullan Bataar, hay quien se lleva un ímán y hay quien se lleva chinches

Una de las pocas chinas de Pekín que nos ayudó

Pasando la noche en el aeropuerto,...pero con el visado de Índia ;)



















domingo, 10 de julio de 2016

NUESTRA DOCUMENTACIÓN PARA DAR LA VUELTA AL MUNDO EN FURGONETA

A menos de una semana de iniciar el viaje que nos cambiará la vida estamos repasando toda la documentación que nos ha traído locos des de hace un año: pasaportes a punto, seguro del vehículo, seguro de viaje, vacunas, mapas, rutas, visados, carnet o carte de passages en douane, carnet de conducir internacional. Os vamos a explicar un poco toda nuestra documentación:
-Pasaportes: esto es fácil, Jordi renovó su pasaporte y yo me hice un duplicado del mío, que aún no había caducado, así que tengo todas las hojas limpias, pero no caduca en 10 años, sinó que caducará en 4 años.
-Visados: como los visados de los países acostumbran a caducar a los 3 meses de su expedición sólo hemos tramitado el visado de Rusia, ya que,....se supone que entramos en Rusia en el mes de septiembre. Hemos esperado hasta final del mes de junio para sacar el visado para que esté vigente en septiembre. Lo hicimos a través de una empresa de gestión de visado, enviamos los pasaportes, fotografías, certificados del seguro de asistencia en viaje y del seguro del vehículo.
-Seguros: Tenemos cada seguro con una empresa, el de asistencia en viaje por un lado y el del vehículo por otro, los dos se tienen que renovar en julio del año que viene, no encontramos ningún seguro que nos hiciera un pack ni de dos años, ni de los dos seguros.
-Carnet de vacunación: con todas las vacunas que nos han puesto, es un tríptic pequeñito de color amarillo que se tiene que mostrar en ciertas fronteras para asegurar que estamos vacunados de la fiebre amarilla.
-Carnet internacional de conducir: fue un trámite relativamente fácil, aunque el pedir la cita previa por internet a la DGT fue un poco lío, pero ya está. Lo sacamos a principios del mes de julio, esta semana, ya que caduca al año, así, según nuestros cálculos, la renovación la tendremos que hacer mientras la furgoneta está en un carguero camino Alaska. Tuvimos que presentar los carnets de conducir, dnis, fotocopias, fotos carnets, rellenar un formulario que imprimimos cuando pedimos la cita previa y pagar 10,10€ cada uno (con tarjeta). Como el año que viene se tiene que hacer el mismo trámite, hemos dejado preparada toda la documentación más una autorización para que nos lo hagan des de casa y nos lo envíen el año que viene.
-Carnet du passage, la estrella del viaje: es una especie de pasaporte para la furgoneta, en forma de dossier, que solo lo puedes gestionar a través de RACE. Con este carnet puedes entrar a diferentes países, no todos los del mundo, la India, Singapur y todo Sur América son algunos países que piden esta documentación. Para conseguirlo te piden la ficha técnica del vehículo, carnets de conducir y un aval..... este aval tiene que ser del importe que la asociación nacional de vehículos a motor les da a RACE sobre las características de tu vehículo. El carnet du passage tiene que estar sellado con un sello de entrada al país junto a otro de salida, si falta algún sello de salida es muy posible que no recuperes el aval. Este carnet también caduca al año, así que también tenemos todo preparado para poder tramitar el siguiente durante el mes de julio del próximo año. Solo nos tramitaran otro carnet si reciben el que tenemos ahora con todos los sellos correctamente puestos en su sitio.
-Para el transporte de la furgoneta en cargueros nos están ayudando des de Mongolia a tenerlo preparado, aunque los trámites más específicos no los podremos hacer hasta que no lleguemos a Ulan Bator

Y por ahora todo esto es lo que hemos tenido que tener preparado para poder irnos el viernes 15 de julio. Llevamos fotocopias de todo, fotos carnet para empapelar la furgoneta y todo muy bien organizado en una carpeta. Y ahora a esperar que las cosas vayan como quieran ir, nosotros intentaremos solucionarlas como buenamente podamos y con muchas ganas de vivir :)


Nos vemos el viernes 15, el día de la salida.

miércoles, 8 de junio de 2016

VACUNAS NECESARIAS PARA DAR LA VUELTA AL MUNDO

En esta nueva entrada os contamos que ya hemos empezado a vacunarnos para el viaje.
Si te preguntas qué vacunas tienes que ponerte para dar la vuelta al mundo, la respuesta es fácil, te las tienes que poner todas jejeje.
En realidad no es que sean todas obligatorias, pero sí muy aconsejable vacunarte de todo, porque dando la vuelta al mundo visitas infinidad de países y no sabes qué te puedes encontrar en cada uno de ellos.
Nosotros hemos empezado a vacunarnos con dos meses de antelación, ya que muchas vacunas se ponen en varias veces, tendréis que pedir hora en sanidad exterior de vuestra provincia y sobretodo preparar los brazos porque os los dejaran como un colador jejejejje...